Iquitos, 17 de mayo de 2016
[Este artículo fue escrito en noviembre 2014 para conmemorar el centenario de la presencia de los agustinos en Nauta, provincia de Loreto. No ha podido ser publicado por razones que no vienen al caso. Ahora lo hemos colgado en nuestro blog tal como fue redactado en aquella ocasión].
© Barbara Fraser 2014. Niña urarina.
El pueblo Urarina
habita en la cuenca del río Chambira y el Urituyacu, ambos tributarios por la
izquierda del río Marañón, en el distrito de Urarinas, provincia y departamento
de Loreto. Es un pueblo indígena encontrado ya en la época de los jesuitas de
Maynas en esta misma localización. Es una migración proveniente de la sierra,
actualmente, ecuatoriana, antes de la llegada de los europeos. Poseen una
lengua aislada. Las estimaciones son subjetivas y van desde los 3.500 a las
5.000 personas, solo en el río Chambira. En el Urituyacu nosotros hemos contado
800 personas, mezclados con el pueblo Omurano.
Esta breve nota
será un apunte sobre el nombre, curaa
(Walker 2008: 194-202). Los urarina no poseen un único nombre propio, sino
tres. Todos ellos suelen ser otorgados en los dos primeros años de vida. Uno de
los nombres es impuesto por la madre
y hace referencia a las características personales del bebé, es como un apodo
cariñoso. En determinadas circunstancias también puede sugerirlo el padrastro,
pero nunca el padre del bebé. Las mujeres suelen perder este nombre a partir de
la pubertad, en cambio los varones pueden conservarlo durante toda la vida.
Este nombre está relacionado con la unicidad corporal.
Habitualmente,
cuando el niño está aprendiendo a caminar, un chamán, su pariente masculino, generalmente
el abuelo o tío, suele ponerle el nombre que se van a utilizar en las ceremonias
chamánicas. El nombre es recibido por el chamán de la madre de la ayahuasca
cuando está bajo sus efectos.
Después de haber fumado bastante tabaco escupe una flema en su mano, como un
dardo místico, y le frota la fontanela del infante, donde se aposenta hasta la
muerte. Por eso no se debe golpear la cabeza puesto que se genera un dolor a
este dardo que está circulando adentro. Este hecho provoca una relación
especial entre el dador de nombre y el receptor del mismo. Y por otro lado,
entre Nuestro Creador y el receptor del nombre. En la muerte, Nuestro Creador,
preguntará por cómo le fue conferido su nombre para que pueda descansar, es un
prerrequisito para entrar en el cielo. Quien carece de nombre es incapaz de
responder. El nombre dardo regresa al chamán que lo confirió, o a un poderoso
árbol, como la lupuna, donde descansa. Sin ser ocultados, estos nombres tampoco
se revelan. Estos nombres fijan la dimensión “espiritual”, e instituyen una
forma inmutable de identidad personal fundada en el reconocimiento y sometido a
la autoridad divina.
Al día de hoy todos
los Urarina tienen un nombre en castellano para interactuar con la sociedad
blanca. Se suele poner este nombre en una de las fiestas de masato vertiendo
agua en el pecho del niño y sal en su boca. Mientras los nombres impuestos por
los chamanes son inmutables, estos, en cambio, se cambian cuantas veces deseen
en la vida, para mayor dolor de cabeza de doctores, maestros y párrocos. Son
importantes, entre otras razones, por el poder atribuido a la letra escrita.
Las mujeres tienen mayor dificultad para recordar su nombre en castellano: por
su menor relación con la sociedad blanca. Es habitual que niños pequeños y
mujeres pregunten a sus familiares su nombre en castellano. El DNI es visto
como una parte integral del cuerpo personal que denota relaciones asimétricas
con las iglesias y el Estado. Este nombre en castellano se está imponiendo por
el DNI, la escuela, centros de salud…
Los nombres
impuestos por las madres y los chamanes suelen ser en urarina, el relacionado
con la sociedad blanca es impuesto por el padre y el dador del nombre y lo
hacen en castellano. En cambio, tanto los nombres impuestos por el chamán como
aquellos en español están relacionados por la manera de ser conferidos: en
estado de borrachera. El primero, en una tomadera de ayahuasca; el segundo, en
una fiesta de masato.
DELINCUENTES Y NATIVOS DE LAS COLONIAS:
la conformación del DNI
La burguesía
decimonónica temía a los delincuentes. ¿Qué hacer con ellos? Tanto en Francia
como en Inglaterra se votaron leyes que distinguían claramente entre el primer
crimen y la reincidencia. Los primeros iban a la cárcel, a los segundos les
esperaba la deportación a las colonias. En este contexto, en la prefectura de
París se concibió la “tarjeta Bertillon”, haciéndose eco del apellido de su
inventor. Se trataba de consignar las medidas antropométricas del delincuente y
su fotografía de frente y de perfil, en lo que se denominó como “retrato
hablado”.
El segundo paso fue
dado en la administración colonial inglesa. Se trataba de identificar a los
criminales reincidentes sin posibilidad de error, para ello se basaron en la
toma de huellas digitales. Mientras en Inglaterra se continuaba con el sistema
francés, el problema aparecía en las colonias, donde todos los nativos eran
iguales, a ojos de los ingleses. Otro ámbito donde se aplicó fue la
prostitución. Se creía que los rasgos antropométricos implicaban una
promiscuidad embarazosa y cuyas largas cabelleras eran difíciles de medir. A
partir de 1920 este método tiende a sustituir o acompañar la “tarjeta
Bertillon”.
DERIVA HOMOGENEIZADORA
Cada cultura
codifica el reconocimiento de una manera propia. No es el momento de abordar un
tema complejo, tan solo señalar que el Estado no debería únicamente homogeneizar,
sino aprender de los sistemas indígenas de reconocimiento y repensar su propia
estrategia. Pero parece que estamos todavía demasiado lejos.
Un breve apunte que
pretende más sugerir que afirmar. Los tres nombres, curaa, están relacionados con tres sujetos diferentes: el nombre
impuesto por la madre tiene relación con las características físicas del niño y
las relaciones con los demás en el grupo urarina, relaciones ad intra; el nombre impuesto por el
chamán está reservado para los contactos con los espíritus, y el tema de la
salud, relaciones cosmológicas; y el nombre en castellano se lo atribuyen su
padre y el dador del nombre, relaciones ad
extra, con la sociedad blanca y el Estado. De esta manera tenemos tres
ámbitos diferentes con tres sujetos diferentes que acompañan al niño/a.
Regresando al DNI. Esta
sociedad disciplinaria no responde a los retos actuales. Ya no se trata de
distinguir a los reincidentes para confinarlos en las colonias, ni de
diferenciarlos entre quienes parecen iguales (a los ojos del colonialismo),
sino de controlar a la población. El DNI, surgido en condiciones de disciplina,
se va a convertir en un instrumento, entre otros, de las sociedades de control.
Sin embargo, hasta
ahora los urarina desafían este control, dado que cambian continuamente de
nombre blanco e incluso de apellidos, para dar trabajo a doctores, maestros,
funcionarios estatales, ONGs y misioneros, entre otros. No sabemos cómo va a
ser en el futuro. A modo de ejemplo podemos afirmar que en ocasiones nos solicitan
alguna partida de bautismo que, pese a estar bautizado, no encontramos. La
razón es muy sencilla: ha cambiado de nombre, de apellidos o de ambos. Esta
situación causa frustración dado que están bautizados pero no pueden disponer
de un documento que los acredite. La partida de bautismo funge, en muchas
oportunidades, como una tarjeta de identidad de quien no posee ninguna otra.
Walker (2008: 202)
considera que pudiera darse un trasvase del nombre otorgado por Nuestro Creador
al nombre conferido por el Estado. Vendría a ser un camino primario de
autoridad en relación con la formación del sujeto. Si bien es cierto que la
autoridad externa es importante no nos parece suficientemente justificado el
comparar a Nuestro Creador con el Estado. Vendría a ser conferir un poder
absoluto al Estado que no tiene, una manera de sacralizarlo. Esta forma de
organización estatal no es la única posible.
El crecimiento
económico peruano está propiciando una “inclusión”, para utilizar el lenguaje
de moda del poder, de todos los habitantes del territorio peruano. Esta
inclusión está asentada en una equiparación de todos los sujetos mutilando las
marcas indígenas. Es esta aparente igualdad la que no permite ver las
asimetrías de poder, las invisibiliza más bien, dejando a los pueblos indígenas
a merced de la discriminación rampante, denotando un fuerte temor a la
diversidad. Es esta estrechez la que está en la base de la homogeneización
actual. En nuestra opinión se trataría de lo contrario: pensar asumiendo la
pluralidad como tal.
© Barbara Fraser, 2014. Niñas urarina-omurano de camino al colegio. Río Urituyacu.
Agamben 2011: 63-73.
BIBLIOGRAFIA
- AGAMBEN, Giorgio
(2011), La desnudez, Anagrama, Barcelona.
- WALKER, Harry (2008), Under a Watchful Eye:
Urarina Perspectives on Society and Self, Thesis submitted in candidacy for the
degree of Doctor of Philosophy in Social and Cultural Anthropology, Institute
of Social and Cultural Anthropology, University of Oxford, Michaelmas Term,
194-202. [Existe una edición en libro que no hemos podido consultar: WALKER,
Harry (2012), Under a Watchful Eye: Self, power and intimacy in Amazonia, University
of California Press, Berkeley].
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas