viernes, 22 de abril de 2016

EFECTOS COLATERALES DE PACAYA SAMIRIA



Iquitos, 22 de abril de 2016

 
Para Ansh Amasifuén Tamani y Julio Pizarro Manuyama, con admiración, siguiendo la estela de insignes misioneros como Lucas Espinosa,
en el centenario de la presencia agustiniana en la Parroquia de Nauta.



[En 2015 se cumplieron 100 años de la presencia de los agustinos en la Parroquia de Nauta, distrito de Nauta y provincia de Loreto. Para esa efeméride escribimos tres artículos, sobre los tres pueblos indígenas que habitan el territorio de la Parroquia Santa Rita de Castilla, en la provincia de Loreto, donde vivíamos por aquel entonces. Por diversos motivos, que no vienen al caso, no se han podido publicar. Ahora rescatamos uno de ellos y lo subimos a la red. El artículo fue escrito en noviembre 2014].
  

El primer boom cauchero se produjo en la selva amazónica entre 1880 y 1914 y el segundo entre 1942 y 1945. A partir de esa fecha desaparece del mapa el tema cauchero y, con él, la preocupación por las consecuencias del mismo. Sin embargo, aunque se hayan desplomado las exportaciones de caucho la perversa maquinaria continua engrasada. La referencia al caucho nos lleva inexorablemente al Putumayo, aunque, por desgracia, no es el único lugar. Otros escenarios, menos conocidos, también fueron un foco de grandes tensiones y brutalidades. Aparece la estúpida competencia irracional por los desmanes.


I.-

Don Armando Irarica trabajó la shiringa por el alto Samiria. Cuando le preguntábamos por esa época siempre esquivaba la pregunta. Los kukama no quieren recordar los sufrimientos: “para qué”. Cuando se les insiste la respuesta es la misma: “el patrón era bueno”. Si en medio de una conversación se desliza el pasado y se alarga, van apareciendo, una a una, las múltiples vejaciones y crueldades sufridas: el sistema de enganche, los abusos del patrón con las mujeres, los castigos a los peones que no recogían “lo suficiente”, y demás detalles que deponemos para otra ocasión. No por ello dejamos de anotar que los pueblos indígenas, por insoportable que fuera el sufrimiento, que lo fue, no por eso, insistimos, dejamos constancia que utilizaban estrategias para domesticar al patrón, igual que se domestica una mascota.

Pero sigamos a don Armando a través del libro de bautismos de la parroquia. No vamos a hacer un recorrido exhaustivo sino anotar únicamente unas cuantas fechas. En 1957 nace una de sus hijas en un lugar denominado Miraflores, en el alto Samiria. En esa época la familia de don Armando permanecía en ese lugar recolectando shiringa, mientras él recorría las estradas de los árboles gomeros. En 1968 otra de sus hijas nació en Hamburgo, río Samiria. La sola denominación de un lugar llamado Hamburgo ya nos puede ir indicando algunas pistas. Acá ya había escuela, un potente atractor de gente. Sus últimos hijos han nacido en Tangarana, a orillas del Marañón, a finales de los 70. Y cuando Santa Rita de Castilla consiguió colegio de secundaria se desplazaron a esta localidad para seguir estudiando. Así tenemos un recorrido que pasa por Miraflores, alto Samiria, un lugar pequeño; Hamburgo, la marca de los alemanes en la explotación cauchera de Pacaya Samiria, un lugar ya con escuela. Tangarana una comunidad a orillas del Marañón, por la escuela y habiendo salido (empujados a salir) del río Samiria y Santa Rita de Castilla, previamente un fundo y, con la llegada de la parroquia, sede de las instituciones estatales del distrito de Parinari, aunque la comunidad de Parinari continúe siendo su capital.

La de don Armando ha sido una vida más, entre otras. No destaca por nada especial, pero no por ello deja de ser importante e ilustrativa. Si la recordamos es por la amistad y para poder contrastarla con los fríos datos oficiales del espacio donde él vivió: la Reserva Nacional Pacaya Samiria (RNPS). Desgranando algunas fechas nos encontramos con lo siguiente. En 1940 se declara Zona Reservada el área fluvial del río Pacaya desde 500 m. antes de la boca de la cocha del Yanayacu hasta el paraje denominado Zancudo. El 23 de octubre de 1944 se amplía la Zona Reservada e incluyen todo el sistema hidrográfico de los ríos Pacaya y Samiria. Nótese que la caída del segundo boom del caucho provoca un cambio de paradigma: de la extracción a la conservación. El 10 de octubre de 1968 se decidió el establecimiento de una Reserva Nacional para la conservación de los recursos en el río Pacaya y la Zona de Explotación Piloto de Pesca y Coto Oficial de Caza a la zona del río Samiria. En 1972 se establece la Reserva Nacional Pacaya Samiria (RNPS) con una superficie de 1´478,790 has. y en 1982 se amplía a las 2´080,000 has. actuales. También es interesante cómo los últimos hijos de don Armando en los años 70 ya no han nacido al interior del Samiria, sino en Tangarana, en lo que hoy se denomina eufemísticamente “área de amortiguamiento de la RNPS”, y que no deja de ser territorio ancestral de varios pueblos indígenas, entre ellos el kukama.

Don Armando salió “voluntario” del Samiria. Digamos que se acogió a la “invitación a salir”. Pero no todos aceptaron la propuesta. Tenían chacras, animales… y no estaban dispuestos a abandonar por una simple invitación. Poco a poco los argumentos utilizados fueron siendo “más convincentes”. A los morosos se les obligó a salir con “apoyo de la policía y el ejército”. “Si no salen ustedes, serán expulsados por la fuerza”. En la práctica eso fue lo que sucedió, como si de vulgares delincuentes se tratara. Estamos en la década del 70.

Cotejando los apellidos de los niños bautizados en el Samiria nos encontramos con apellidos kukama y otros provenientes de lugares dispersos, fundamentalmente del departamento de San Martín. Esta amalgama de gentes ha sido configurada, a nuestro parecer, por el pueblo kukama. Es decir, el pueblo kukama ha hospedado en su interior a gentes provenientes de diversas realidades pero que al entrar en contacto con ellos y en su territorio han sido permeados por su cosmología. Nuestra interpretación se extiende tanto a los grupos indígenas de la zona que “se han ido extinguiendo” (en nuestra interpretación hospedando) como los Yameo, Chamicuro…, como los provenientes del departamento de San Martín.


II.-

A comienzos de los años 70 tenemos a gran parte de la población del interior del Samiria en las riberas de los grandes ríos: Ucayali, Marañón y Huallaga. En esta época surgen muchas de las actuales comunidades y se producen grandes transformaciones. Anteriormente las familias estaban organizadas en torno a un jefe al que obedecían. Por lo general vivían más dispersos, en núcleos pequeños. Los patrones controlaban varios de estos asentamientos vinculados a la extracción de materias primas. En algunos lugares ya había escuela, pero fue en esta época cuando se generalizó. La escuela es un poderoso atractor que aglutina varias familias para poder disponer de un maestro. Esto provoca un cambio en la jefatura. Si tenemos que vivir juntos varias “sangres”[1], entonces necesitamos una nueva distribución del poder. Aparecen los tenientes gobernadores y los agentes municipales. Los primeros encargados de las representaciones al exterior de la comunidad y los segundos encargados de las tareas ad intra: trabajos comunales... Será en la década de los 90, sobre todo con el cambio de milenio, que surjan los presidentes comunales, a los que todavía muchas comunidades no les asignan un rol específico.

En esa época coincidentemente se producen grandes crecientes en los ríos: toda la selva baja se inunda y algunas familias comienzan una búsqueda de tierras un poco más altas. Detrás está el mito que el mundo se voltea (algunos prefieren denominarlo “fin del mundo”, pero solo para entendernos). Es una época de cambios fuertes y malestares difusos.

Este descontento lo va a capitalizar Francisco Da Cruz, un profeta mesiánico brasileño que en 1971 visita la selva baja y va plantando cruces en todas las comunidades visitadas. Gran parte de la población se va con él, temporalmente. En nuestra opinión, entre otras posibles interpretaciones, el movimiento crucista pone en circulación la pertenencia indígena. Por esa fecha la iglesia católica califica a la población viviente en los grandes ríos como “ribereña”.

 © Manolo Berjón 2014, niñas kukama en el colegio de la comunidad de Lupunayo, río Urituyacu




III.-

La expulsión de gentes del Samiria, mas las grandes crecientes de comienzos de los años 70, provocan que parte del pueblo kukama kukamiria del Huallaga busque terrenos más altos. Los encuentran en el río Urituyacu. La conformación de comunidades en este río va señalando la frontera de los recursos naturales, cada vez más rumbo a las cabeceras. Algunas comunidades actuales comenzaron como un campamento de extractores en torno a algún patrón conocido. Al principio había abundantes animales y maderas que han ido desapareciendo. La pesca nunca fue muy fuerte, pero siempre había pescado para comer. Sin embargo, ahora los recursos están esquilmados y, en los últimos años, hay todo un movimiento del pueblo kukama, no ya al interior de la selva (las quebradas), sino hacia la costa peruana, en pos del boom económico. La necesidad del dinero es más perentoria.

Esta migración del pueblo kukama al Urituyacu produjo un fuerte impacto en sus ancestrales habitantes: el pueblo omurano. Por un lado, el simple establecimiento de comunidades kukama reconfiguró el territorio. Por otro [lado], la fuerte presión sobre los recursos naturales provocó una disminución de la carne de monte, fuente de proteínas necesarias para el pueblo omurano, dejándole al borde de la extinción. En palabras sencillas: la expulsión del pueblo kukama del alto Samiria provocó un fuerte impacto en el pueblo omurano, como uno de sus muchos efectos colaterales.

Con la entrada de los kukama al Urituyacu surge el establecimiento de comunidades girando en torno a las autoridades (teniente gobernador y agente municipal) y el colegio. Vamos a hacernos eco de un movimiento en torno al Urituyacu medio. Uno de los chamanes más reputados fue don Venancio Pizango. Un tiempo ha vivido en Juan Velasco Alvarado y otro en Caymituyo. De ambas comunidades fue expulsado acusado de brujería. Se estableció en un lugar denominado Tipishca, a mitad de camino entre Caymituyo y Triunfo, pero perteneciente al territorio de Caymituyo.

En nuestra visita de 1996 al Urituyacu, un sábado en la tarde, vemos bajar una gran cantidad de canoas por el río. Preguntamos dónde van y encontramos respuestas evasivas. Al día siguiente nos indican que han ido a tomar ayahuasca con don Venancio. Eran, sobre todo, personas de la comunidad de Reforma, algunos de ellos, sus aprendices. Ya los jesuitas del s. XVII indican que, aquellos que son vistos con más características chamánicas, tienen más éxito en su predicación.

El 5 de mayo de 2000, día de la madre, don Venancio ha bajado a Caymituyo para celebrarlo. Al final de la tarde regresa en la canoa a su casa. Está borracho. Poco antes de llegar a su puerto la canoa se voltea y se cae al agua. Los kukama entienden que vive dentro del agua, no se ha ahogado. De hecho les hace soñar. Si estuviera ahogado hubieran encontrado su cadáver o, en ausencia de cadáver, no les haría soñar. Se produce un fuerte impacto en el Urituyacu. Don Venancio era el apoyo espiritual para gran cantidad de gente, sobre todo del Urituyacu medio. Con su “desaparición”, y el no haber completado la formación sus discípulos, muchas personas quedan huérfanas.

En esa orfandad aparece un movimiento nuevo. En Reforma, un pastor pentecostal, X Arévalo[2], con apoyo de misioneros norteamericanos, levantan una iglesia a fines del año 2000. Hay que reseñar que en el cambio de milenio muchas comunidades kukama tuvieron un gran temor porque el mundo se iba a voltear (“fin del mundo”). En muchas comunidades no celebraron el fin de año y estuvieron despiertos toda la noche para esperar la segunda venida del Señor, incluidas las comunidades católicas a las que estamos acompañando. Lo que estaba en cuestión no era el cristianismo, sino la cosmovisión indígena.

A nuestro entender, existe una continuidad entre el liderazgo de don Venancio y el pastor de Reforma. O para ser más precisos: hay una continuidad entre el chamanismo y algunos liderazgos indígenas. En este caso lo protagoniza el pastor, pero bien pudiera ser un sacerdote o cualquier otra persona con características similares. Ahí está el ejemplo anterior de Francisco da Cruz. Veamos algunos datos.

Tanto chamán como pastor son líderes espirituales. Como tales líderes “controlan” a su gente. Es común que un chamán pueda dar temor a sus protegidos, como una forma de ejercer su autoridad. Es difícil negarse a alguno de los requerimientos de un chamán por temor al daño, a no ser que se esté bajo la influencia de otro chamán considerado superior que le pueda contrarrestar, neutralizar y derrotar al primero. El temor es una de las características que utiliza el pastor. En este sentido cabe señalar que el poder del chamán no es eterno ni inmutable, sino que continuamente está negociando con su propia gente. A la mínima debilidad la gente se dispersa en busca de un nuevo líder. Ambos tienen como una actividad fundamental el curar, sanar enfermedades. Si no puede curar la gente buscará a otro chamán/pastor más fuerte, dado que la ausencia de curaciones es por debilidad del líder. Ni que decir tiene que las épocas de crisis son propicias para estos liderazgos. Los ayunos, las dietas y los rituales son estrategias que, entre otras razones, ayudan en la conformación del grupo. Las “incorporaciones” son la base sobre la que se asienta el chamanismo kukama. Cuando el chamán llama a los espíritus, estos se incorporan en él. De igual manera, el pastor está poseído por el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo o por el mismo Jesucristo. Cuando un chamán está trabajando su posición habitual es tumbarse boca abajo, aunque también puede estar sentado. Los pastores suelen botarse al suelo en el momento de su posesión. El chamán tiene como una de sus características el poderse transformar en tigre, boa…, y el pastor en Jesucristo… Los sueños son interpretados como revelaciones. Muchos chamanes necesitan soñar para dar con la curación de un paciente y el pastor utiliza los sueños como revelaciones del propio Dios. El hablar en lenguas del pastor es interpretado como una forma poderosa de “lenguaje encriptado”. Cuantas más lenguas sabe el chamán más poderoso es. De hecho, a la hora de curar, el chamán tiene que utilizar la misma lengua con la que le han hecho daño, de no ser así no puede curar. Ambos, el chamán y el pastor pertenecen a la esfera espiritual. Su cercanía da confianza a sus súbditos y evita todo tipo de daños y peligros. En este sentido ambos personajes poseen luz. La tradición tiene un fuerte peso en ambos: no es una tradición anquilosada, sino una tradición que permanentemente incorpora elementos nuevos, pero en el molde y paradigma ancestral: los chamanes dicen que sus espíritus operan igual que los doctores, y los pastores ejercen su autoridad como una evolución del chamanismo en contextos nuevos bajo el molde tradicional. El paradigma indígena de la transformación es leído en lenguaje cristiano como ‘conversión’. Podríamos ir señalando más paralelismos, pero para ir concluyendo, reseñaremos únicamente uno más. Tradicionalmente el chamán era un líder espiritual y guerrero. Muchos pastores en la zona son candidatos a las municipalidades o alguno de sus regidurías. Este voto en común no es sino una característica propia de un chamán: agrupar en torno a sí a la gente.

En el caso que nos ocupa, el pastor abandonó su cargo en 2012, cuando se enamoró de una joven de su congregación y se separó de su mujer e hijos. Esto fue percibido por su propia gente como un error. El grupo se disolvió. Es un tiempo de espera hasta que surja un nuevo liderazgo. Los chamanes también pueden perder su poder, pero habitualmente es porque alguien más fuerte que ellos se lo roba.
                                  
En este caso asistimos a un liderazgo en el Urituyacu medio. Reforma y Caymituyo son las dos comunidades más grandes en este espacio. Es interesante comprobar cómo la mayoría de los seguidores de don Venancio eran de ambas comunidades. Reforma tiene colegio de secundaria y posta médica, mientras que Caymituyo solo colegio de secundaria. A modo de digresión: sirve como ejemplo lo que está sucediendo en AKURUY (Asociación Kukama y Urarina del Río Urituyacu). El primer presidente de AKURUY es un comunero de Reforma. El año 2012 se retira de la comunidad para vivir en Lima, dejando vacía la organización. Eligen a una persona de Cafetal como su presidente, pero rápidamente es cambiado. El cargo recae en un comunero de Caymituyo. En noviembre de 2014 la comunidad de Reforma, sin contar con nadie, quiere cambiar al dirigente de AKURUY y colocar en la presidencia a un comunero de Reforma. La lucha entre Caymituyo y Reforma, en el Urituyacu medio, continua siendo intensa.

Retomemos el hilo. Lo interesante de este pastor es que logró tener otros líderes supeditados a él, siempre bajo el auspicio de los pastores norteamericanos. En Caymituyo lograron levantar una capilla y un pequeño grupo. Y en Lupunayo, la otra comunidad grande un poco ligeramente desplazada hacia arriba del centro del Urituyacu, no lograron ni un grupo ni una capilla, pero se notaba su influencia. En torno a Lupunayo el 2012 surgió un liderazgo efímero. José Yuyarima, comunero de la vecina y pequeña comunidad de Pintuyacu, lideró un control de los madereros en Lupunayo. En esta comunidad hicieron regresar una chata en busca de madera. Sin embargo, las desavenencias entre comunidades hicieron imposible el acuerdo de no extracción de madera y el liderazgo se evaporó. Hay que tener en cuenta las divisiones al interior de la propia comunidad.

Cuadro resumen:

Chamán
Pastor[3]
Icaros
Cantos
Tabaco  (para limpiar)
--- (cómo limpian)
Palpar
Imposición de manos
Es poseído por los espíritus
Es poseído por Dios
Se echa al suelo
Se bota al suelo
Lenguas diversas en icaros
Hablar en lenguas
Ayuno
Ayuno
Dietar
Dietar
Vive en el espacio espiritual
Vive en el espacio espiritual
Tiene luz
Tiene luz
Es un guía (controla a sus pacientes)
Es un guía (controla a sus seguidores)
Expulsa espíritus malos
Expulsa al demonio
Cura, sana
Cura, sana
Se puede transformar
La conversión como transformación
Varones, pocas mujeres postmenopáusicas
Varones, pocas mujeres postmenopáusicas
Importancia de los sueños
Importancia de los sueños
Líder religioso, político, militar[4]
Líder religioso, político, militar
Transformación
Conversión


IV.-

 © Manolo Berjón 2004, Sra. Ligia Saboya en un taller de parteras en Santa Rita de Castilla



La señora Ligia Saboya es una querida amiga que vive en el río Urituyacu. Nacida y crecida en el Huallaga se reúne con su marido, Napoleón Acubino, también proveniente del Huallaga. En los años 70 entran al Urituyacu. Lagunas, la ciudad kukama más importante del Huallaga, sigue ejerciendo como imán y polo de atracción natural del Urituyacu. Durante muchos años, Ligia, ha ejercido de catequista, movilizadora (un programa parroquial con apoyo de UNICEF para la atención de la salud materno infantil) y últimamente de partera. En mayo 2009 nos cuenta el siguiente relato: «Yo estaba en Lagunas [río Huallaga] y me comunican que mi nieto está enfermo en Reforma [río Urituyacu][5]. Le han tratado de malaria falciparum, pero seguía con fiebre. Incluso le dieron suero porque hacía 5 días que no comía, pero no mejoraba. Busco a un médico en Lagunas que ha atendido a mi hija, pero no me acepta porque tiene 22 pacientes. Le insisto y me dice que va a realizar una consulta, pero no le va a curar. Nos fuimos a un cuartito donde está Jesús resucitado, la Virgen María, San José, el Dios de la Misericordia, Sagrado Corazón, todo. Una mesita bien adornadito, y con una sola vela en el centro. Le pagué los S/. 5.00 por la consulta. El médico cura con su señora. Su señora es la que tiene la visión. La señora tomó agua bendita en un pocillo y me convida. A los 10 minutos mi cuerpo se estremece: shhhiiiiiiiiiii. Bien débil se ha hecho mi cuerpo. Entonces el médico me sopló, pero no con cigarro, solamente con su boca pidiendo que me proteja mi cuerpo. Pidiendo la señora, la Virgen María que me proteja mi cuerpo para que de repente un espíritu malo [que] está por ahí mirando y no me haga daño… He cerrado mi vista. Me puse así como si estaría durmiendo, empecé a ver. Bien clarito, yo me fui [en la visión] hasta mi casa de Reforma. Yo parece que estaba inconsciente, pero hablaba que estoy en mi casa. Ellos me dijeron después que estoy en mi casa, que mi nieto está enfermo, está en una cama, está con suero, está mal, que le están haciendo daño por aquí. Entonces, en un momento, quizás a los 15 minutos que estaba ahí, he empezado a temblar. No se cómo me sentía, empezaba a temblar y el señor decía que el espíritu de la Virgen María se está introduciendo en mi. Yo empezaba a hablar, a hablar, yo veía mi nieto que no come, que no toma, pero yo iba hablando, hablando todo. Entonces la señora que estaba en mi lado decía que lo que estoy viendo yo, está viendo ella… Yo le he visto todito a mi nieto, todito lo que está sucediendo en Reforma. De esa manera el señor me recibe a mí, para que le cure a mi nieto. Cuando me han visto que he empezado a temblar, la señora y el señor han dicho: “vengan enfermos, la Virgen María se ha introducido en la señora [Ligia]. Ella va a curar en estos momentos, por medio de ella, Jesucristo está con ella”. A ver, vamos a mirar, entonces me empezaron a preguntar, qué tiene ella, qué tiene la otra. Y yo iba hablando: una señora que estaba enferma mucho tiempo y tiene como una hemorragia, le venía a la sangre su barriga, así pelotones, yo le decía que la señora tiene cáncer. Eso hace que ella viva, como dicen, con hemorragia. Y al otro señor que estaba con puritas heridas le habían hecho daño con ceniza. Y había otra señora que le habían hecho daño, le veía que en su cuerpo caminaban mariposas, tremendas mariposas, eso que dejan su polvo. Y el médico decía que es cierto todo lo que estoy viendo yo. Por eso me decían que yo soy buena visionaria. Yo también me he admirado».

No es el momento de interpretar el relato. Tan solo anotar el marco indígena en el que se inserta. La tan manida inculturación es un proceso realizado por los propios cristianos, en muchas ocasiones al margen de lo que diga la institución.

Uno de los nietos de Ligia está concluyendo sus estudios de teología con el Vicariato de Yurimaguas, Vicariato al que felicitamos. Y otra de sus nietas vive en un convento de clausura en Arequipa, en su periodo de formación. Es una fuente de alegría y esperanza para la Iglesia, al igual que una responsabilidad acompañar estas vocaciones provenientes de culturas indígenas. Esto supone un gran desafío y un reto para nuestros programas pedagógicos. La formación debe reconocer, valorar y potenciar explícitamente la proveniencia indígena y fortalecer un cristianismo integrador de las diferencias, tal como los diversos cristianismos atestiguados en el Nuevo Testamento: Pablo de Tarso luchó denodadamente por un cristianismo ajeno de la circuncisión, por poner un solo ejemplo. De continuar con una formación impositiva, nos podemos encontrar con sacerdotes, con 10 años de periodo formativo, que nunca pudieron hablar de sus creencias pese a haber sido acompañados en la “dirección espiritual”. Entonces, la formación, en lugar de ser un proceso integrador, se convierte en una imposición, lastrando muchas vidas y estableciendo silencio sobre las realidades y pertenencias indígenas. Estas maneras, además de perversas, son infieles a la alta diversidad neotestamentaria.

Personas como don Armando, don Venancio, X Arévalo, José, Ligia y muchos más, cercanas a nosotros, nos han ido interpelando con sus historias. Sus vidas y vivencias nos han ido ayudando a “interpretar” el mundo en el que vivimos insertos: el pueblo kukama. Es esta realidad la que interroga nuestro cristianismo. Nos hace buscar en nuestra tradición para ofrecer lo mejor que somos. El resto queda al Dios de Jesucristo proclamado y creído en esta “selva de cristal”.

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

[1] Los kukama son patrilineales y denominan ‘sangre’ a los miembros de una misma familia vinculados por la misma sangre. En el caso que nos ocupa coincide con los apellidos.
[2] Hijo de un promotor de salud preparado por la Parroquia. Durante muchos años su padre era el encargado de administrar el bote que la Parroquia tiene en el Urituyacu para que los agentes pastorales pudieran venir a los cursos a Santa Rita de Castilla. Los últimos años, cuando su padre se estaba haciendo mayor, era él quien lo manejaba.
[3] Insistimos que esta posición puede ser ocupada igualmente por un sacerdote católico, un Animador cristiano o cualquier otro liderazgo religioso. Cada uno con sus peculiaridades.
[4] Esto merecería mayor detenimiento que aquí no podemos abordar, quede únicamente reseñado.
[5] Reforma dista dos días de viaje de Lagunas en peque  peque.