jueves, 17 de diciembre de 2020

“NO QUIERO IRME CON LA PALABRA EN LA BOCA”: Crónica de los apus del Urituyacu en Iquitos

Manolo Berjón 

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos

 

El Urituyacu es un afluente del bajo Marañón por la parte izquierda, en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto. Este espacio es el territorio ancestral del pueblo omurano, del que quedan algunos integrantes. Desde muy temprano en el s. XX hay presencia del pueblo urarina. Los kukama llegaron en varias oleadas a raíz de las fuertes crecientes del río Huallaga en la década de 1970. Es difícil saber cuántas comunidades hay. Depende de los criterios que se utilicen. Pero nosotros contamos 19 núcleos poblacionales.



© Manolo Berjón. Mujeres urarina y kukama.

A comienzos de noviembre estos apus cortaron el Marañón a la altura de la comunidad de Nueva Alianza. Tuvieron una reunión con representantes del Estado y les invitaron a bajar a Iquitos para la siguiente ronda de conversaciones. En lo que sigue daremos breve cuenta de ello.

El 14 de diciembre de 2020 nos pasamos todo el día acompañando a los apus del río Urutiyacu en el Gobierno Regional de Loreto para sus reclamos. La reunión fue como todas estas reuniones. Funcionarios públicos que dicen querer escuchar y apus que están cansados de que les den largas y no solucionen sus problemas. En el transcurso de las reuniones los apus no se quedaron con la palabra en la boca, hablaron con una claridad meridiana.

Durante la mañana se trató fundamentalmente sobre educación. Piden profesores buenos en cada comunidad. Confían en conseguirlo. Ahora bien, a nosotros nos sigue pareciendo que la educación en Loreto deja mucho que desear, con índices de comprensión lectora y matemáticas por los suelos. No es cierto que la educación sirva para subir en la “escala social”. El otro tema de la mañana fueron los núcleos ejecutores. Un tema complejo. Ya hay comuneros denunciados en otras cuencas. Los malos manejos y el rol de agentes externos a las comunidades tienen mucho que ver. Pareciera que esto de los núcleos ejecutores sea para meter en la cárcel a los indígenas.

En la tarde la reunión se calentó un poco. Estuvimos esperando que llegara un representante del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). No llegaba. Se estuvo a punto de suspender la reunión hasta el día siguiente. Pero, entonces, una de las participantes en el evento se levantó y dijo lo que todos sentían: no queríamos venir a Iquitos porque sabíamos lo que nos iba a pasar. Pero ustedes nos dijeron que no podían llegar las autoridades hasta Nueva Alianza para saber de los proyectos. Así que aceptamos venir a Iquitos y ahora que estamos acá, no nos atienden. Palabras más, palabras menos, eso fue lo que dijo. Le siguieron dos apus con los reclamos. Subió la temperatura de la reunión. Cuando estábamos en plena tensión llegó el representante del MTC y habló de los proyectos de su Ministerio, pero ninguno les afectaba a los presentes. Esto es una buena metáfora: te reúnes con un Ministerio y el funcionario de turno te cuenta su trabajo, pero en su relato tú no apareces. Patético. Los apus piden antenas de telefonía móvil. El Estado responde que eso está en manos de inversores privados. Es decir, nada. Ninguna empresa va a invertir en el Urituyacu. El volumen de negocio no es rentable, lo cual no es óbice para que no tengan derecho y el Estado deba garantizarlo.

El día 15 de diciembre de 2020 continuaron las reuniones, pero en espacios diseminados por la ciudad. Comenzamos en el auditorio del GOREL (Gobierno Regional de Loreto) con Petroperú. Vinieron 5 personas expresamente de Lima para la reunión. Tengamos en cuenta que Petroperú acaba de pagar medio millón de soles por un logo nuevo. Viven en el país de las maravillas. Después de los saludos protocolares y la presentación, comenzaron con la línea de tiempo. Los apus, cansados de ver siempre las mismas presentaciones, no aceptaron la reunión y se concluyó. Petroperú no accede a remediar los derrames del 2016 porque OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) no ha sacado todavía su informe. Es terrible, más de 4 años y no hay ningún informe. OEFA también estaba invitada a la reunión, no se presentaron. En la tarde los de OEFA llamaron a uno de los apus para disculparse e indicar que a la brevedad saldrá el informe. A nosotros nos sigue pareciendo una falta de respeto.

A las 11.00 a.m. teníamos que dejar el auditorio del GOREL para otro grupo. Una expulsión en toda regla para indicar el grado de importancia que el Estado le daba a estos apus. De ahí nos invitaron a la reunión con el MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social). Cambiamos de escenario, motocarro de por medio. Trataron muy bien a los apus. El ingeniero que estaba en la oficina del MIDIS les dijo que su institución está para incluirlos en los planes y de esta manera accederán a sus servicios que incluyen al Ministerio de Salud, de Cultura (Interculturalidad), RENIEC (Registro Nacional de Identificación y Estado Civil), Banco de la Nación, Pensión 65 y Juntos. Hay que hacer una solicitud para que sean incorporados en los planes del 2021. Ahí nos dieron el almuerzo. A eso de las 5.00 p.m. tuvieron reunión con la DIRESA (Dirección Regional de Salud). Por otros compromisos no les pudimos acompañar. En llamada telefónica posterior nos comentaron que estaban contentos porque el director de la DIRESA les visitará a mediados de enero 2021, para ver in situ la propuesta de implementación del Centro de Salud de Nueva Alianza y tres nuevos anexos. Hay algunas peticiones más como una motonave, que se puede ver en su pliego de reclamos. 

© Manolo Berjón. Líder urarina

Hasta acá un breve resumen de la crónica. A continuación realizaremos algunas apreciaciones personales de todo lo vivido.

1.       Un poco de contexto. Durante la visita de los apus del Urituyacu a Iquitos se desarrolla el Congreso Ordinario de ORPIO (Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente), en el que no participan. Simultáneamente se produce una reunión en el proceso de consulta previa del lote 192. Se pretende entregar este lote petrolero por 30 años más. Perú, de nuevo, contra el tiempo. Para todos queda claro que los combustibles fósiles ya fueron. Pese a tener petróleo de baja calidad y problemas ambientales muy serios Perú decide seguir licitando dicho lote petrolero. De locos.

 

2.       Que la PCM (Presidencia del Consejo de Ministros) tenga que encargarse de los conflictos sociales locales es muy gráfico. Por un lado, la debilidad y fracaso de las regiones. De hecho en Iquitos se ven los conflictos sociales como una agresión contra la ciudad, sin pensar en ningún momento en qué situación están las comunidades: con niveles más altos de anemia, pésima escolaridad, muy limitada atención en salud, sin cobertura telefónica… Como región es para pensar el olvido y desprecio hacia la gente de las comunidades. Y sin tener en cuenta ni el territorio ni las migraciones. Iquitos está en la luna. Por otro lado, el corte de ríos y la paralización de actividades petroleras “atentan” contra el relato nacional (entiéndase intereses económicos de por medio), por eso interviene la PCM. No tanto en beneficio de los indígenas, sino en interés del “relato nacional”.

 

3.       El tipo de reunión no es el adecuado. La PCM coordina con todos los sectores para entablar la reunión con los apus. No se trata de eso. Lo que se precisa es que el Estado actúe, no que los funcionarios vengan a escuchar. Sin embargo, todo se desarrolla en el formato del Estado-nación, caduco en nuestra opinión. Los apus deben apuntar más a los derechos indígenas y los convenios internacionales. Hay experiencias interesantes de los wampis con el territorio integral.

 

4.       “Mapas de exclusión”. El funcionario del MTC presentó varios proyectos que tiene pendientes su ministerio. Uno de ellos: “creación de internet en localidades aisladas, zona selva 2018”. Pero ninguna de las localidades de los apus presentes está en la lista de comunidades beneficiadas. Nos parece que este proyecto es un “mapa de exclusión”. Pues bien, estos apus están incluso excluidos de los “mapas de exclusión”. De igual manera sucede con el MIDIS, sólo que este ministerio, por estar enfocado a los excluidos hablaba de “incorporarlos”. Es como si el Estado tuviera un ministerio para los excluidos, sin hacer mayor esfuerzo en otras áreas. Esta división a varias velocidades nos indica que no todos somos iguales. La ciudadanía no es garantía de igualdad de derechos. En otros países con la ciudadanía adquieres [o adquirías] otros derechos, como los laborales. En Perú la ciudadanía no garantiza derechos.

 

5.       Atención a las comunidades y migración. La migración es imparable, pero si logramos que la gente que desea vivir en una comunidad tenga los servicios mínimos, la migración a la ciudad será más suave. Las ciudades amazónicas ya son insufribles. Vienen a la ciudad para que sus hijos estudien y se encuentran sin servicios mínimos y con una pésima educación y salud. Esto hay que corregirlo en la raíz, brindando buenos servicios en las comunidades. Los apus tienen razón en todos sus reclamos, hay que atenderlos. Como dijo alguno de ellos: “no venimos a pedir un regalo, son nuestros derechos”.

 

6.       La implantación en el territorio es muy sabia por parte de los indígenas. Pequeños núcleos que garantizan estar cerca de los recursos naturales: caza, madera… Con alta movilidad social y migración que garantiza la reposición de los ecosistemas. Pero el Estado les obliga a nuclearse, agotando los recursos de su entorno. Lo inteligente sería que el Estado aprenda de las lógicas indígenas, les apoye y les garantice los derechos mínimos. Las políticas estatales suelen abandonar a las pequeñas poblaciones. Un grave error del tamaño de un monstruo y de una pésima interacción con el medio ambiente de consecuencias lamentables: desnutrición, anemia, pésima calidad educativa y sanitaria…

 

7.       Retórica. Varios funcionarios vinieron a “escuchar”. Los apus indicaban que del paro salió una plataforma de lucha que desconocen. Ya han debido escuchar, ahora los apus quieren conseguir sus derechos. Que el Estado actúe.

 

© Manolo Berjón. Líderes del Urituyacu


ALGUNOS TITULARES. Frases recogidas de los apus.

-          “Tomen un poco más de atención a nuestros reclamos”: cuando los funcionarios paraban en sus celulares.

-          “Necesitamos ser respetados, así como nosotros les respetamos a ustedes”.

-        “Los representantes no se comprometen. Queremos al gobernador regional”.

-          “Somos la voz de más de 7,000 indígenas”.

-          “Desde hoy día van a saber quién es el Urituyacu”.

-          “Sabrán lo que es esperar. Nosotros vivimos esperando años”.

-      “Nosotros sabemos lo que ha ocurrido, pero queremos que lo limpien”: respecto a los derrames de 2016.

-          “No quiero irme con la palabra en la boca”.

-          “Nosotros creo que no estamos en el mapa”.

-      “El Estado no ha puesto los ojos ahí, porque poco o nada le importa”.

-          “Si no hay solución, sólo nos queda medir nuestra fuerza”.

-          “Estamos más de una semana y no tenemos resultados”.


Los apus están regresando al Urituyacu. El tiempo irá diciendo si se solucionan alguno de sus múltiples y agudos problemas. Por nuestra parte queremos animarles en sus reclamos, tienen toda la razón y todo el derecho. Sentimos orgullo por ellos, a quienes conocemos por décadas. Muchas gracias por la confianza depositada en nosotros.

jueves, 3 de diciembre de 2020

TIEMPO Y DESEO: acompañando dos visitas al Poder Judicial

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos

 

En un mes hemos visitado el Poder Judicial en Iquitos en dos oportunidades. Y no han sido experiencias placenteras. La primera ocasión, acompañando a dos juntas vecinales de Punchana (Iván Vásquez Valera y 21 de Setiembre en Punchana) para una conversación con el tribunal (deliberadamente evitamos utilizar los términos jurídicos) que lleva su caso. Estas juntas vecinales han interpuesto una demanda constitucional por el acceso al agua potable y cerrar un desagüe a cielo abierto. Le amparan todas las convenciones de derechos humanos habidas y por haber. Además del sentido común. Las autoridades nos avisan de la necesidad del lavado urgente de manos. ¿Cómo lo van a realizar estas personas si carecen de agua potable en sus casas? La desigualdad a plena luz del día. Por cierto, todos los estándares internacionales indican el acceso al agua potable y desagüe como criterios de desarrollo.

Seguimiento de la audiencia virtual del caso "agua potable" de los Asentamientos Humanos "Iván Vásquez Valera" y "21 de Setiembre" en Punchana. 


Pero hay más. Estamos en segunda instancia. En primera instancia se ganó la demanda. Pero las Municipalidades de Maynas y Punchana, con una mirada corta, rayana a la ceguera, apelaron la decisión de los jueces. Aquellos que tienen que velar por los derechos básicos de los ciudadanos, apelan. ¡Esto es increíble! Ya hace 5 años que se interpuso la demanda. Y seguimos sin sentencia firme. Es fundamental tener en cuenta que estamos hablando de derechos humanos básicos. Esperemos que no haya argucias legales para dejar en el desamparo a estas juntas vecinales (y todas las demás juntas que lo terminen reclamando). Por cierto, El Salvador ha incluido el derecho al agua potable en su Constitución, a instancias de una propuesta de la Conferencia Episcopal de su país.

La segunda visita al Poder Judicial fue ayer. Acompañamos a las comunidades kukama de Cuninico, Esperanza, Nueva Santa Rosa y San Francisco a una diligencia. El juez tenía que escuchar a las partes sobre la implementación de la atención en salud. El poder judicial realizó un cambio de jueces y se reprogramó la audiencia para el 21 de diciembre. El juez tiene todo el derecho. Pero no es justo hacer venir a los comuneros kukama desde tan lejos para decirles que se reprograma la audiencia. Nos parece una vulneración de derechos en toda regla, por muy legal que sea. Y no estamos hablando del juez, sino del Poder Judicial. Porque estos temas no son asunto de jueces particulares. Es un tema del Poder Judicial que no está calculando el costo de la reprogramación. Más que el costo económico, que ya de por sí es muy importante, está la sensación de ser burlados y no escuchados, el costo afectivo. En otras palabras, no en vano se produce lo que se denomina como “desafección de las instituciones”.

Nos parece que este 2020 nos ha traído varias lecciones. Sólo señalaremos dos: la desigualdad y la prepotencia. Hemos visto cómo el covid-19 desarmó fácilmente el crecimiento económico peruano porque no se ha invertido lo necesario en corregir las desigualdades sociales. Si miramos desde los pueblos indígenas percibiremos las brechas como abismos. La segunda enseñanza proviene del Congreso. La burbuja en la que han vivido provocó el estallido de un movimiento juvenil de tal calibre, la “generación del bicentenario”, que depuso al gobierno. Lo que está detrás de todo esto es la prepotencia. Este cóctel explosivo de desigualdad y prepotencia genera una gran desafección de las instituciones. Es una escalera inclinada hacia el abismo con consecuencias imprevisibles. Evidentemente, el Poder Judicial tiene que ayudar a corregir estas desigualdades y castigar a los prepotentes. Y eso es lo que está en el fondo de las dos demandas que nos han llevado a visitar el Poder Judicial.

A un año del bicentenario nos encontramos de lleno con la “colonialidad del poder” que otros califican como “colonialismo interno”. Somos independientes, pero la élite criolla se hizo con el poder y mira únicamente desde sus propios intereses. Por si fuera poco, universalizan sus valores y se protegen unos a otros. Hay todo un entramado de instituciones que solapan este sesgo haciéndolo invisible. Lo que en lenguaje secular se denomina “sesgo”, algunos teólogos prefieren llamarlo “pecado original”. Es decir, hacernos ciegos a nuestros propios valores e intereses en detrimento de los demás.


Acompañamiento del "caso Cuninico" en la Parroquia Inmaculada de Punchana. Proporcionando consuelo después de la visita al Poder Judicial.

En lo que sigue nos van a permitir una brevísima reflexión sobre el tiempo y el deseo. No es necesario compartir nuestras creencias cristianas para seguir la argumentación. Comencemos con el tiempo. Una de las características actuales es su aceleración. Todo va muy rápido, cada vez más rápido. Es más, necesitamos mayor velocidad únicamente para permanecer en el mismo lugar, para no quedarnos atrás. Así nos encontramos en una situación inédita: carecemos de tiempo, no nos alcanza para todas las cosas que queremos hacer. Bueno, nos corregimos: los importantes no tenemos tiempo. Sólo tienen tiempo los humildes, sólo les queda esperar. Esto puede generar resentimiento. Es comprensible que quien sólo le queda esperar se resienta. Así vemos cómo la gente humilde hace colas interminables, desde el Banco de la Nación hasta cualquier otra institución, incluido el Poder Judicial. No estamos apelando al conformismo, eso no es cristiano. Apelamos al “adventus”: “el que viene”. En la liturgia cristiana estamos en tiempo de adviento y repetimos continuamente “Ven, Señor Jesús”. El mundo en el que vivimos desactiva este sentido de la espera. Ya no hay adviento, de frente se coloca el Nacimiento de Jesús, para vendernos más, para hacernos únicamente consumidores. Esa es una religión consumista que no consuela. Pero las comunidades cristianas debemos hacer un esfuerzo por esperar a Jesús que viene en los humildes. “Ven, Señor Jesús”, porque quienes tienen que ver por el bien común, no lo hacen. Colocarnos al lado de los humildes es la oportunidad de recibir a Jesús que viene.

Tanto las Juntas Vecinales como los comuneros kukama del “caso Cuninico” presentan una espera activa: se han organizado para reclamar sus derechos. No esperan ningún regalo. Exigen sus derechos. Y no se cansarán hasta que los consigan.

El otro punto es organizar el deseo, una de las tareas humanas más importantes. Todas las culturas lo hacen. En la amazonía se deja que los niños hagan un poco lo que desean. Se evita corregirlos en público, pero en casa se les orienta. Los pueblos indígenas siguen utilizando el baño con verbena, e incluso haciéndola tomar, a los niños cuando tienen rabia. De igual manera también se les tapa con panero. Es una forma de orientar las emociones y de organizar el deseo. No es únicamente una cuestión de niños, las asambleas comunales suelen comenzar con un desiderata: recordando la importancia de colaborar y portarse bien. Si alguien transgrede las normas, la autoridad le corregirá. Si no hace caso terminará siendo expulsado de la comunidad. Todo esto depende mucho de las fuerzas que tenga en la comunidad a modo familia extensa. Es decir, los indígenas por miles de años han elaborado rituales para modelar el deseo.

También el cristianismo modela el deseo. En las iglesias católicas orientales, junto con la iglesia ortodoxa y las iglesias ortodoxas orientales, existe la práctica del “ayuno de natividad”. Es una forma de ascesis que prepara el cuerpo. El ayuno religioso es diferente de la ausencia de ingesta para ser más esbeltos y más sanos. El ayuno cristiano está orientado a dar la comida que no consumes a los pobres. Y no olvidemos aquello de “quiero misericordia, no sacrificios” (Mt 12, 7). Este adviento nos debería llevar a los que nos sentimos cristianos a ayunar de prácticas que vayan contra la justicia y los derechos humanos.

Para concluir, alargar inútilmente la espera es una forma de maltrato a los cuerpos de los humildes. Pedimos a los jueces, aunque no sean cristianos, que eso no interesa para estos propósitos, que sean sensibles en primer lugar a los propios sesgos, y en segundo lugar a la vida de los humildes.