Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
Parroquia Inmaculada - Iquitos
Título: “Matrizcidio 2022”
Técnica: Ilustración digital
Autor: Del Águila Art (artista
loretano)
Estamos dando un vistazo anodino al
Facebook y nos encontramos con esta belleza visual. La rutina y la indiferencia
saltan por los aires. No es poca virtud en este mundo saturado de imágenes. Nos
parece una provocación, en el buen sentido del término. Queremos dejar constancia
de ello.
El autor utiliza la ilustración
digital, el uso de tecnologías informáticas con diversos dispositivos
electrónicos para crear arte. Aparece la brecha digital y la distancia entre
generaciones. La potencia visual nos indica que el autor es un experto en el
tema. Se presenta como un artista loretano. Merece la pena estar atentos a sus
creaciones.
Nos atrapó desde el primer
momento, aunque al principio nos dejó desconcertados. Posteriormente nos ha
servido para hacernos algunas preguntas. Muy probablemente, el autor y nosotros
partamos de convicciones diferentes. Estamos lejos de la “consonancia” entre
idénticos. Lo habitual hubiera sido la “disonancia”: el ruido que no permite
escucharse. Proviniendo de escenarios diferentes apostamos por una posible
“resonancia”: convergencia entre diferentes que, conservando su diferencia,
pueden vibrar en común. Arte y religión son dos ámbitos propicios para la
“resonancia” comprendida como una vibración que nos transforma y nos conduce
tras la senda de la vida buena.
El primer vistazo nos colocó
delante de la iglesia Matriz de Iquitos abandonada y semiderruida. La imagen se
percibe desde la calle Arica, invadida por el río. Aparecen plantas acuáticas
al lado de la Matriz. No existe la Plaza de Armas, un brazo del río lo ha anegado
todo. Al otro lado del río continúa erguida una torre de luz. El cielo está
rojo, es una puesta de sol. Para los occidentales esto implica que al día
siguiente hará buen tiempo (calor). En la Amazonía es una señal de lluvia. Así
lo considera también el pueblo kukama. En la calle permanecen abandonados un
motocarro volteado y un ómnibus. Atado al ómnibus hay una canoa-bote y encima
del ómnibus una mujer con un perro. La mujer tiene unos jeans al uso, rotos, y
botas. En su hombro hay una especie de bolsa-carcaj donde guarda las flechas y
un arco en la mano izquierda, mientras con la derecha parece indicar el boquete
que hay en la cubierta de la parte anterior de la Matriz. El cuadro lo
completan algunas aves, probablemente gallinazos en el tejado de la Matriz y
unos loros en la farola al otro lado de la calle. Nos parece una escena post-apocalíptica.
La descripción del cuadro se
completa con un cartel donde se lee: “#YO [NO] ME QUEDO EN CASA”. Las letras
son de molde y en color gris oscuro, excepto el “no”: un añadido posterior en
color rojo. En la pared de la Matriz podemos leer: “FALSO DIOS” y “AMAZONÍA IS
DEAD”. También aparece dibujado en color rojo en la pared de la Matriz la
figura del covid-19. Vamos a proponer 4 sucintas pistas de lectura, entre otras
muchas posibles y una nota final sobre la temporalidad. El arte tiene la
capacidad de sugerir. El espectador también construye su propio cuadro. No
tiene por qué coincidir la narración (oral o escrita) que realiza el autor a
los relatos que organizan los posibles observadores. Pero pueden ser relatos
que conversan.
1. Nos
parece que la mujer ocupa un lugar central en el cuadro. Por un lado está la
iglesia Matriz, del latín matrix, útero; y, por otro, la mujer encima del
ómnibus. Esta contraposición nos parece muy interesante. La Matriz ya no genera
vida, está desolada y semiderruida. La mujer que está encima del ómnibus es una
superviviente, una resistente, hay esperanza. Está caracterizada como una cazadora
con un perro bien alimentado, el carcaj con flechas y el arco, roles
tradicionalmente masculinos. Es una mujer joven actual, sus jeans están rotos.
No aparecen niños, pero el hecho de ser una mujer joven deja abierta la
posibilidad generatriz, si es que ella lo deseara, aunque no aparece ningún
varón. Decimos esto porque al ser una superviviente encarna la esperanza y el
futuro. El género está en construcción.
2. Sólido
– líquido. El agua ocupa un lugar central. El autor ha optado por una creciente
del río. Esto es una licencia del artista, difícilmente se anega la Plaza de
Armas de Iquitos. Por cierto, no existe Plaza de Armas, su espacio lo ocupa un
brazo del río. La plaza es un espacio de socialización y prestigio. Sólo se
observa una superviviente y su perro en la calle Arica. Al otro lado del brazo
del río hay una torre de metal. Esto contrasta con el hierro del socavón de la
cubierta en la parte delantera de la Matriz. Ambos son sólidos: la torre de
metal permanece, la Matriz está deteriorada y semiderruida. Hay otro socavón en
la esquina trasera de la iglesia. Pero lo que nos parece más interesante es el
contraste entre la solidez y la fluidez. El agua está muy presente y la forma
de deslizarse en este mundo no es ocupar un espacio permanente, la Matriz como
construcción, sino la canoa-bote, donde probablemente ha llegado la
superviviente. Esta idea de lo fluido que se desplaza es muy amazónica. No
sabemos si está en la intención del artista, pero en un mito kukama se narra
que la maldad de la gente, manifestada a través del ruido, la ruptura del
equilibrio con la naturaleza y las desigualdades, provocan el hundimiento de la
tierra y la anegación de las aguas. Los socavones en la iglesia serían producto
del abandono, más que un ataque externo. Por cierto, para los kukama, el
hundimiento de la plaza implica todos los negocios que están establecidos en
ella: el BCP, la Casa de Fierro… El lugar de socialización es un lugar de
prestigio y exclusión. Ciertamente, los humildes también pueden pasear, pero no
se pueden adueñar. Existe un contraste entre la movilidad terrestre (ómnibus y
motocarro) malogrados y la acuática (canoa-bote).
3. La
escritura ocupa un lugar importante. En pueblos de una gran tradición oral se
opta por la escritura en dos idiomas imperiales: español e inglés. No sabemos
si el artista afirma o sólo copia lo que ve. Lo han escrito otros, él lo pinta.
Este artificio permite al artista reservar su opinión. Comenzamos por lo
escrito más en el centro de la pared de la Matriz: “AMAZONÍA IS DEAD”. A su
lado hay un dibujo del covid-19, lo interpretamos como el causante de la muerte
de la Amazonía. Ciertamente, el sufrimiento en la ciudad de Iquitos ha sido
indecible. Pero no se menciona el sufrimiento en pueblos indígenas, algo que
estaba ocurriendo en el momento mismo de la creación, y que continúa ocurriendo
mientras escribimos esto. Podríamos añadir que si continúa la depredación de la
Amazonía el próximo virus saldrá de acá, pero no se sugiere en el cuadro. El segundo
escrito reza: “FALSO DIOS”. Estamos lejos de la muerte de Dios nietzscheana. El
cuadro sugiere que “éste” Dios es falso (el cristiano), pero puede haber otros
verdaderos. Acá hay un legado para la teología. ¿No hemos sido demasiado
vehementes en la utilización de una teología afirmativa sobre Dios (catafática)
y no deberíamos también presentar una teología negativa sobre Dios (apofática)?
Es decir, no podemos controlar a Dios, tenemos que dejarle que sea Misterio.
Menos dogmatismo y más mística. El tercer escrito aparece en un cartel: “YO [NO]
ME QUEDO EN CASA”. Cartel que ha sido sido intervenido. El “no” es una adición
posterior. ¿Atribuye el autor el no quedarse en casa con la debacle que
retrata? No lo sabemos. Pero nos llama la atención, porque el Estado no ha
cumplido el rol protector que le corresponde y ha culpado a la población de no
quedarse en casa. En Iquitos ha sido particularmente duro cómo muchas personas
del centro han insultado por las redes sociales a quienes no se quedaban en
casa [muchos de ellos no podían por el hacinamiento en el que viven –la
planificación urbana en Iquitos es un desastre–, porque tenían que trabajar,
porque sólo se utilizó la razón occidental para una población como la de
Iquitos, con un fuerte componente indígena, o por otros motivos]. ¿Se ha
comprado el discurso oficial?
4. ¿Es
el coronavirus el causante de todo esto? Eso parece sugerir el cuadro, con la
pintura del covid-19 en la pared de la Matriz y el cartel “YO [NO] ME QUEDO EN
CASA”. El título del cuadro nos parece muy evocador: “Matrizcidio 2022”. ¿Este
es el escenario para 2022? Entonces, nos quedan un par de años de sufrimiento
hasta que lleguemos a ese estado reflejado en el cuadro. Como estamos en 2020,
¿es una invitación del autor para que reaccionemos? ¿En qué sentido? ¿Es un
deseo matar a la Matriz? ¿Es una descripción de lo que ha pasado en Iquitos
durante la pandemia del coronavirus?
No podemos terminar sin hacer
referencia a la historia. Con la llegada de los jesuitas en el s. XVII aparecen
las epidemias históricas que diezmaron la población indígena. ¿Puede ser leído
el cuadro como una metáfora de las epidemias? Tal vez, pero nos parece
problemático por dos motivos. En primer lugar, porque durante la primera
globalización (s. XVI-XIX) no eran conscientes de las epidemias. Los jesuitas
barruntaban algo, pero no fue hasta el s. XIX que se descubrieron los virus. En
segundo lugar, porque en la etapa actual de la globalización y, en concreto, en
esta epidemia de covid-19, la Iglesia de Iquitos ha sido parte de la solución,
no del problema. Autoridades tenemos que no cumplieron su papel.
Siguiendo con la temporalidad. La cuarentena ha sido un tiempo productivo. Algunos artistas han creado arte. Esto siempre lo debemos agradecer. El arte tiene su propio espacio y dinámica. Contribuye, sin duda, a la construcción del bien común, a la reflexividad y puede tener efectos terapéuticos si nos sirve para analizar lo que nos ha sucedido. Sin embargo, el Estado ha sido un vector de propagación del virus. Algunos trabajadores municipales en el reparto de víveres han diseminado el virus en el río Corrientes. En el distrito de Parinari trabajadores del Ministerio de Salud también han dispersado el virus. Respecto al Ministerio de Cultura, al que agradecemos estar atento a esta creación, no ha tenido la misma empatía con los pueblos indígenas, a quienes tiene obligación de atender y no la hecho suficientemente, con muertes indígenas incluidas. Cultura parece haberse acordado de los indígenas exclusivamente para reseñar algunas necrológicas obligadas. Mientras tanto la Iglesia de Iquitos generó esperanza en la población y llamó la atención del Estado con la colecta pública que ha servido para comprar 4 plantas de oxígeno, medicinas y equipos de protección personal, entre otras actividades. Algunos de estos insumos han ido a los Centros de Salud y Postas Médicas situadas en pueblos indígenas, porque el Estado no lo hace, al menos no suficientemente. Alentamos a la recepción de la obra. Es una oportunidad de contrastar públicamente diversos relatos de lo que nos ha sucedido como sociedad y construir sentido, buscando sus posibles efectos terapéuticos.