lunes, 30 de marzo de 2020

“UN VIRUS ES COMO UNA ESPECIE DE UN ANIMALITO QUE ENTRA POR TU VENA”

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
Parroquia Inmaculada - Iquitos

Esta nota tiene dos partes: una primera y principal, que consiste en una entrevista con Rusbel Y.C.  (R.Y.C.) que vino buscando comida y nos dio una lección magistral de entereza, claridad y dignidad; la segunda parte, serán unas breves notas, que deberían ser más extensas, pero a buen entendedor, pocas palabras.

Rusbel Y.C. es un varón de unos 35 años y vive en Punchana (Iquitos). Es uno de los muchísimos “indígenas urbanos” (aunque probablemente él mismo no quisiera ser denominado como indígena) que ya ha nacido y habita en la ciudad. Intentando evitar la discriminación tan potente que hemos visto estos días ocultamos su nombre y su foto, pero le estamos muy agradecidos por esta lección de sencillez y claridad.


"Cuerpo de médico con virotes prendidos". Dibujo de Gilberto C. Y., Santa Rita de Castilla,14 de mayo de 2010.


ENTREVISTA A RUSBEL Y. C.

¿Qué es un virus?
R.Y.C.: Un virus es como una especie de un animalito que entra por tu vena. Por ahí se mete y se riega por todo el cuerpo. Entra por las venas, por la sangre. Por ahí se entra y se comienza a regar por tu cuerpo. Entra por la cabeza [y señala con sus manos la corona], por las zapatillas también se pega. En el polo, en la ropa también se pega, no dura mucho, dura unas 5 horas en la ropa. Por la mano también entra, por las uñas, estaba escuchando a un doctor en la [radio] Exitosa. Por las uñas, por ahí también se mete por adentro. Por ahí se riega todo el cuerpo. Te agarra las todas: la gripe, dolor de cabeza, estómago, el cuerpo ya te duele. Las piernas tiemblan, las piernas comienzan a temblar. De ahí de último te agarra el respiratorio [y se agarra con las dos manos la garganta], ya no puedes tosear. La tos seca, no sale nada. Ya está invadiendo tu cuerpo. Así he escuchado en la [radio] Exitosa que estaba comentando, así, un médico de México que estaba comentando así.


II.-

¿Este virus tiene madre?

R.Y.C: Dice que ha salido de un animal, pero no tanto me recuerdo. Ese animal ha comido, ha comido, ese animal ha comido y a la hora de botarle, ahí se ha…, como ese animal tiene algo en su cuerpo de tóxico, veneno, lo ha vomitado el animal y de ahí es que se reparten los virus.


¿Cómo es su madre?

R.Y.C.: Su madre es como el nido de avispa. Siempre llevan ahí donde su madre. Ella es quien manda ese virus, sale de ahí, bota de ahí. Pero ahora los chinos no pueden hallar. Otros dicen que de la bomba que los chinos han enviado al mar, de ahí ha salido, de ahí ha salido el comentario.


Si tiene madre, ¿conversa?

R.Y.C.: Tiene madre, de ahí. De ahí sale como [que] bota, de ahí de la madre se expande. No lo podemos ver, es una cosa invisible. Como los mosquitos se apegan en tu cuerpo, de ahí es.


¿Ataca?

R.Y.C.: Metiéndose en tu cuerpo.


¿Tiene crías?

R.Y.C.: No se.


¿Pero conversa?

R.Y.C.: No conversa.


¿Pero las madres de los palos, animales… hablan?

R.Y.C.: No se, no les puedo comentar eso. Según escucho que todos los árboles tienen madre.


¿Conversan esas madres?

R.Y.C.: Ni se sabe.


¿O hacen soñar?

R.Y.C.: Hacen soñar.


¿Pero cuando hacen soñar, conversan?

R.Y.C.: Ahí deben conversar, yo nunca he soñado.


¿Este virus hace soñar?

R.Y.C.: No se, no me infecta a mi, por eso no te puedo decir si hace soñar.



III.-

¿Cómo es la madre de las enfermedades? Lo que nos estabas comentando antes.

R.Y.C: Es un espíritu la madre de las enfermedades. Cuando estás, topa tu puerta y si tú sales a abrir, en lluvia, en viento, en rayos, ahí entra en tu cuerpo, es un espíritu. Te agarra el choque de aire, te enferma, te mata.


¿Te puede agarrar por la calle?

R.Y.C.: No, por la calle no agarra. Si no así en días de lluvia, en viento, rayo, noche. Topa en tu puerta, tú sales a abrir, no hay nadie. Ahí entra en tu cuerpo, te agarra, un choque de aire y de ahí te mata. Eso sí te puedo responder, ahí en los libros, en los mitos, en las leyendas de las amazonas.

……………………

COMENTARIO
Este no es un espacio para comentar todos los aspectos de la entrevista, ni siquiera de profundizarlos, pero nos da pie para algunas acotaciones. Partimos de la convicción que la explicación de Rusbel Y.C es perfectamente razonable. El dibujo de Gilberto C.Y. merecería un comentario aparte. La numeración es completamente aleatoria, nada tiene que ver con el orden de importancia.
1. 
      [El virus] “en la calle no agarra”. La madre de las enfermedades llama a tu puerta de noche, cuando hay lluvia fuerte, rayos…, si le abres, entra en tu cuerpo. Perú está realizando un gran esfuerzo para contener la pandemia. Pero en nuestra opinión no pone el mismo énfasis en proporcionar información adecuada a la población que no se rige por códigos occidentales. Esto es nefasto. Si la población no entiende lo que sucede difícilmente acatará las disposiciones gubernamentales. Poner el país en manos de policías y militares puede llevar a que la población se quede en casa. Pero pedagógicamente es un error grave, no aprenderemos nada. Hay que hacer un mayor esfuerzo de información. Comprendemos que la emergencia haya llevado a tomar estas medidas, pero la población no es únicamente un colectivo de gente a quien se les da órdenes, hay que argumentar,  dar a conocer, persuadir, convencer, garantizar que la población sea soberana. La opacidad y la imposición suelen traducirse en resentimiento y en corrupción, todo lo contrario de la transparencia necesaria.

Siguiendo la información cada día, vemos, escuchamos y percibimos poco esfuerzo. La mayoría de los medios de comunicación hacen eco de lo que dicen las autoridades o los científicos, pero no producen resonancia. Y si no hay resonancia la información no sirve para nada y no genera colaboración. Esta pandemia no es un asunto del gobierno, sino de los ciudadanos. Al gobierno le corresponde dirigirnos, pero no darnos órdenes como si fuéramos soldados. Somos ciudadanos que respetamos a nuestras autoridades y les obedecemos, pero somos ciudadanos.

El virus, como la madre de las enfermedades, interactúa con la gente. Se trata de no abrirle la puerta. Por eso, alguna gente sale tranquilamente por la calle. El virus es un agente.

2.       El manejo de la información es vertical: los que saben (“expertos”) y los que tenemos que acatar lo que dicen los que saben. La ciencia tiene un lugar importante, pero el coronavirus debería hacernos más humildes a todos. La ciencia se produce dentro de un “sistema de distribución de propiedades” (una manera de abordar la “realidad”) “naturalista”, mientras que gran parte de la población se maneja en una manera de abordar la realidad “animista”: “todo” (o casi todo) tiene espíritu en diverso grado. Rusbel Y.C. comprende el virus “como un animalito que se introduce por las venas en la sangre”. Una explicación que tenga en cuenta esto permitirá que mucha gente comprenda la gravedad de la situación y se protegerán. Rusbel Y.C. sabe, porque lo ha escuchado por la radio, que también puede entrar por la corona, por las uñas y también por las manos, ropa… Nos está proporcionando preciosas pistas que deben ser tenidas en cuenta.

3.       “Su madre es como un nido de avispa” y son “como mosquitos que se apegan a tu cuerpo”. Conceptos indígenas que no podemos desarrollar aquí. “Sale del mar”, de “una bomba que los chinos han lanzado al mar”. De la profundidad del río salen seres poderosos que atacan a la población.

4.       R.Y.C. escucha la radio y oye las explicaciones de los científicos (un doctor de México), pero lo integra y se lo apropia en su manera de abordar la realidad.

5.       El cuerpo como un tema fundamental en la panamazonía. Te da gripe, dolor de cabeza, estómago, el cuerpo te duele, te tiemblan las piernas, hasta que te agarra la garganta y te mata. Invade tu cuerpo. Una explicación del coronavirus que no tenga en cuenta el cuerpo indígena no será comprendida. Nos llama la atención que mata cuando agarra la garganta. Para los kukama no es un tema baladí. Muchos suicidas se ahorcan colgándose de una soga a escasos centímetros del suelo (en muchas ocasiones teniendo que levantar las piernas). La muerte por asfixia, que es lo que refleja el testimonio de Rusbel Y.C., es una de las peores muertes para los kukama.

6.       El virus es un espíritu, como la madre de las enfermedades, es un “enemigo invisible”. En la selva se denomina “madre” al dueño de una especie, en este caso de las enfermedades. La madre es la que dirige y ordena. Las enfermedades son crías o hijos de la madre.


Para concluir. Necesitamos realizar un gran esfuerzo para explicar esta pandemia en términos que entienda la población. De lo contrario generamos eco, pero el eco conlleva siempre algo de distorsión de la voz. El gran reto consiste en que la información que produzcamos genere “resonancia”, que nos haga vibrar, que nos lleve a cambiar comportamientos para defendernos mejor. Una resonancia que nos haga más ciudadanos, más unidos unos a otros, más humanos. Los insultos escuchados estos días con la orden “quédate en casa”, además de inútiles, son discriminatorios, producen ruido. Así no se construye ciudadanía. Necesitamos pensar en otros parámetros. Invitamos a quienes se dedican a la comunicación que busquen evitar el ruido, distanciarse del eco y producir resonancia en la población. [Y abrir nuestras redes a los que no están porque no tienen internet, ni computadora…, pero mucho que aportar en este mundo].

viernes, 27 de marzo de 2020

REFLEJOS DE EPIDEMIAS EN EL PUEBLO KUKAMA. A propósito de una pintura en Nauta

Para Leonardo Tello, que nos pidió: “escriban algo”


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
Parroquia Inmaculada – Iquitos


“La viruela llegaba en canoas largas con sus crías. Vestían de blanco encapuchados. Cuando la comunidad se percataba de su llegada, la comunidad huían despavoridos. Si tenían enfermos los abandonaban. No llevaban consigo gallinas ni perros, ni nada que los delatara. Otras veces, estaban durmiendo y la madre de la viruela defecaba en los escalones de sus casas, al día siguiente por la mañana al percatarse, huían para no morir” [Sobre la viruela, tomado del Facebook de Leonardo Tello, 26 de marzo de 2020].


Escuela Purawa (Mario), Madre de la Viruela. Pintura en la pared externa del Colegio Nuestra Señora de Loreto en Nauta. Foto de Leonardo Tello

Lo primero que constatamos es el registro en la lengua kukama de algunos términos relacionados con las epidemias. Sin ser exhaustivos, encontramos algunos términos en kukama. ‘Makanuri’ significa tanto gripe, como toser. ‘Kuru’ es el término para viruela. Para la viruela mosca o mosca azul utilizan la expresión ‘kuru meru’. ‘Matsuri’ es el término para verruga o ‘cuchipi’ en español regional, una enfermedad propia de las gallinas. ‘Ukarari’ es el ayahuma, que utilizaban para combatir el cuchipi y la peste.

En el párrafo anterior ya hemos visto los rastros que han dejado algunas epidemias en la lengua kukama y alguno de los remedios que utilizaban. Hubiera sido esperable que buscaran un préstamo en castellano, pero no, buscaron en su propio stock lingüístico y utilizan palabras propias. Esta huella lingüística nos habla de la profunda impresión causada en este pueblo indígena, como en otros. De igual manera, es interesante que utilicen la ayahuma para curar tanto la viruela humana como la de las gallinas. Buscan una solución a la epidemia desde su propia manera de entender la enfermedad. Se nos escapa, pero es probable, que la ayahuma tenga propiedades químicas que contrarresten esta enfermedad: lo dejamos en manos de los entendidos.

Así como hay abundante tradición oral sobre las epidemias no conocemos que haya influido en la tradición pictórica. Sin embargo, hace unos años un grupo de pintores de la Escuela Purawa de Puerto Miguel en el río Yarapa realizó una sugerente muestra en la pared del colegio Nuestra Señora de Loreto de Nauta. La imagen que aparece en este post, pertenece a dicho lugar, y fue pintada por Mario, un francés que colaboró con la Escuela Purawa.

En la narración del comienzo, como en la pintura, la madre de la viruela llega en canoa. Llama la atención varias cosas. Primero, llegan por el río, pero llegan en canoa porque las epidemias son tan antiguas como la venida de los europeos. Otros personajes muy posteriores, como los caucheros, de finales del s. XIX y comienzos del s. XX, llegan también por río pero a través de la ‘lancha fantasma’. Y los pelacaras que usan el río, hacia la década de 1970, llegan en deslizadores. El río es un espacio de comunicación de gran envergadura. Vemos cómo a través de la historia va cambiando el medio de comunicación. En definitiva, las epidemias vienen de fuera.

Segundo, es una canoa donde aparece la madre con sus hijas. La madre está situada en la proa de la canoa, no hay nadie popeando (dirigiendo la canoa desde la parte trasera con un remo a modo de aleta). Lo cual significa que las crías son pequeñas, no pueden todavía dirigir una canoa desde la popa. Si la madre va en la proa es porque está haciendo fuerza para avanzar. Les habrá comunicado a sus hijos que deben tener cuidado y probablemente les va conversando para que no caigan al río. Si la madre va en la popa está más relajada y mirando a sus hijos.

Tercero, tanto la madre como las crías carecen de cara, rostro. Tengamos en cuenta que son espíritus y no se dejan ver el rostro. De igual manera que cuando un brujo o un espíritu malo quiere hacer daño, no se deja ver la cara. Este es un dato fundamental.

Cuarto, la viruela fue vencida. En la cosmología kukama pasó a vivir en la profundidad del río, donde habitan los seres más agresivos, como los yacuruna sin ano. Si la madre vuelve a salir de las profundidades del río utilizará mayor carga de violencia. Por mientras, está domesticada. Pero el mal comportamiento de la gente hará que la madre vuelva a salir. Es decir, la moral está unida a la cosmología.

Esta epidemia de coronavirus, por la virulencia que tiene, también dejará huellas en el lenguaje y en el arte. Deseamos que el pueblo kukama se pueda defender de ella.

martes, 17 de marzo de 2020

DISTANCIA, TOCARSE LA CARA Y EL CORONAVIRUS DESDE EL PUEBLO KUKAMA

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
Parroquia Inmaculada - Iquitos

Cuando escribimos esto no sabemos si el coronavirus COVID 19 llegará a la selva, pero lo más importante es la precaución. En tal sentido consideramos que un aspecto básico consiste en fortalecer prácticas culturales que puedan proteger a la gente en un nuevo contexto. Evidentemente, hay que explorar más todos estos temas, pero merece la pena tenerlos en cuenta. Somos conscientes que el concepto de enfermedad, virus y demás es concebido de forma diferente por los pueblos indígenas, pero no será objeto de este escrito. Tal vez sea la oportunidad de reclamar su participación en los temas de salud que les atañen, para diseñar políticas públicas de salud junto a ellos, sin necesidad de esperar a que lleguen las epidemias. Todo ello en un clima de la mayor serenidad posible, sin dramatismos ni histerias.

¿Podrá decirnos algo al respecto el pueblo kukama? No vamos a desarrollar acá una teoría, ni siquiera una hipótesis, sino que pondremos a la luz dos datos para que “nos den que pensar”. Si fuera necesario, debería servirnos para elaborar material pertinente para trabajar el tema con el pueblo kukama y ayudar a prevenir, en el caso de que les llegue el COVID 19.

Rayadores. Tecnología ancestral con "nuevos materiales"
Foto: Manolo Berjón


Con esta pandemia hemos recordado dos prácticas tradicionales kukama que nos parecen pertinentes: “la distancia social” y no “tocarse la cara”. Comencemos por la primera. Cada grupo humano tiene códigos no escritos de interacción. Para el pueblo kukama conversar con un extraño conlleva una distancia mínima de un metro. No respetar esta distancia es comprendido como una invasión. Sólo se quiebra esta distancia para personas que son muy conocidas, especialmente entre familiares. Ahora las personas podemos albergar un “extraño invisible” en nuestro cuerpo como el coronavirus y lo mejor es tener distancia de, al menos, un metro con las demás personas, porque puede albergar el “extraño invisible” en su cuerpo: el COVID 19. Pues bien, esta distancia es la aconsejada por los expertos para evitarlo. Esto merece la pena explorarse más, pero nos parece oportuno tenerlo en cuenta. Los expertos indican que en el caso de estar en contacto con alguna persona que estornude, tenga tos o fiebre, la distancia mínima debiera ser de dos o tres metros.

Respecto al “tocarse la cara”. Dicen los psicólogos que en períodos de ansiedad e incertidumbre es más probable que nos toquemos la cara. En tiempos de COVID 19 esto es peligroso, de ahí que nos inviten a lavarnos las manos con jabón más frecuentemente. Dicen los expertos que las manos son uno de los lugares donde podemos albergar virus y al llevarlas a la cara pueden ingresar en nuestro cuerpo por los ojos, boca o nariz.

Pero es realmente difícil saber cuántas veces llevamos nuestras manos a la cara. Es un gesto automático, en muchas ocasiones, inconsciente. Los occidentales incluso hemos interiorizado la imagen del Pensador de Rodin sosteniendo su barbilla con el dorso la mano. Lo cual significa que hay códigos culturales que nos llevan a tocarnos la cara con frecuencia.

Los kukama son un pueblo que se dedica, tradicionalmente, a la agricultura, pesca y recolección de frutos de la selva. Aunque cada vez hay más población kukama en las ciudades. Pues bien, tradicionalmente, los kukama, cuando iban a sembrar maní, instaban a NO TOCARSE LA CARA: boca, nariz y ojos. Desatender tal prohibición provocaba que la semilla del maní se huequea (se hace un hueco en la semilla) y, por tanto, no germina. De esta manera, tocarse la cara se convertía en la muerte de la semilla. Tengamos en cuenta que para los kukama enterrar y sembrar son sinónimos (yat+ma).

Ligia y Napoleón, unos amigos del río Urituyacu
Foto: Manolo Berjón


Pues bien, la siembra del maní, entre los kukama, exigía evitar tocarse la cara. La razón: para que la semilla germine con normalidad. Sin duda, el otro aspecto tiene que ver con la higiene. En estos tiempos de coronavirus donde tocarse la cara  puede conllevar permitir el ingreso del virus (“extraño invisible”) en tu cuerpo, puede ser oportuno rescatar esta práctica cultural. Evitar tocarse la cara genera una nueva planta (de maní). Evitar tocarse la cara en tiempos de COVID 19 protege del “extraño invisible” para que no penetre en tu cuerpo y cuidar la vida. Evidentemente, los contextos de la siembra de maní nada tienen que ver con el coronavirus. Pero dado que en ambas situaciones es importante no tocarse la cara, consideramos que es conveniente rescatar esta práctica, explorarla y ver posibles modos de prevención de esta pandemia (que deseamos no llegue hasta los pueblos indígenas).

Instamos a nuestros amigos kukama a que indaguen en su propia tradición para buscar elementos que puedan ayudar en esta crisis que parece avecinarse. Son los propios kukama quienes debieran liderar esto. En lugar de dirigir discursos occidentales verticales desde los distintos Ministerios (especialmente el de Salud), es hora de apoyar a los pueblos indígenas para que lideren su propio cuidado, con apoyo del Estado.

Ciertamente, en las ciudades la aglomeración de gente es un problema. En las comunidades el problema no será la aglomeración, si no la falta de atención por parte del Estado. Las Postas Médicas son escasas, mal implementadas y con poco personal. ¿Qué ocurrirá si se desata esta pandemia en pueblos indígenas?


Y PARA CONCLUIR: UN POCO DE MEMORIA HISTÓRICA

[1681] «[…] ví 75 canoas de gente en esta Laguna, diciéndome todos desde ella: “Retírate, Padre; no aguardes la peste, porque si la esperas te ha de matar. Lloraban todos, dando desde las canoas / grandes gemidos y añadian: “No huimos de ti, Padre amado, sino de la peste; porque tú nos quieres y ella nos aborrece. Adios, adios! Caquire tanu, papa, Caquere ura Dios ica-totanare, que quiere decir: quédate con Dios, hombre esforzado, Dios te guarde y te dé mucha vida.» (Borda 1872: 65-66) Carta del P. Juan Lorenzo Lucero (Laguna, 3 de junio de 1681).

[Para contextualizar: Los virus se descubrieron a finales del s. XIX].