Iquitos, 28 de noviembre de 2016
Hoy día, lunes 28 de noviembre de
2016, se da inicio a las conversaciones entre los dirigentes indígenas del paro
en Saramurillo y el gobierno peruano. Han dicho que durarán 15 días, falta ver
el desarrollo del mismo. Señalamos algunas ideas que nos parecen fundamentales.
No sabemos si van a formar parte de las conversaciones, pero creemos que, por
su trascendencia, no deberían quedar al margen.
© Barbara Fraser, noviembre 2016, entrega de barcazas para comienzo del diálogo en Saramurillo
MATRIZ ENERGÉTICA
Los dirigentes indígenas han
reiterado hasta la saciedad que la actividad petrolera no va en estas
circunstancias. Si comprendemos bien la propuesta estarían indicando que ha
llegado el momento del cambio de la matriz energética.
“Sabemos que la tecnología basada en combustibles
fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en
menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora.
Mientras no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar
ya en marcha, es legítimo optar por lo menos malo o acudir a soluciones
transitorias. Sin embargo, en la comunidad internacional no se logran acuerdos
suficientes sobre la responsabilidad de quienes deben soportar los costos de
la transición energética. En las últimas décadas, las cuestiones ambientales
han generado un gran debate público que ha hecho crecer en la sociedad civil
espacios de mucho compromiso y de entrega generosa. La política y la empresa
reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales.
En este sentido se puede decir que, mientras la humanidad del período
post-industrial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la
historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser
recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades”:
Francisco, Laudato Si, n° 165.
Nos sugiere muchos comentarios,
pero dos nos parecen oportunos en este momento: “transición energética” y “la
política y la empresa reaccionan con lentitud”. Añadimos un tercero por su
trascendencia: necesitan reemplazarse “progresivamente y sin demora” los
combustibles fósiles.
Para que las conversaciones en
Saramurillo sean serias, hay que afrontar la “transición energética”. El lote
192 está prácticamente agotado, y el lote 8 no tiene muchas reservas. Y en
ambos lotes el petróleo es de mala calidad, muy pesado. Estos simples datos ya
deberían ser suficientes para plantear la transición energética de forma inmediata.
Además, el gobierno anterior decidió, a nuestro parecer unilateralmente, sin
tener en cuenta a los pueblos indígenas, invertir 3500 millones de soles en la
planta de Talara. Y este año se cerró un contrato para que el crudo ecuatoriano
utilice el Oleoducto Nor-peruano. Estas dos decisiones afectan poderosamente
estos territorios indígenas. No reconocerlo, o esconderlo, es falta de buena
voluntad. Y esto afecta a las posibles titulaciones de territorios. En tiempos
de capitalismo global, el territorio no puede ser pensado únicamente como un
espacio delimitado, no es suficiente. Hay que tener en cuenta los procesos de
desterritorialización y reterritorialización. Pero volvamos al inicio del
párrafo. Si no se acuerda un calendario con plazos, y revisable, para la
transición energética continuaremos impactando los territorios indígenas con
energías fósiles, no renovables, con graves consecuencias ambientales y
desastrosas secuelas para los pueblos indígenas.
Si estamos en lo cierto de la
necesidad de cambiar la matriz energética, entonces el proceso de
conversaciones no puede durar 15 días. Hay que construir un calendario con
objetivos claros y con etapas. Todo ello tiene que ser revisable. Ahora es el momento
oportuno para introducir esta temática.
CUIDADO DEL LENGUAJE
No se trata de copiar únicamente
términos de otros escenarios y aplicarlos a la situación. Es preciso inventar
un lenguaje apropiado que se adecúe a la realidad. Es difícil, pero es
completamente necesario. Lo que se está haciendo en estos momentos para “limpiar”
/ “remediar” / “reparar” / “restaurar el
paisaje” / “rehabilitar” (señalamos únicamente la complejidad de los términos) de
los derrames en el Oleoducto Nor-peruano es ingenuo por muchos motivos. No
tiene en cuenta el stress provocado en los peces y los cambios morfológicos en
los mismos: carapa más gruesa, úlceras… Es decir, localizar la limpieza
únicamente en el lugar donde ha ocurrido el derrame es absurdo. Implica un
desconocimiento mayúsculo de los ecosistemas. Los peces no son plantas, se
mueven, han huido, pero han sido agresivamente impactados. Considerar
Monterrico, San Pedro… y los demás puntos de derrames como espacios delimitados
es obsceno. Deja fuera las comunidades intermedias que también han sido poderosamente
mal tratadas en su pesca. De igual modo, es absurdo no reconocer que este tipo
de desastres impacta fuertemente en la reproducción de los peces (¿y en
humanos?). Para nuevas situaciones necesitamos nuevas palabras.
La pelea no está en lo técnico,
aunque lo técnico es absolutamente necesario y hay que argumentar bien. El puro
pragmatismo y tecnicismo es jugar con las reglas impuestas por el Estado. El
sentido lo genera lo improductivo: los poetas, los creadores de palabras, los
artistas, los filósofos… Los necesitamos en este proceso. Su tarea es crear
escenarios más allá del mero pragmatismo. Para ello es ineludible la creación
de nuevas palabras para nuevas situaciones. Invocamos a los artistas en general
que utilicen sus creaciones en beneficio del medio ambiente y de los pueblos
indígenas.
Cuando se produjeron las
conversaciones con el Estado para la aprobación de la “hidrovía amazónica”, el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y sus tecnócratas introdujeron
el término “malos pasos”. Con este concepto designaban lugares poco profundos y
con palizadas. La misma designación de “malos pasos” lleva asociado la limpieza
de los mismos para que los grandes barcos, no las canoas ni los botes
indígenas, puedan transitar. Los indígenas kukama, a esos mismos lugares, los
denominan “bancales”: lugares de poca profundidad que utilizan los peces para
descansar, entre otras funciones. Por tanto, en la visión kukama, lejos de ser
“malos pasos” son “lugares excelentes”. Las muchas reuniones, y la falta de
pericia de los indígenas en la redacción de documentos, llevó a que el MTC
volviera a introducir el término “malos pasos”, desterrando el término
“bancales”. La consecuencia fue desastrosa: se permite dragar los ríos
amazónicos. La lucha por el lenguaje es la lucha por la realidad. “El lenguaje
configura la realidad”.
Algunos consideran que se ha
producido un cambio sustancial en cuanto a enfermedades se refiere: de
enfermedades víricas a enfermedades neuronales. Sin que hayan desaparecido las
primeras, las segundas han hecho su aparición. Notemos que en la época de las
reducciones de Maynas se produjo una considerable disminución poblacional
porque en aquel momento no eran conscientes de las enfermedades propagadas. No se
trata de copiar o trasladar ingenuamente, sino de hacer preguntas inquietantes
e interesantes para “sentir/pensar nuestra realidad”. ¿Qué significa que haya
personas en el río Corrientes y en la comunidad kukama de Cuninico con metales
pesados en su sangre? ¿Qué implica que algunos pescados tengan sus escamas más
duras y presenten algunas modificaciones morfológicas? ¿Se han producido
cambios genéticos en algunas especies de plantas, peces…? Nada de esto se puede
saber sin los exámenes correspondientes, que también incluyen exámenes
toxicológicos y epidemiológicos. Pero no basta con realizar estos exámenes, hay
que interpretarlos y sentir/pensar desde ellos.
Los indígenas han propuesto una
“Comisión de la Verdad”. Estamos completamente de acuerdo con el propósito de
la misma y confiamos y solicitamos que se constituya, aunque solicitamos a los
poetas que busquen una nueva denominación. Nos gustaría hacer algunas
precisiones que nos lleven a buscar nuevos términos para nuevas realidades. Sugerimos
tres tipos de cuestionamientos:
1. En
primer lugar, el concepto de “verdad”. Para los Occidentales tiende a ser
“objetiva”. En cambio, para pueblos indígenas es más bien subjetiva. La verdad
es posicional, depende de la persona que la juzgue. Un chamán es bueno o malo (brujo)
dependiendo de la relación que mantengo con él: si cura a mi hijo…, será bueno;
si me hace daño, será malo. Si es bueno para mí, mi enemigo lo tendrá como un
brujo. Enemigo es el concepto más importante en la Amazonía indígena. Por
tanto, bueno o malo depende de la persona que lo narre.
2. Segundo,
las comisiones de la verdad están vinculadas a los derechos humanos. En la Amazonía
indígena tan humanos son las personas como los animales, los espíritus, el río y
algunas cosas. La consecuencia es muy sencilla: en la Amazonía indígena se
produce una “ampliación del círculo de lo humano”. Por tanto, los “derechos
humanos” en la Amazonía indígena incluyen los derechos de todos los “humanos”:
animales, espíritus, río, cosas… Algunas tendencias actuales del derecho están
hablando de los “derechos de la naturaleza”. Estando de acuerdo con esta
postura, desde la Amazonía indígena se le podría reprochar que la dualidad
naturaleza / cultura de la que depende no es aceptable en pueblos indígenas.
Las palmeras, por poner un caso, son fruto de la intervención humana por miles
de años. Y existen palmeras en los lugares más recónditos de la Amazonía. A un
niño enfermo se le impone la arcana: el chamán le pone el espíritu de un animal
fuerte para que le proteja. Como vemos en estos ejemplos la dicotomía
naturaleza / cultura no se sostiene en la Amazonía indígena.
3. Tercero,
el tiempo. Están pensadas para meditar sobre el pasado inmediato en forma de
narración lineal. Siendo importante, y estando nosotros de acuerdo, en la
Amazonía indígena el tiempo no es lineal y existe una “amnesia genealógica” que
corre un velo sobre las generaciones que no se han conocido. Nadie recuerda más
allá de la generación de sus abuelos (o, en todo caso, bisabuelos). Lo que va
sucediendo se recoge, en el caso del pueblo kukama, en narraciones que se
depositan en el río. Y así tenemos que escuchan campanas, vacas o gallos en el
río, como recuerdo de la época de las reducciones de los jesuitas. Todo esto
nos habla de unas técnicas de memoria diferentes, que también deben ser tenidas
en cuenta.
Para restañar las heridas
provocadas por el Oleoducto Nor-peruano es preciso un estudio internacional
transparente con la participación de las organizaciones indígenas. No tenerlo
en cuenta sembrará la duda y con la duda no puede haber confianza. La revisión
de los contratos de los lotes petroleros 8 y 192 son del todo necesarios. Y así
el resto de los 7 puntos planteados por la plataforma indígena.
MESIANISMO
Concluíamos la nota anterior
sugiriendo cierto mesianismo. Ahora está más claro. Algunos pastores
presentaban al “Comandante” como un enviado de Dios. Puede verse en la revista
Caretas cómo este personaje ha estado vinculado con el fujimorismo y la falta
de respeto con los derechos humanos: http://diariolaregion.com/web/ex-militar-funge-de-apu-segun-revista-caretas/.
Ha habido alboroto sobre cómo ha contactado con los apus. A nosotros no nos
escandaliza esto. Otras organizaciones indígenas han estado vinculadas a otros
movimientos políticos y tampoco nos asustaba. El tema no son los vínculos, sino
si las reivindicaciones son justas. Los movimientos políticos que se arriman,
sean del tipo que sean, no nos gustan, nunca nos han gustado y nunca nos
gustarán. Pero cada uno es libre de pensar lo que le parezca. La política
partidaria, con un horizonte de 4 ó 5 años, siempre nos ha parecido pequeña,
diminuta, canija. Nos interesa mucho más la gran Política, aquella que afecta a
mucha población o a poblaciones vulnerables, a aquella que marca tendencias
importantes en el tiempo.
El Comandante en cuestión llegó a
Saramurillo en un momento de tensión. En nuestra opinión, este desembarco
estaba preparado desde el poder. Y algunos apus lo vieron como una solución. Lo
cierto es que les contactó con el Ministerio de Defensa y permitió que una
delegación viajara a Lima. Lo que a nosotros nos parece obsceno de toda esta
situación es cómo un personaje con semejante historial accede tan rápidamente
al poder, cómo tiene contactos en el gobierno. Nos parece pornográfico. En
segundo lugar, este contacto, aunque repugnante, no invalida los reclamos
históricos del paro indígena. Quien debiera dar una respuesta no son únicamente
los indígenas, sino el ministro de Defensa.
No es la primera vez que se
presenta o le presentan a una persona como el Mesías. Los cristianos estamos
avisados por el propio Jesús: “No se dejen engañar cuando varios usurpen mi
nombre y digan: Yo soy el Mesías. Pues engañarán a mucha gente. Ustedes oirán
hablar de guerras y de rumores de guerra. Pero no se alarmen; todo eso tiene
que pasar, pero no será todavía el fin” (Mt 24, 4-6).
Somos conscientes que hay un
fuerte componente indígena en todo esto. Consideramos que los movimientos
mesiánicos dan esperanza en tiempos duros, difíciles, complicados y, en
ocasiones, desesperados. Lejos de nosotros juzgar duramente esta situación. En
esos momentos en Saramurillo mucha gente tenía miedo y se decía: “nos van a
venir a matar”. Imaginen el escenario cuando apareció irresponsablemente el
dron, como ya relatamos en la nota anterior.
Para concluir, bienvenidas las conversaciones en
Saramurillo. Es preciso organizar escenarios nuevos que permitan avanzar en las
conversaciones. El Estado debe evitar “dar concesiones” cicateras a los
indígenas. Estos últimos son igual de ciudadanos que los blancos. No están en
juego concesiones, sino derechos. Y los derechos se ejercen y se reclaman. En
ello se juega la democracia y la justicia. Continuaremos atentos a todo este
proceso.
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
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