jueves, 13 de agosto de 2020

LA PROVOCACIÓN DEL ARTE EN TIEMPOS DE COVID-19: “MATRIZCIDIO 2022”

 Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos

 

Título: “Matrizcidio 2022”

Técnica: Ilustración digital

Autor: Del Águila Art (artista loretano)

 

Estamos dando un vistazo anodino al Facebook y nos encontramos con esta belleza visual. La rutina y la indiferencia saltan por los aires. No es poca virtud en este mundo saturado de imágenes. Nos parece una provocación, en el buen sentido del término. Queremos dejar constancia de ello.


© Christian del Aguila: Matrizcidio 2022


El autor utiliza la ilustración digital, el uso de tecnologías informáticas con diversos dispositivos electrónicos para crear arte. Aparece la brecha digital y la distancia entre generaciones. La potencia visual nos indica que el autor es un experto en el tema. Se presenta como un artista loretano. Merece la pena estar atentos a sus creaciones.

Nos atrapó desde el primer momento, aunque al principio nos dejó desconcertados. Posteriormente nos ha servido para hacernos algunas preguntas. Muy probablemente, el autor y nosotros partamos de convicciones diferentes. Estamos lejos de la “consonancia” entre idénticos. Lo habitual hubiera sido la “disonancia”: el ruido que no permite escucharse. Proviniendo de escenarios diferentes apostamos por una posible “resonancia”: convergencia entre diferentes que, conservando su diferencia, pueden vibrar en común. Arte y religión son dos ámbitos propicios para la “resonancia” comprendida como una vibración que nos transforma y nos conduce tras la senda de la vida buena.

El primer vistazo nos colocó delante de la iglesia Matriz de Iquitos abandonada y semiderruida. La imagen se percibe desde la calle Arica, invadida por el río. Aparecen plantas acuáticas al lado de la Matriz. No existe la Plaza de Armas, un brazo del río lo ha anegado todo. Al otro lado del río continúa erguida una torre de luz. El cielo está rojo, es una puesta de sol. Para los occidentales esto implica que al día siguiente hará buen tiempo (calor). En la Amazonía es una señal de lluvia. Así lo considera también el pueblo kukama. En la calle permanecen abandonados un motocarro volteado y un ómnibus. Atado al ómnibus hay una canoa-bote y encima del ómnibus una mujer con un perro. La mujer tiene unos jeans al uso, rotos, y botas. En su hombro hay una especie de bolsa-carcaj donde guarda las flechas y un arco en la mano izquierda, mientras con la derecha parece indicar el boquete que hay en la cubierta de la parte anterior de la Matriz. El cuadro lo completan algunas aves, probablemente gallinazos en el tejado de la Matriz y unos loros en la farola al otro lado de la calle. Nos parece una escena post-apocalíptica.

La descripción del cuadro se completa con un cartel donde se lee: “#YO [NO] ME QUEDO EN CASA”. Las letras son de molde y en color gris oscuro, excepto el “no”: un añadido posterior en color rojo. En la pared de la Matriz podemos leer: “FALSO DIOS” y “AMAZONÍA IS DEAD”. También aparece dibujado en color rojo en la pared de la Matriz la figura del covid-19. Vamos a proponer 4 sucintas pistas de lectura, entre otras muchas posibles y una nota final sobre la temporalidad. El arte tiene la capacidad de sugerir. El espectador también construye su propio cuadro. No tiene por qué coincidir la narración (oral o escrita) que realiza el autor a los relatos que organizan los posibles observadores. Pero pueden ser relatos que conversan.

1.       Nos parece que la mujer ocupa un lugar central en el cuadro. Por un lado está la iglesia Matriz, del latín matrix, útero; y, por otro, la mujer encima del ómnibus. Esta contraposición nos parece muy interesante. La Matriz ya no genera vida, está desolada y semiderruida. La mujer que está encima del ómnibus es una superviviente, una resistente, hay esperanza. Está caracterizada como una cazadora con un perro bien alimentado, el carcaj con flechas y el arco, roles tradicionalmente masculinos. Es una mujer joven actual, sus jeans están rotos. No aparecen niños, pero el hecho de ser una mujer joven deja abierta la posibilidad generatriz, si es que ella lo deseara, aunque no aparece ningún varón. Decimos esto porque al ser una superviviente encarna la esperanza y el futuro. El género está en construcción.

 

2.       Sólido – líquido. El agua ocupa un lugar central. El autor ha optado por una creciente del río. Esto es una licencia del artista, difícilmente se anega la Plaza de Armas de Iquitos. Por cierto, no existe Plaza de Armas, su espacio lo ocupa un brazo del río. La plaza es un espacio de socialización y prestigio. Sólo se observa una superviviente y su perro en la calle Arica. Al otro lado del brazo del río hay una torre de metal. Esto contrasta con el hierro del socavón de la cubierta en la parte delantera de la Matriz. Ambos son sólidos: la torre de metal permanece, la Matriz está deteriorada y semiderruida. Hay otro socavón en la esquina trasera de la iglesia. Pero lo que nos parece más interesante es el contraste entre la solidez y la fluidez. El agua está muy presente y la forma de deslizarse en este mundo no es ocupar un espacio permanente, la Matriz como construcción, sino la canoa-bote, donde probablemente ha llegado la superviviente. Esta idea de lo fluido que se desplaza es muy amazónica. No sabemos si está en la intención del artista, pero en un mito kukama se narra que la maldad de la gente, manifestada a través del ruido, la ruptura del equilibrio con la naturaleza y las desigualdades, provocan el hundimiento de la tierra y la anegación de las aguas. Los socavones en la iglesia serían producto del abandono, más que un ataque externo. Por cierto, para los kukama, el hundimiento de la plaza implica todos los negocios que están establecidos en ella: el BCP, la Casa de Fierro… El lugar de socialización es un lugar de prestigio y exclusión. Ciertamente, los humildes también pueden pasear, pero no se pueden adueñar. Existe un contraste entre la movilidad terrestre (ómnibus y motocarro) malogrados y la acuática (canoa-bote).

 

3.       La escritura ocupa un lugar importante. En pueblos de una gran tradición oral se opta por la escritura en dos idiomas imperiales: español e inglés. No sabemos si el artista afirma o sólo copia lo que ve. Lo han escrito otros, él lo pinta. Este artificio permite al artista reservar su opinión. Comenzamos por lo escrito más en el centro de la pared de la Matriz: “AMAZONÍA IS DEAD”. A su lado hay un dibujo del covid-19, lo interpretamos como el causante de la muerte de la Amazonía. Ciertamente, el sufrimiento en la ciudad de Iquitos ha sido indecible. Pero no se menciona el sufrimiento en pueblos indígenas, algo que estaba ocurriendo en el momento mismo de la creación, y que continúa ocurriendo mientras escribimos esto. Podríamos añadir que si continúa la depredación de la Amazonía el próximo virus saldrá de acá, pero no se sugiere en el cuadro. El segundo escrito reza: “FALSO DIOS”. Estamos lejos de la muerte de Dios nietzscheana. El cuadro sugiere que “éste” Dios es falso (el cristiano), pero puede haber otros verdaderos. Acá hay un legado para la teología. ¿No hemos sido demasiado vehementes en la utilización de una teología afirmativa sobre Dios (catafática) y no deberíamos también presentar una teología negativa sobre Dios (apofática)? Es decir, no podemos controlar a Dios, tenemos que dejarle que sea Misterio. Menos dogmatismo y más mística. El tercer escrito aparece en un cartel: “YO [NO] ME QUEDO EN CASA”. Cartel que ha sido sido intervenido. El “no” es una adición posterior. ¿Atribuye el autor el no quedarse en casa con la debacle que retrata? No lo sabemos. Pero nos llama la atención, porque el Estado no ha cumplido el rol protector que le corresponde y ha culpado a la población de no quedarse en casa. En Iquitos ha sido particularmente duro cómo muchas personas del centro han insultado por las redes sociales a quienes no se quedaban en casa [muchos de ellos no podían por el hacinamiento en el que viven –la planificación urbana en Iquitos es un desastre–, porque tenían que trabajar, porque sólo se utilizó la razón occidental para una población como la de Iquitos, con un fuerte componente indígena, o por otros motivos]. ¿Se ha comprado el discurso oficial?

 

 

4.       ¿Es el coronavirus el causante de todo esto? Eso parece sugerir el cuadro, con la pintura del covid-19 en la pared de la Matriz y el cartel “YO [NO] ME QUEDO EN CASA”. El título del cuadro nos parece muy evocador: “Matrizcidio 2022”. ¿Este es el escenario para 2022? Entonces, nos quedan un par de años de sufrimiento hasta que lleguemos a ese estado reflejado en el cuadro. Como estamos en 2020, ¿es una invitación del autor para que reaccionemos? ¿En qué sentido? ¿Es un deseo matar a la Matriz? ¿Es una descripción de lo que ha pasado en Iquitos durante la pandemia del coronavirus?

 

No podemos terminar sin hacer referencia a la historia. Con la llegada de los jesuitas en el s. XVII aparecen las epidemias históricas que diezmaron la población indígena. ¿Puede ser leído el cuadro como una metáfora de las epidemias? Tal vez, pero nos parece problemático por dos motivos. En primer lugar, porque durante la primera globalización (s. XVI-XIX) no eran conscientes de las epidemias. Los jesuitas barruntaban algo, pero no fue hasta el s. XIX que se descubrieron los virus. En segundo lugar, porque en la etapa actual de la globalización y, en concreto, en esta epidemia de covid-19, la Iglesia de Iquitos ha sido parte de la solución, no del problema. Autoridades tenemos que no cumplieron su papel.


Siguiendo con la temporalidad. La cuarentena ha sido un tiempo productivo. Algunos artistas han creado arte. Esto siempre lo debemos agradecer. El arte tiene su propio espacio y dinámica. Contribuye, sin duda, a la construcción del bien común, a la reflexividad y puede tener efectos terapéuticos si nos sirve para analizar lo que nos ha sucedido. Sin embargo, el Estado ha sido un vector de propagación del virus. Algunos trabajadores municipales en el reparto de víveres han diseminado el virus en el río Corrientes. En el distrito de Parinari trabajadores del Ministerio de Salud también han  dispersado el virus. Respecto al Ministerio de Cultura, al que agradecemos estar atento a esta creación, no ha tenido la misma empatía con los pueblos indígenas, a quienes tiene obligación de atender y no la hecho suficientemente, con muertes indígenas incluidas. Cultura parece haberse acordado de los indígenas exclusivamente para reseñar algunas necrológicas obligadas. Mientras tanto la Iglesia de Iquitos generó esperanza en la población y llamó la atención del Estado con la colecta pública que ha servido para comprar 4 plantas de oxígeno, medicinas y equipos de protección personal, entre otras actividades. Algunos de estos insumos han ido a los Centros de Salud y Postas Médicas situadas en pueblos indígenas, porque el Estado no lo hace, al menos no suficientemente. Alentamos a la recepción de la obra. Es una oportunidad de contrastar públicamente diversos relatos de lo que nos ha sucedido como sociedad y construir sentido, buscando sus posibles efectos terapéuticos.

lunes, 10 de agosto de 2020

CÓMO NARRAR LOS CRÍMENES INDÍGENAS KUKAMA DE BRETAÑA

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos


Nuestras condolencias y sentidos pésames para las familias de los fallecidos. Sólo conocemos el nombre de dos de los fallecidos:  Chemilton Flores Crispín y   William López Ijuma.

 

El contexto es imprescindible y necesario para enmarcar los hechos. De esta forma adquieren sentido. En nuestra opinión no basta con narrar los hechos, hay que preguntarse desde dónde se narran. Nosotros optamos por la monetarización y el cambio de modelo energético como dos claves fundamentales que nos permitan comprender mejor lo sucedido. Damos por conocidos los hechos. Sólo recordamos que hay tres indígenas muertos y varios indígenas y policías heridos. Si alguien necesita conocer los hechos puede leer: http://www.caaap.org.pe/website/2020/08/09/orpio-tras-muertes-en-el-lote-95-exigimos-investigar-quien-inicio-con-los-disparos-y-quienes-mataron-a-los-tres-hermanos-indigenas/ , también se puede ver: https://elpais.com/internacional/2020-08-10/tres-indigenas-mueren-por-disparos-de-la-policia-en-peru.html


© Leonardo Tello. Un herido en Bretaña a su paso por el puerto de Nauta. Con la sabiduría de Leonardo: "los indígenas y los policías no se diferenciaban en nada". Los muertos siempre lo ponen los mismos cuerpos. Los cuerpos de corbata no frecuentan estos espacios de violencia.


Fue en 1971 cuando se descubrió el primer pozo de petróleo en Loreto. De entonces para acá la actividad petrolera ha marcado la región. Las compañías petroleras han tenido pocos escrúpulos con los pueblos indígenas y el medio ambiente. El Estado, buscando la inversión privada, no se ha dotado de las leyes adecuadas y cuando las tuvo, no las aplicó. Así de sencillo. Loreto decidió anestesiarse con el canon petrolero que no ha servido a la región, menos a los pueblos indígenas. Todavía hoy en día hablar de pueblos indígenas y actividad petrolera es problemático en Iquitos. Los insultos están a la orden del día.

Durante décadas no hubo oposición aparente a la actividad petrolera por parte de los pueblos indígenas. Recordamos un infausto 3 de octubre de 2000: se derramaron muchísimos más de 5500 barriles de petróleo en San José de Saramuro, río Marañón. Fue un día negro, como el color del que tiñó el río. La actuación del Estado fue deplorable y la petrolera superó el cinismo habitual.

En el 2006 los achuar del Corrientes entraron en paro y terminaron firmando el “Acta de Dorissa”. Fue la primera vez que un pueblo indígena sentaba al Estado. A partir de entonces ha habido muchas historias. Lo cierto es que hay territorios contaminados, afectaciones a la pesca y la caza, entre otra serie de graves consecuencias. Los derrames de petróleo son otro capítulo triste. Un Oleoducto Nor-peruano obsoleto, y sin el mantenimiento adecuado, fue el escenario desastroso de una serie de derrames que han perjudicado enormemente a las comunidades. Los crímenes de Bretaña vienen de lejos, y sin tener en cuenta la lucha indígena con la actividad petrolera no se pueden comprender.

Nos van a permitir un párrafo sobre el Estado. Permite la extracción de recursos naturales a las empresas, en muchas ocasiones sin consulta previa. No tiene un instrumental medioambiental adecuado. Cuando se dota de leyes no las hace cumplir. No atiende con necesidades básicas a su población indígena: agua potable, desagüe, educación y salud de calidad, acceso a internet… Se coloca al lado de las empresas extractivas cuando surgen conflictos sociales. Establece mesas de diálogo donde se firman documentos que nunca se cumplen.

 

MONETARIZACIÓN

El crecimiento económico peruano trae de la mano la monetarización en las comunidades. Se han producido varias transformaciones importantes. En primer lugar, muchos loretanos han migrado fundamentalmente a la costa en busca de un trabajo que permanece esquivo en Loreto. Esto también ha afectado a los pueblos indígenas. Como contrapartida llegaban pequeñas remesas de dinero a las comunidades. También la actividad petrolera monetarizó las comunidades ofreciendo trabajos precarios a los indígenas. Programas estatales como Juntos, Pensión 65 y Qali Warma han generado cambios de envergadura. Los dos primeros han contribuido directamente a la monetarización. Y el tercero a un cambio alimentario de grandes dimensiones. Una modificación del paladar que sólo se puede satisfacer comprando alimentos foráneos con dinero. A esto se une la necesidad de celulares para comunicarse con los familiares en la ciudad…

La monetarización, en sí misma, es neutra: ni buena ni mala. Diferente es cómo se consigue el dinero y en qué se gasta. Se invierte el dinero en relaciones sociales, que es la manera de invertir en seguridad. De ahí que se compren bienes como televisiones, refrigeradoras… que se pueden vender en momento de una necesidad. Se invierte en diversiones con la familia y amigos. De tal manera, que cuando esté necesitado tenga un colchón social que me pueda respaldar. Difícilmente se invierte el dinero en el banco o en acciones, y no es únicamente porque en la mayoría de los lugares no haya oficinas bancarias, que no las hay. Esta necesidad de dinero, junto con la desafección del Estado que no cumple con requisitos mínimos como agua potable, educación y salud de calidad…, genera que los paros sean cada vez más violentos.

 

CAMBIO DE MODELO ENERGÉTICO Y POSIBLE MEDIACIÓN

Por esta razón: a) denunciamos la violación de los derechos humanos y la destrucción extractiva; b) asumimos y apoyamos las campañas de desinversión de compañías extractivas relacionadas al daño socio-ecológico de la Amazonía, comenzando por las propias instituciones eclesiales y también en alianza con otras Iglesias; c) llamamos a una transición energética radical y a la búsqueda de alternativas: «La civilización requiere energía, ¡pero el uso de la energía no debe destruir la civilización!»: Documento Final del Sínodo Panamazónico, n° 70.

 

Cuál es el marco adecuado desde el que narrar estos hechos. Nosotros lo tenemos claro: el cambio de modelo energético. A estas alturas ha quedado suficientemente claro que los combustibles fósiles contribuyen al calentamiento del planeta y no podemos continuar así. Ha llegado, por tanto, el momento de establecer con competencia el cambio de modelo energético. Sólo de esta manera podemos percibir la gravedad de una actividad petrolera donde el Estado se ha situado al lado de las Compañías en detrimento de las poblaciones indígenas generando un sinfín de dificultades. La actividad petrolera ha causado un desastre medioambiental, un desgarramiento en pueblos indígenas y un Loreto carcomido por la corrupción. Insistimos en esto porque situar estos crímenes en un marco petrolero implica avalar este marco. Además se sitúa dentro de una economía extractivista y ya es tiempo de cambiar a un modelo económico del cuidado.

Conviene, además, que tengamos claridad. No es la primera vez que se piden mediadores para este tipo de conflictos. No es tiempo de parches, hay que ir a la raíz de los problemas. De lo contrario la mediación se convierte en apaciguar a los indígenas para que todo siga igual, para que la contaminación y desestructuración de pueblos indígenas sigan adelante. Una mediación enmarcada dentro del necesario cambio de matriz energética comienza dando pasos desde la urgente “transición energética”.

Algunas personas nos han preguntado si han solicitado la mediación de la iglesia. No lo sabemos, pero es probable. No es la primera vez que solicitan la mediación de la iglesia, y probablemente no sea la última. En nuestra opinión no se trata de apaciguar a los indígenas, como pretende el Estado, sino de crear condiciones que permitan que no se vuelvan a repetir los hechos. Y dada la deriva de los últimos años, la mejor alternativa es cambiar de modelo energético, tal como piden los documentos eclesiales. Esto implicaría que, en nuestra opinión, se debe exigir esa “transición energética” como base para poder realizar la intermediación. De lo contrario, sentamos las bases para que la siguiente protesta se salde con más violencia.

Acudimos al magisterio del Papa Francisco:

“Mientras no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por la alternativa menos perjudicial o acudir a soluciones transitorias. Sin embargo, en la comunidad internacional no se logran acuerdos suficientes sobre la responsabilidad de quienes deben soportar los costos de la transición energética. En las últimas décadas, las cuestiones ambientales han generado un gran debate público que ha hecho crecer en la sociedad civil espacios de mucho compromiso y de entrega generosa. La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales. En este sentido se puede decir que, mientras la humanidad del período postindustrial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades”: Papa Francisco, Laudato Si, n° 165.

 

En Estados Unidos los grandes inversionistas están percibiendo que ha pasado la época del petróleo y no lo ven como una fuente de inversión futura. Nos aunamos a este proceso.