jueves, 17 de agosto de 2023

EL PAPA FRANCISCO EN UNA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (TC) DEL PERÚ

 

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Vicariato Apostólico de Iquitos

 

El 25 de julio de 2023 fue un día histórico para Loreto. El TC emitió sentencia: Pleno. Sentencia 322/2023. EXP. N.° 03383-2021-PA/TC. LORETO, https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2023/03383-2021-AA.pdf, decretando un “estado de cosas inconstitucional en Loreto por falta de acceso al agua y contaminación ambiental”. La demanda fue presentada por los dirigentes de las Juntas Vecinales Iván Vásquez Valera y 21 de setiembre en Punchana (Iquitos).


Foto: Ginebra Peña

Un trabajo pastoral. Ha sido clave la Parroquia Inmaculada de Punchana (Iquitos), a la que pertenecen dichas Juntas Vecinales. En 2015 comienzan un acercamiento a la Parroquia que deriva en la interposición de una demanda constitucional por el derecho al agua, saneamiento básico y recojo de basura, en 2016, con el apoyo de los abogados de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Iquitos y del Instituto de Defensa Legal (IDL). Posteriormente se han sumado instituciones como el CAAAP (Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica), institución especializada en pueblos indígenas dependiente de la Iglesia Católica y la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, entre otras instituciones. También ha sido clave la investigadora Dra. Susana Ramírez Hita, antropóloga médica. Dicha investigación fue apoyada por Misereor (iglesia católica alemana) y será publicada por la PUCP. Un aporte decisivo lo proporcionó el relator ONU sobre el derecho al agua y al saneamiento, Pedro Arrojo.

Vayamos a la sentencia. El TC declara “un estado de cosas inconstitucional en la región Loreto por falta de acceso al agua y contaminación ambiental”. Es importante recordar que Loreto es la región más extensa del Perú y con menor acceso al agua potable en toda la nación, a pesar de vivir a los pies del Amazonas y sus tributarios. Esta sentencia, por tanto, amplía, con creces, el ámbito de acción a toda la región Loreto. De esta manera, el TC supera la ley que impedía invertir en zonas inundables. Loreto es una región inundable. La ciudad de Iquitos está a 105 msnm. Algunos pueblos indígenas en Loreto han vivido en zonas inundables por miles de años. Ese no es el problema. La cuestión es cómo invertir en este espacio. La ciudad peruana de Islandia en la boca del Yavarí, Afuá, en el Estado de Pará-Brasil, Venecia en Italia, Países Bajos… son algunos ejemplos de cómo invertir en zonas inundables.

Acerquémonos ahora al Papa Francisco. La sentencia del TC lo cita en dos oportunidades. En las dos ocasiones la referencia es su carta encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común: los nn. 30 y 93, aunque en la sentencia son citados en orden inverso: primero citan el n. 93 y posteriormente el n. 30. No se copia todo el número, pero sí una parte sustancial de cada uno de los números de la carta encíclica.

Haremos un breve resumen de los números citados de Laudato Si (L.S.) y su inserción en la argumentación del TC. Concluiremos con algunos comentarios más personales. Comenzamos con L.S. 30: “el acceso al agua potable y segura es un derecho básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas y, por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Y sigue hablando de la “deuda social” con los pobres, a los que se les niega “el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”. L.S. 30 está inserto en el capítulo primero: “lo que está pasando a nuestra casa”. En el epígrafe II: “la cuestión del agua”.

En cambio, L.S. 93 pertenece al capítulo II: “el evangelio de la creación”, epígrafe VI: “destino común de los bienes”. En ese contexto se insertan estas líneas: tanto “creyentes como no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia en común, cuyos frutos deben beneficiar a todos”. En esto, hay consenso. A continuación, el argumento indica que “para los creyentes” se trata de “fidelidad al Creador” y la cuestión ecológica debe incluir una “perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados”.

La sentencia del TC tiene muchas referencias implícitas y algunas explícitas. En este caso, sólo nos atenemos a lo referido al Papa Francisco. La sentencia es larga y bien fundamentada. El TC n. 31 argumenta sobre el “derecho a un ambiente equilibrado y sano”, recogiendo un aporte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en lo que se denominan derechos de tercera generación. En ese momento se cita L.S. 93, cuyo contexto en la encíclica es sobre “el destino común de los bienes”. Se convierte, así, en soporte para la sentencia que analizamos. Es decir, el “destino común de los bienes” tiene su aplicación práctica en “un ambiente equilibrado y sano”.

En cambio, TC. n. 125, se refiere al “derecho al bienestar”, recogiendo una expresión de la Constitución Política del Perú, art. 2.1. Ahora recurre a L.S. 30, cuyo contexto es “la cuestión del agua”. No puede haber “bienestar” sin agua. El Papa Francisco, citado en la sentencia, dirá enfáticamente: el agua “es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos” (L.S. 93). Es, por tanto, un derecho clave y fundamental.

 

Foto: Ginebra Peña


Algunos comentarios:

1.       La encíclica Laudato Si forma parte de la doctrina social de la Iglesia. En concreto, se publica el 24 de mayo de 2015 como aporte de la Iglesia Católica a la discusión previa al acuerdo de París, firmado el 12 de diciembre de 2015. L.S. es recibida como una gran sorpresa positiva.

 

2.       La Doctrina Social de la Iglesia trata de aterrizar los grandes principios a los momentos en que cada encíclica está escrita. En este sentido, L.S., y otras encíclicas sociales, intervienen en el debate de su tiempo sobre el bien común. Dado que el medio ambiente se ha convertido en un tema preponderante de nuestra época, la Iglesia realiza su aporte a través de L.S.

 

3.       La doctrina social de la Iglesia es recibida por la academia como un aporte con el que debatir. Sin embargo, es urgente que los más humildes también puedan recibir la enseñanza de la Iglesia en estos temas. El acompañamiento pastoral que hay detrás de esta sentencia indica que la doctrina social de la Iglesia se encarna para buscar el bien común con los más humildes.

 

4.       Perú es un país con alto índice de católicos: en torno al 75%. de la población. No es de extrañar, por tanto, que L.S. entre en la argumentación pública. Llama la atención que lo haga el TC. Conviene resaltar que algunos pensadores opinan que las religiones tienen mucho que aportar al mundo en el que vivimos siempre y cuando sepan traducir su mensaje a un lenguaje compartido por todos (habitualmente secularizado). Sin embargo, otras corrientes de pensamiento indican que no es tan sencillo esta “traducción”. Incluso hay quien piensa que es imposible. Pongamos un ejemplo: la categoría del Nuevo Testamento “Reino de Dios”. Sin duda, una vida digna, como propugna la sentencia, puede ser un signo del Reino de Dios, pero no necesariamente. Así tenemos países con grandes avances sociales y económicos con altos niveles de indiferencia religiosa. Y otros países, con enormes carencias, un signo inequívoco de la distancia práctica del Reino de Dios, que proclaman a Dios como el centro de su vida. “Reino de Dios”, una categoría desde la que vivimos los cristianos, no siempre se puede traducir a un lenguaje neutro. Necesitamos conjugar discurso (sobre Dios) y práctica (con Dios). El Reino de Dios ejerce de aguijón crítico.

 

5.       En nuestra opinión el cristianismo tiene mucho que aportar. Este acompañamiento pastoral, y esta sentencia, son un pequeño ejemplo. L.S. aúna mística y política: creencia en Dios y transformación de la realidad.

Concluimos agradeciendo a los dirigentes vecinales que resistieron todo tipo de presiones. Al juez que en primera instancia les dio la razón. A la jueza que en segunda instancia votó en minoría con una argumentación impecable. Y a los jueces del Tribunal Constitucional por esta sentencia histórica. Y, por último, o lo primero, “el Reino de Dios está más cerca”.

lunes, 7 de agosto de 2023

EL PELACARAS: UN NOMBRE LOCAL DEL EXTRACTIVISMO EN LORETO

 

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

 

Un acontecimiento importante tendrá lugar los días 8 y 9 de agosto en Belem do Pará: Cumbre Amazónica. Sin embargo, nos vamos a circunscribir a temas más regionales. Titulares de un diario local, sábado 5 de agosto de 2023: “[s]obre el tema que comentan de “Pelacaras” he enviado un documento al general de la policía para que investiguen” y “[n]o podemos hablar de “pelacaras” porque no tenemos ninguna denuncia de esa índole”. También se han hecho eco televisiones, radio, prensa nacional y, por supuesto, las redes sociales.

Intentaremos arrojar un poco de luz[1]. Más allá de posibles instrumentalizaciones en beneficio de unos pocos, que es probable, nuestra interpretación apunta al malestar que está viviendo la población “periférica”. Un malestar manifestado a través de los pelacaras que contrasta con los discursos hegemónicos de “isla bonita”, festivales varios, y éxito de las fiestas. No hace tanto que celebramos San Juan y, al decir de las crónicas, ha sido todo un éxito de participación, fiesta y algarabía. Fiestas Patrias está aún más cercana.



Foto tomada de internet.


LOS NOMBRES DEL MALESTAR EN LORETO

Lo primero que se constata es la diversidad de nombres para el mismo malestar. Aunque predomina la denominación pelacara, también se ha hablado de extraterrestres e, incluso, del hombre verde y del hombre araña.

Si bien el malestar está muy extendido, para este escrito nos circunscribimos a tres escenarios: el alto Nanay[2], el bajo Marañón y algunas comunidades aledañas a Iquitos. Aunque el fenómeno posee muchas caras, cual poliedro, vamos a fijarnos únicamente una mayoritaria en cada espacio. Se apunta que la presencia de drones en el Nanay está relacionada con la minería ilegal. En las comunidades aledañas a Iquitos se señala hacia traficantes de órganos. En el caso del Marañón se hace referencia a deslizadores (gente de paso). Trazaremos unas primeras pinceladas.

En el Nanay son descritos de la siguiente manera: “encapuchados, visten de color negro, de dos metros de altura”. “Han atacado a una joven de 15 años con cortes en el cuello”. Se hace referencia a “drones”. Las armas de los moradores, escopetas de caza, no les hacen nada. “Están blindados”. “Se elevan”. En el Marañón indican que “han hecho rondas para defenderse, no permiten que nadie atraque en sus puertos a partir de las 5.00 p.m. y se juntan en tambos para dormir”. En otro grupo sobre comunidades aledañas a Iquitos indican: “dos hombres altos con cara horrible”, y circulan videos con un grupo de personas jugando y burlándose de víctimas con la piel de la cara cortada. Algunos sugieren que se ha desatado la “histeria colectiva”.


AGRESIÓN

A poco más de un mes de la fiesta de San Juan, y teniendo reciente aún fiestas patrias, aparece el desasosiego, el miedo, la agresión. Aunque el malestar se extiende por Loreto utilizamos datos, como dijimos más arriba, de comunidades de los ríos Nanay, Marañón y comunidades aledañas a Iquitos. ¿No son los espacios “periféricos” más vulnerables? ¿No hace esta vulnerabilidad la que sea más dolorosa la agresión?

El discurso señala una joven de 15 años con cortes en el cuello (Nanay). En otro video, que circula en redes, se observa un joven, sin identificar el lugar, con cortes en el cuello. Dos datos muy importantes: juventud y cuello. Cortar el cuello, degollar, es una forma de asegurar la muerte. Poco importa ahora que los videos sean de otros lugares y tiempos. El caso es que en Loreto se han apropiado de ellos para manifestar el malestar reinante.

Digresión: nótese que los pelacaras tienen como misión extraer la piel de la cara, no matar directamente, aunque la muerte termine siendo la consecuencia. La cara es el lugar del reconocimiento. Fijémonos en la cara de agresores y agredidos. Respecto a los agresores: en el Nanay están despersonalizados, “encapuchados”, y en las comunidades aledañas a Iquitos su cara es “horrible”. Respecto a los agredidos: no se refieren a la cara, el reconocimiento, sino a la muerte directamente. En el primer caso, la muerte es consecuencia de cortar la cara. En el segundo caso, el objetivo de cortar el cuello es la muerte: se trata directamente de asesinato.

 

¿QUIÉNES SON?

Atacan “encapuchados, visten de color negro, de dos metros de altura”, “extraterrestres” (Nanay), “pelacaras”, llegan en deslizador y las comunidades se defienden no permitiendo atracar en sus puertos a partir de las 5.00 p.m. (Marañón), “dos hombres altos con cara horrible” (comunidades aledañas a Iquitos). Los agresores son ajenos a las comunidades. Primera indicación: la agresión es externa, nada de histeria colectiva.

Las comunidades no permanecen impasibles, se defienden. Pero su defensa no es efectiva. En el Nanay indican que las escopetas de los moradores no les hacen nada, “están blindados” y “vuelan alto”. Se perciben las grandes diferencias. Por eso, solicitan el apoyo de la PNP y del Ejército. En el Marañón utilizan tres medidas: 1) rondas; 2) no permiten entrar en sus comunidades a partir de las 5.00 p.m.; 3) se juntan en tambos para dormir. En el caso de las comunidades aledañas a Iquitos desconocemos cómo se están defendiendo.

 

A VUELTAS CON LA COMPRENSIÓN

Para la interpretación más común son “creencias”. Ideas arraigadas en la gente, pero no son verdad. Carecen de importancia en el sentir de muchos. Nuestra propuesta es diferente: no son creencias, son realidades. Nos habla de una potente agresión: fundamentalmente a jóvenes de las comunidades. Esos jóvenes, de los que decimos en los discursos patrióticos que son el futuro, nos indican que su presente está más que comprometido y son escenario de muerte.

Nos enfrentamos al mundo con las categorías que tenemos, no puede ser de otra manera. Pero si nos conformamos con nuestras categorías nos privamos de comprender acontecimientos que carecen de explicación. Insistir en la histeria colectiva, una manera occidental de percibir el malestar, es una forma de violencia epistémica y ontológica porque obliga a los otros a ser leídos en categorías ajenas (occidentales).

Sin embargo, si escuchamos detenidamente los relatos nos encontraremos con preciosas indicaciones que nos llevarán a develar la realidad (ontología). Ya hemos apuntado la agresividad con la que son percibidos: cortar el cuello, la cara. Estos relatos circulan en un contexto donde el universo está poblado de espíritus.

En breve, nos situamos en dos planos diferentes: la visión occidental (entre otras instituciones avalada por la escuela) donde el naturalismo (ciencia) es la única explicación plausible y la de las comunidades (animismo) donde habitan otros seres (que vuelan, están blindados…). Esta realidad diferente, en nuestra opinión, está en la base de los desencuentros y la falta de entendimiento. Más adelante haremos referencia a los estudiantes de la UNAP que cabalgan entre el naturalismo y el animismo.

Segunda indicación: la “histeria colectiva” no explica el desencadenante que la produce. Ciertamente, una vez desatado el miedo, las redes sociales lo amplifican. Pero es necesario percibir la génesis de la violencia. Esta explicación queda presa de una mirada occidental sobre el otro exotizado. De nuevo la violencia epistémica y ontológica. Tampoco nos convence la solución que plantean: el autocontrol como base fundamental para permanecer tranquilo y deshacer la histeria colectiva. La psicología es una disciplina occidental que piensa a partir del sujeto occidental. Sin rechazar a la psicología, es necesario percibir sus límites.

Los pobladores del Nanay solicitan la intervención de la PNP y el Ejército. Al margen de lo que hagan estas instituciones, para los pobladores son las instituciones que encarnan la guerra. Están en guerra. Apaciguar sujetos, como sugieren algunos, es incomprensible en una guerra. Sólo en este contexto de conflicto tiene sentido hacer rondas, no dejar atracar a partir de las 5.00 p.m. en sus puertos y dormir juntos en un tambo (Marañón). En fin, en lugar de individualizar la solución, como hace la psicología, los moradores buscan procedimientos colectivos: apoyo de PNP y Ejército, no permitir la presencia de extraños en la noche y permanecer juntos.

 

¿QUÉ GENERA TANTO MIEDO?

Sin pretender ser exhaustivos, apuntamos dos situaciones, aunque hay más: la presencia continua y constante de extraños en las comunidades y la monetarización de las mismas, fruto del momento extractivista que vivimos. Extraños que son percibidos como poderosos, con dinero, agresivos y amenazantes hacia sus modos de vida. En algunos comentarios se desliza el tema de la minería ilegal en el Nanay. Es un reconocimiento del fracaso del Estado que no lo puede ni quiere controlar. Mientras las comunidades vivan en la “pobreza monetaria”, que perciben como injusta, cualquier actividad ilegal que suponga el ingreso de dinero tendrá las puertas abiertas de las comunidades. Pero esa misma actividad es percibida como una agresión continua, constante y lacerante a sus vidas.

En el caso de las comunidades aledañas a Iquitos se apunta al tráfico de órganos. La vida de los jóvenes de las comunidades está en función de satisfacer los deseos de otros poderosos con dinero que compran sus órganos. No nos interesa en este momento si es verdad científica, que tampoco se puede descartar, sino la potente metáfora que explica este malestar.

En el caso del Marañón se apunta hacia extraños que navegan por el río. Los programas sociales (Juntos, Pensión 65…) distribuyen dinero que es gastado habitualmente en los puestos que comerciantes golondrinos traen al calor de los programas sociales. Los precios son habitualmente más abultados. Un mismo producto en Lima es más barato que en Iquitos y éste mucho más barato que en las comunidades. Las distancias juegan en contra de las comunidades y a favor del aumento de precios. Total, quienes menos dinero tienen más gastan para adquirir el mismo producto que en la ciudad. Pero no son los únicos extraños, también ha habido últimamente brigadas de salud por los ríos para vacunar, otros programas estatales…

Minería ilegal y extracción de órganos son prácticas extractivistas. De igual manera el comercio que llega desde diferentes lugares del país al olor de los programas sociales y se retiran con ellos. Estas prácticas, lejos de generar riqueza local, ahondan el extractivismo, que también es representado por la tala ilegal, la extracción irracional de hidrocarburos...

Un llamado a las autoridades. Los “jóvenes periféricos” (llamémosle así a falta de categorías más finas) están buscando ayuda. Sus comunidades de origen perciben las dificultades y solicitan apoyo entre la PNP y el Ejército. Nosotros apuntamos hacia los extraños y la monetarización como dos elementos clave, aunque no sean los únicos, siempre en un marco extractivista.

La relación con los extraños, en nuestra opinión, va más allá del multiculturalismo y la interculturalidad. Nosotros apuntamos sobre la realidad (ontología). Una élite que parece no comprender el malestar, muchas veces generada por ellos, y una población que manifiesta su malestar en sus propias categorías. Es interesante cómo algunos videos sobre pelacaras circulan entre estudiantes de la UNAP en las facultades del extrarradio de Iquitos. Saltan de una ontología naturalista a una animista con total libertad, estaríamos hablando de poli-ontología. De igual manera sucede con los moradores de las comunidades.

Esta violencia visible oculta otra invisible, pero igual de efectiva: el alcoholismo, el fracaso escolar, la falta de perspectivas, el suicidio. La tranquilidad de los medios de comunicación, que propagan noticias descontextualizadas y se viralizan generando histeria colectiva, contrasta con esta realidad nada exótica y muy lacerante. Es evidente el fracaso del “desarrollo” con esta población que pide a gritos poder vivir y lo manifiesta en sus propios cuerpos y con sus propias categorías. El pelacaras: un nombre local del extractivismo en Loreto.

 

Para una visión, complementaria y más sosegada del tema, en otro contexto (el bajo Marañón de comienzos de milenio): BERJON MARTÍNEZ, Manuel M. y CADENAS CARDO, Miguel A. (2009), La inquietud se hizo carne… y vino a morar entre los kukama, en https://www.agustinosvalladolid.es/estudio/investigacion/estudioagustiniano/estudiofondos/estudio2009/estudio_2009_3_03.pdf



[1] En este texto no se tendrán en cuenta las dificultades por las que atraviesan las Municipalidades enclavadas en los espacios analizados (alto Nanay, bajo Marañón y comunidades aledañas a Iquitos). Ni el paro indígena en la boca del río Tigre. Según la Agencia de Noticias Andina el Ministerio de Salud ha desplazado brigadas de vacunación en las 5 cuencas (Corrientes, Tigre, Pastaza, Marañón y Chambira) entre los días 10 al 25 de julio de 2023. Sería necesario contar con datos sobre tráfico de deslizadores, comerciantes…, que sobrepasan con mucho este artículo. Todo ello es necesario para una mejor contextualización.

[2] En este escrito cuando utilicemos el término Nanay nos referimos al alto Nanay. Para el Marañón, nos referiremos al bajo Marañón.