jueves, 16 de noviembre de 2023

JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES Y AGUA POTABLE

 + Miguel Angel Cadenas

Obispo Vicario de Iquitos

 

La primera vez que escuché la canción “Pueblo de Reyes” era seminarista y fue en la catedral de Valladolid, donde se ordenaban dos sacerdotes. Me impresionó profundamente. Como para muchos sacerdotes, esta misma canción volvió a resonar en mi ordenación sacerdotal y episcopal. Cuando la escucho me siento en medio de un pueblo santo y pecador. Me hace pertenecer a un grupo mucho más grande que yo: la Iglesia. “Pueblo de reyes, Asamblea Santa, Pueblo Sacerdotal, Pueblo de Dios, bendice a tu Señor”. Por supuesto, me recuerda 1 Pe 2,9-10.


Foto: Ginebra Peña

La música hace vibrar el corazón. Hoy sabemos que los latidos de los corazones de los que cantan juntos suenan al mismo ritmo. Este cantar juntos forma comunidad, genera comunión. Una comunidad que nos protege. Nos permite compartir las dificultades y disfrutar más de las alegrías. En esta próxima Semana de la Fraternidad vamos a establecer nuevas comunidades cristianas. En ellas todos somos bienvenidos. Nadie sobra.

Lamentablemente en nuestro mundo hay muchos descartados, como indica el Papa Francisco. Especialmente los pobres. Quiero aprovechar esta oportunidad para llamar la atención sobre un trabajo que ha venido siendo silencioso, pero considero que debemos poner más en juego. Como saben, en julio de 2023, el Tribunal Constitucional firmó una sentencia declarando un “estado de cosas inconstitucional en Loreto”. La sentencia es fruto de más de 7 años de trabajo con los Asentamientos Humanos Iván Vásquez y 21 de setiembre en Punchana, con apoyo legal de IDL, este Vicariato y otras instituciones. Estos asentamientos, como tantos otros, carecen de agua potable, saneamiento básico y recojo de basura, entre otros.

La sentencia está teniendo un gran impacto a nivel estatal, aunque todavía no se ven resultados concretos. Pero a nivel ciudadano apenas es conocida. A pesar de este movimiento estatal, siguen sin llegar los camiones cisterna con agua potable. Reconozco con dolor que la Iglesia también permanece ajena a esta sentencia que se elaboró y se acompañó desde la Parroquia Inmaculada. Sin embargo, desde hace un tiempo pareciera que esto no es trabajo pastoral y se ha instalado el desinterés. Es urgente repensar nuestras plataformas pastorales porque no pueden quedar al margen situaciones como ésta que atentan contra la comunión.

No puede haber comunión con exclusión social. Los cristianos debemos ser más incisivos en esto. Solicito personas que acompañen este proceso pastoral que incluye desde visitas a las familias, acompañamiento de todo tipo y presencia de la Iglesia en un espacio doloroso de exclusión. Podrán objetar que hay otras exclusiones. Es cierto. Pero nunca la Iglesia ha ganado un juicio en el Tribunal Constitucional. Y no debemos dejar pasar el tiempo como si no hubiera ocurrido nada.

El Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral está muy interesado en este proceso. Sería triste que, mientras se interesan fuera, no le demos importancia en nuestra propia casa. El Papa Francisco insiste que sin agua potable se vulneran todos los demás derechos.

“No apartes tu rostro del pobre” (Tob 4,7) es la carta que Francisco ha escrito con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres. En ella señala el “derecho a ser iluminados por la caridad”. La caridad incluye la transformación social, pero la sobrepasa: está inscrita en el horizonte del Reino de Dios. Esta categoría de Reino de Dios nos permite implicarnos en la transformación de la vida de los pobres. De esta manera hacemos operativa la caridad cristiana, mientras rezamos: “venga tu Reino” (Mt 6,10; Lc 11,2).

Buscando fuentes de inspiración me acordé del profeta Amós. No proviene de ninguna familia pudiente ni sacerdotal, era un laico. Se presenta como un “criador de ganado y cultivador de higos” (7,14). La defensa del pobre y la justicia social (4,1) son centrales en su predicación. Pero no podemos olvidarnos de “las palabras de alabanza” (4,13; 5,8-9; 9,5-6) que le dan un tono litúrgico al libro donde aparece con claridad un Dios creador. Es decir, liturgia y justicia social van unidos en el profeta Amós.

Cantemos a Dios, el creador del mundo. Cantemos para mantenernos unidos, sin exclusiones. Cantemos con los pobres para que nuestros corazones latan al mismo compás. Dejemos que los pobres nos acompañen y que nuestro trabajo ayude en el reconocimiento de su dignidad. “Pueblo de reyes, asamblea santa…”, para que el “no pueblo” sea “Pueblo de Dios” (1 Pe 2,10).

Domingo 19 de noviembre de 2023: VII Jornada Mundial de los Pobres. ¿Alguien desea colaborar para exigir que se implemente la sentencia del Tribunal Constitucional donde se indica que hay un “estado de cosas inconstitucional en Loreto”?

 

Iquitos, 15 de noviembre de 2023.

jueves, 17 de agosto de 2023

EL PAPA FRANCISCO EN UNA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (TC) DEL PERÚ

 

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Vicariato Apostólico de Iquitos

 

El 25 de julio de 2023 fue un día histórico para Loreto. El TC emitió sentencia: Pleno. Sentencia 322/2023. EXP. N.° 03383-2021-PA/TC. LORETO, https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2023/03383-2021-AA.pdf, decretando un “estado de cosas inconstitucional en Loreto por falta de acceso al agua y contaminación ambiental”. La demanda fue presentada por los dirigentes de las Juntas Vecinales Iván Vásquez Valera y 21 de setiembre en Punchana (Iquitos).


Foto: Ginebra Peña

Un trabajo pastoral. Ha sido clave la Parroquia Inmaculada de Punchana (Iquitos), a la que pertenecen dichas Juntas Vecinales. En 2015 comienzan un acercamiento a la Parroquia que deriva en la interposición de una demanda constitucional por el derecho al agua, saneamiento básico y recojo de basura, en 2016, con el apoyo de los abogados de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Iquitos y del Instituto de Defensa Legal (IDL). Posteriormente se han sumado instituciones como el CAAAP (Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica), institución especializada en pueblos indígenas dependiente de la Iglesia Católica y la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza, entre otras instituciones. También ha sido clave la investigadora Dra. Susana Ramírez Hita, antropóloga médica. Dicha investigación fue apoyada por Misereor (iglesia católica alemana) y será publicada por la PUCP. Un aporte decisivo lo proporcionó el relator ONU sobre el derecho al agua y al saneamiento, Pedro Arrojo.

Vayamos a la sentencia. El TC declara “un estado de cosas inconstitucional en la región Loreto por falta de acceso al agua y contaminación ambiental”. Es importante recordar que Loreto es la región más extensa del Perú y con menor acceso al agua potable en toda la nación, a pesar de vivir a los pies del Amazonas y sus tributarios. Esta sentencia, por tanto, amplía, con creces, el ámbito de acción a toda la región Loreto. De esta manera, el TC supera la ley que impedía invertir en zonas inundables. Loreto es una región inundable. La ciudad de Iquitos está a 105 msnm. Algunos pueblos indígenas en Loreto han vivido en zonas inundables por miles de años. Ese no es el problema. La cuestión es cómo invertir en este espacio. La ciudad peruana de Islandia en la boca del Yavarí, Afuá, en el Estado de Pará-Brasil, Venecia en Italia, Países Bajos… son algunos ejemplos de cómo invertir en zonas inundables.

Acerquémonos ahora al Papa Francisco. La sentencia del TC lo cita en dos oportunidades. En las dos ocasiones la referencia es su carta encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común: los nn. 30 y 93, aunque en la sentencia son citados en orden inverso: primero citan el n. 93 y posteriormente el n. 30. No se copia todo el número, pero sí una parte sustancial de cada uno de los números de la carta encíclica.

Haremos un breve resumen de los números citados de Laudato Si (L.S.) y su inserción en la argumentación del TC. Concluiremos con algunos comentarios más personales. Comenzamos con L.S. 30: “el acceso al agua potable y segura es un derecho básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas y, por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Y sigue hablando de la “deuda social” con los pobres, a los que se les niega “el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”. L.S. 30 está inserto en el capítulo primero: “lo que está pasando a nuestra casa”. En el epígrafe II: “la cuestión del agua”.

En cambio, L.S. 93 pertenece al capítulo II: “el evangelio de la creación”, epígrafe VI: “destino común de los bienes”. En ese contexto se insertan estas líneas: tanto “creyentes como no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia en común, cuyos frutos deben beneficiar a todos”. En esto, hay consenso. A continuación, el argumento indica que “para los creyentes” se trata de “fidelidad al Creador” y la cuestión ecológica debe incluir una “perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados”.

La sentencia del TC tiene muchas referencias implícitas y algunas explícitas. En este caso, sólo nos atenemos a lo referido al Papa Francisco. La sentencia es larga y bien fundamentada. El TC n. 31 argumenta sobre el “derecho a un ambiente equilibrado y sano”, recogiendo un aporte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en lo que se denominan derechos de tercera generación. En ese momento se cita L.S. 93, cuyo contexto en la encíclica es sobre “el destino común de los bienes”. Se convierte, así, en soporte para la sentencia que analizamos. Es decir, el “destino común de los bienes” tiene su aplicación práctica en “un ambiente equilibrado y sano”.

En cambio, TC. n. 125, se refiere al “derecho al bienestar”, recogiendo una expresión de la Constitución Política del Perú, art. 2.1. Ahora recurre a L.S. 30, cuyo contexto es “la cuestión del agua”. No puede haber “bienestar” sin agua. El Papa Francisco, citado en la sentencia, dirá enfáticamente: el agua “es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos” (L.S. 93). Es, por tanto, un derecho clave y fundamental.

 

Foto: Ginebra Peña


Algunos comentarios:

1.       La encíclica Laudato Si forma parte de la doctrina social de la Iglesia. En concreto, se publica el 24 de mayo de 2015 como aporte de la Iglesia Católica a la discusión previa al acuerdo de París, firmado el 12 de diciembre de 2015. L.S. es recibida como una gran sorpresa positiva.

 

2.       La Doctrina Social de la Iglesia trata de aterrizar los grandes principios a los momentos en que cada encíclica está escrita. En este sentido, L.S., y otras encíclicas sociales, intervienen en el debate de su tiempo sobre el bien común. Dado que el medio ambiente se ha convertido en un tema preponderante de nuestra época, la Iglesia realiza su aporte a través de L.S.

 

3.       La doctrina social de la Iglesia es recibida por la academia como un aporte con el que debatir. Sin embargo, es urgente que los más humildes también puedan recibir la enseñanza de la Iglesia en estos temas. El acompañamiento pastoral que hay detrás de esta sentencia indica que la doctrina social de la Iglesia se encarna para buscar el bien común con los más humildes.

 

4.       Perú es un país con alto índice de católicos: en torno al 75%. de la población. No es de extrañar, por tanto, que L.S. entre en la argumentación pública. Llama la atención que lo haga el TC. Conviene resaltar que algunos pensadores opinan que las religiones tienen mucho que aportar al mundo en el que vivimos siempre y cuando sepan traducir su mensaje a un lenguaje compartido por todos (habitualmente secularizado). Sin embargo, otras corrientes de pensamiento indican que no es tan sencillo esta “traducción”. Incluso hay quien piensa que es imposible. Pongamos un ejemplo: la categoría del Nuevo Testamento “Reino de Dios”. Sin duda, una vida digna, como propugna la sentencia, puede ser un signo del Reino de Dios, pero no necesariamente. Así tenemos países con grandes avances sociales y económicos con altos niveles de indiferencia religiosa. Y otros países, con enormes carencias, un signo inequívoco de la distancia práctica del Reino de Dios, que proclaman a Dios como el centro de su vida. “Reino de Dios”, una categoría desde la que vivimos los cristianos, no siempre se puede traducir a un lenguaje neutro. Necesitamos conjugar discurso (sobre Dios) y práctica (con Dios). El Reino de Dios ejerce de aguijón crítico.

 

5.       En nuestra opinión el cristianismo tiene mucho que aportar. Este acompañamiento pastoral, y esta sentencia, son un pequeño ejemplo. L.S. aúna mística y política: creencia en Dios y transformación de la realidad.

Concluimos agradeciendo a los dirigentes vecinales que resistieron todo tipo de presiones. Al juez que en primera instancia les dio la razón. A la jueza que en segunda instancia votó en minoría con una argumentación impecable. Y a los jueces del Tribunal Constitucional por esta sentencia histórica. Y, por último, o lo primero, “el Reino de Dios está más cerca”.

lunes, 7 de agosto de 2023

EL PELACARAS: UN NOMBRE LOCAL DEL EXTRACTIVISMO EN LORETO

 

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

 

Un acontecimiento importante tendrá lugar los días 8 y 9 de agosto en Belem do Pará: Cumbre Amazónica. Sin embargo, nos vamos a circunscribir a temas más regionales. Titulares de un diario local, sábado 5 de agosto de 2023: “[s]obre el tema que comentan de “Pelacaras” he enviado un documento al general de la policía para que investiguen” y “[n]o podemos hablar de “pelacaras” porque no tenemos ninguna denuncia de esa índole”. También se han hecho eco televisiones, radio, prensa nacional y, por supuesto, las redes sociales.

Intentaremos arrojar un poco de luz[1]. Más allá de posibles instrumentalizaciones en beneficio de unos pocos, que es probable, nuestra interpretación apunta al malestar que está viviendo la población “periférica”. Un malestar manifestado a través de los pelacaras que contrasta con los discursos hegemónicos de “isla bonita”, festivales varios, y éxito de las fiestas. No hace tanto que celebramos San Juan y, al decir de las crónicas, ha sido todo un éxito de participación, fiesta y algarabía. Fiestas Patrias está aún más cercana.



Foto tomada de internet.


LOS NOMBRES DEL MALESTAR EN LORETO

Lo primero que se constata es la diversidad de nombres para el mismo malestar. Aunque predomina la denominación pelacara, también se ha hablado de extraterrestres e, incluso, del hombre verde y del hombre araña.

Si bien el malestar está muy extendido, para este escrito nos circunscribimos a tres escenarios: el alto Nanay[2], el bajo Marañón y algunas comunidades aledañas a Iquitos. Aunque el fenómeno posee muchas caras, cual poliedro, vamos a fijarnos únicamente una mayoritaria en cada espacio. Se apunta que la presencia de drones en el Nanay está relacionada con la minería ilegal. En las comunidades aledañas a Iquitos se señala hacia traficantes de órganos. En el caso del Marañón se hace referencia a deslizadores (gente de paso). Trazaremos unas primeras pinceladas.

En el Nanay son descritos de la siguiente manera: “encapuchados, visten de color negro, de dos metros de altura”. “Han atacado a una joven de 15 años con cortes en el cuello”. Se hace referencia a “drones”. Las armas de los moradores, escopetas de caza, no les hacen nada. “Están blindados”. “Se elevan”. En el Marañón indican que “han hecho rondas para defenderse, no permiten que nadie atraque en sus puertos a partir de las 5.00 p.m. y se juntan en tambos para dormir”. En otro grupo sobre comunidades aledañas a Iquitos indican: “dos hombres altos con cara horrible”, y circulan videos con un grupo de personas jugando y burlándose de víctimas con la piel de la cara cortada. Algunos sugieren que se ha desatado la “histeria colectiva”.


AGRESIÓN

A poco más de un mes de la fiesta de San Juan, y teniendo reciente aún fiestas patrias, aparece el desasosiego, el miedo, la agresión. Aunque el malestar se extiende por Loreto utilizamos datos, como dijimos más arriba, de comunidades de los ríos Nanay, Marañón y comunidades aledañas a Iquitos. ¿No son los espacios “periféricos” más vulnerables? ¿No hace esta vulnerabilidad la que sea más dolorosa la agresión?

El discurso señala una joven de 15 años con cortes en el cuello (Nanay). En otro video, que circula en redes, se observa un joven, sin identificar el lugar, con cortes en el cuello. Dos datos muy importantes: juventud y cuello. Cortar el cuello, degollar, es una forma de asegurar la muerte. Poco importa ahora que los videos sean de otros lugares y tiempos. El caso es que en Loreto se han apropiado de ellos para manifestar el malestar reinante.

Digresión: nótese que los pelacaras tienen como misión extraer la piel de la cara, no matar directamente, aunque la muerte termine siendo la consecuencia. La cara es el lugar del reconocimiento. Fijémonos en la cara de agresores y agredidos. Respecto a los agresores: en el Nanay están despersonalizados, “encapuchados”, y en las comunidades aledañas a Iquitos su cara es “horrible”. Respecto a los agredidos: no se refieren a la cara, el reconocimiento, sino a la muerte directamente. En el primer caso, la muerte es consecuencia de cortar la cara. En el segundo caso, el objetivo de cortar el cuello es la muerte: se trata directamente de asesinato.

 

¿QUIÉNES SON?

Atacan “encapuchados, visten de color negro, de dos metros de altura”, “extraterrestres” (Nanay), “pelacaras”, llegan en deslizador y las comunidades se defienden no permitiendo atracar en sus puertos a partir de las 5.00 p.m. (Marañón), “dos hombres altos con cara horrible” (comunidades aledañas a Iquitos). Los agresores son ajenos a las comunidades. Primera indicación: la agresión es externa, nada de histeria colectiva.

Las comunidades no permanecen impasibles, se defienden. Pero su defensa no es efectiva. En el Nanay indican que las escopetas de los moradores no les hacen nada, “están blindados” y “vuelan alto”. Se perciben las grandes diferencias. Por eso, solicitan el apoyo de la PNP y del Ejército. En el Marañón utilizan tres medidas: 1) rondas; 2) no permiten entrar en sus comunidades a partir de las 5.00 p.m.; 3) se juntan en tambos para dormir. En el caso de las comunidades aledañas a Iquitos desconocemos cómo se están defendiendo.

 

A VUELTAS CON LA COMPRENSIÓN

Para la interpretación más común son “creencias”. Ideas arraigadas en la gente, pero no son verdad. Carecen de importancia en el sentir de muchos. Nuestra propuesta es diferente: no son creencias, son realidades. Nos habla de una potente agresión: fundamentalmente a jóvenes de las comunidades. Esos jóvenes, de los que decimos en los discursos patrióticos que son el futuro, nos indican que su presente está más que comprometido y son escenario de muerte.

Nos enfrentamos al mundo con las categorías que tenemos, no puede ser de otra manera. Pero si nos conformamos con nuestras categorías nos privamos de comprender acontecimientos que carecen de explicación. Insistir en la histeria colectiva, una manera occidental de percibir el malestar, es una forma de violencia epistémica y ontológica porque obliga a los otros a ser leídos en categorías ajenas (occidentales).

Sin embargo, si escuchamos detenidamente los relatos nos encontraremos con preciosas indicaciones que nos llevarán a develar la realidad (ontología). Ya hemos apuntado la agresividad con la que son percibidos: cortar el cuello, la cara. Estos relatos circulan en un contexto donde el universo está poblado de espíritus.

En breve, nos situamos en dos planos diferentes: la visión occidental (entre otras instituciones avalada por la escuela) donde el naturalismo (ciencia) es la única explicación plausible y la de las comunidades (animismo) donde habitan otros seres (que vuelan, están blindados…). Esta realidad diferente, en nuestra opinión, está en la base de los desencuentros y la falta de entendimiento. Más adelante haremos referencia a los estudiantes de la UNAP que cabalgan entre el naturalismo y el animismo.

Segunda indicación: la “histeria colectiva” no explica el desencadenante que la produce. Ciertamente, una vez desatado el miedo, las redes sociales lo amplifican. Pero es necesario percibir la génesis de la violencia. Esta explicación queda presa de una mirada occidental sobre el otro exotizado. De nuevo la violencia epistémica y ontológica. Tampoco nos convence la solución que plantean: el autocontrol como base fundamental para permanecer tranquilo y deshacer la histeria colectiva. La psicología es una disciplina occidental que piensa a partir del sujeto occidental. Sin rechazar a la psicología, es necesario percibir sus límites.

Los pobladores del Nanay solicitan la intervención de la PNP y el Ejército. Al margen de lo que hagan estas instituciones, para los pobladores son las instituciones que encarnan la guerra. Están en guerra. Apaciguar sujetos, como sugieren algunos, es incomprensible en una guerra. Sólo en este contexto de conflicto tiene sentido hacer rondas, no dejar atracar a partir de las 5.00 p.m. en sus puertos y dormir juntos en un tambo (Marañón). En fin, en lugar de individualizar la solución, como hace la psicología, los moradores buscan procedimientos colectivos: apoyo de PNP y Ejército, no permitir la presencia de extraños en la noche y permanecer juntos.

 

¿QUÉ GENERA TANTO MIEDO?

Sin pretender ser exhaustivos, apuntamos dos situaciones, aunque hay más: la presencia continua y constante de extraños en las comunidades y la monetarización de las mismas, fruto del momento extractivista que vivimos. Extraños que son percibidos como poderosos, con dinero, agresivos y amenazantes hacia sus modos de vida. En algunos comentarios se desliza el tema de la minería ilegal en el Nanay. Es un reconocimiento del fracaso del Estado que no lo puede ni quiere controlar. Mientras las comunidades vivan en la “pobreza monetaria”, que perciben como injusta, cualquier actividad ilegal que suponga el ingreso de dinero tendrá las puertas abiertas de las comunidades. Pero esa misma actividad es percibida como una agresión continua, constante y lacerante a sus vidas.

En el caso de las comunidades aledañas a Iquitos se apunta al tráfico de órganos. La vida de los jóvenes de las comunidades está en función de satisfacer los deseos de otros poderosos con dinero que compran sus órganos. No nos interesa en este momento si es verdad científica, que tampoco se puede descartar, sino la potente metáfora que explica este malestar.

En el caso del Marañón se apunta hacia extraños que navegan por el río. Los programas sociales (Juntos, Pensión 65…) distribuyen dinero que es gastado habitualmente en los puestos que comerciantes golondrinos traen al calor de los programas sociales. Los precios son habitualmente más abultados. Un mismo producto en Lima es más barato que en Iquitos y éste mucho más barato que en las comunidades. Las distancias juegan en contra de las comunidades y a favor del aumento de precios. Total, quienes menos dinero tienen más gastan para adquirir el mismo producto que en la ciudad. Pero no son los únicos extraños, también ha habido últimamente brigadas de salud por los ríos para vacunar, otros programas estatales…

Minería ilegal y extracción de órganos son prácticas extractivistas. De igual manera el comercio que llega desde diferentes lugares del país al olor de los programas sociales y se retiran con ellos. Estas prácticas, lejos de generar riqueza local, ahondan el extractivismo, que también es representado por la tala ilegal, la extracción irracional de hidrocarburos...

Un llamado a las autoridades. Los “jóvenes periféricos” (llamémosle así a falta de categorías más finas) están buscando ayuda. Sus comunidades de origen perciben las dificultades y solicitan apoyo entre la PNP y el Ejército. Nosotros apuntamos hacia los extraños y la monetarización como dos elementos clave, aunque no sean los únicos, siempre en un marco extractivista.

La relación con los extraños, en nuestra opinión, va más allá del multiculturalismo y la interculturalidad. Nosotros apuntamos sobre la realidad (ontología). Una élite que parece no comprender el malestar, muchas veces generada por ellos, y una población que manifiesta su malestar en sus propias categorías. Es interesante cómo algunos videos sobre pelacaras circulan entre estudiantes de la UNAP en las facultades del extrarradio de Iquitos. Saltan de una ontología naturalista a una animista con total libertad, estaríamos hablando de poli-ontología. De igual manera sucede con los moradores de las comunidades.

Esta violencia visible oculta otra invisible, pero igual de efectiva: el alcoholismo, el fracaso escolar, la falta de perspectivas, el suicidio. La tranquilidad de los medios de comunicación, que propagan noticias descontextualizadas y se viralizan generando histeria colectiva, contrasta con esta realidad nada exótica y muy lacerante. Es evidente el fracaso del “desarrollo” con esta población que pide a gritos poder vivir y lo manifiesta en sus propios cuerpos y con sus propias categorías. El pelacaras: un nombre local del extractivismo en Loreto.

 

Para una visión, complementaria y más sosegada del tema, en otro contexto (el bajo Marañón de comienzos de milenio): BERJON MARTÍNEZ, Manuel M. y CADENAS CARDO, Miguel A. (2009), La inquietud se hizo carne… y vino a morar entre los kukama, en https://www.agustinosvalladolid.es/estudio/investigacion/estudioagustiniano/estudiofondos/estudio2009/estudio_2009_3_03.pdf



[1] En este texto no se tendrán en cuenta las dificultades por las que atraviesan las Municipalidades enclavadas en los espacios analizados (alto Nanay, bajo Marañón y comunidades aledañas a Iquitos). Ni el paro indígena en la boca del río Tigre. Según la Agencia de Noticias Andina el Ministerio de Salud ha desplazado brigadas de vacunación en las 5 cuencas (Corrientes, Tigre, Pastaza, Marañón y Chambira) entre los días 10 al 25 de julio de 2023. Sería necesario contar con datos sobre tráfico de deslizadores, comerciantes…, que sobrepasan con mucho este artículo. Todo ello es necesario para una mejor contextualización.

[2] En este escrito cuando utilicemos el término Nanay nos referimos al alto Nanay. Para el Marañón, nos referiremos al bajo Marañón.

viernes, 4 de noviembre de 2022

EL PARO EN CUNINICO. MORIR A LOS 11 MESES DE EDAD: Segundo R.C. (Monterrico, 6 de noviembre 2021- Cuninico, 8 octubre 2022). In memoriam.

Dirijo la mirada a un acontecimiento que ha pasado inadvertido, pero que refleja muy bien la situación que vivimos en Loreto. Monterrico y Cuninico son dos comunidades indígenas kukama. La primera también tiene población indígena urarina. Situadas en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto, en las márgenes del río Marañón.

El 16 de setiembre de 2022 se produjo un derrame de petróleo en Cuninico. Llueve sobre mojado porque ya hubo otro derrame en 2014 en el mismo lugar. También Monterrico ha sufrido varios derrames petroleros (2016, 2020 y 2022) que siguen impactando durísimamente a la población. Los niveles de sufrimiento que soportan ambas comunidades son muy altos. Un sufrimiento invisibilizado.


El padre del bebé, Segundo Ladislao Rodríguez Macusi, era apu en el momento en que Monterrico decidió que la comunidad se plegaba al paro organizado en Cuninico pidiendo que el Estado les atienda con agua y alimentos, entre otras cosas. Por tal motivo, se trasladó con toda la familia y otras familias de Monterrico, y comunidades aledañas, a Cuninico. Improvisando un campamento donde faltan todas las condiciones mínimas: agua potable, saneamiento básico, alimentos… Las ollas comunes tratan de paliar la necesidad. Sin embargo, el hacinamiento y la falta de salubridad son malas compañeras.

El bebé, Segundo R.C., se enfermó y después de unos primeros auxilios en Cuninico fue enviado a la Posta Médica de Maypuco donde falleció (8 de octubre de 2022). El parte médico señala como motivo Insuficiencia Respiratoria Aguda. Los padres del bebé atribuyen la muerte a la contaminación. Dos apreciaciones, ambas de gran interés, que damos por válidas.

No hay duda que la contaminación ha sido la causa que ha movilizado a la familia (y otros cientos de familias) a acudir al paro de Cuninico. Abandonan la comodidad del hogar para habitar en unos tambos temporales. ¿Qué motiva a las familias a tomar esa decisión? Hay muchas razones, señalamos únicamente tres: 1) la indignación por la contaminación del río: menos pescado, cosechas más exiguas y una vida más dura. El río es su única fuente de agua; 2) abandono del Estado: Loreto posee los peores índices en educación, agua potable, acceso y velocidad de internet…; 3) necesidad de adquirir dinero. Las tareas tradicionales (pesca y agricultura, unido a la extracción de madera) no proporcionan el dinero suficiente para la vida actual donde las familias necesitan un celular para poder conversar con sus integrantes en la ciudad, por poner únicamente un ejemplo.

Vayamos ahora con lo indicado por el Centro de Salud. Por supuesto, también damos por válido su parte médico. Es demoledor que muera un bebé de 11 meses. Y conviene que veamos el contexto para que no culpabilicemos demasiado rápidamente a sus padres. Aunque en la última década se ha incrementado el número de personal sanitario por cada 10,000 habitantes, conviene tener en cuenta el comentario siguiente de noviembre de 2020: 

“Sin embargo, en el ranking de habitantes por establecimientos de salud y médicos, Loreto se encuentra más cerca del promedio nacional que de los primeros lugares, lo cual sugiere que hay problemas de acceso o calidad de los servicios médicos. La posición de la región en los rankings de enfermedades no parece corresponder con su posición en los de disponibilidad de infraestructura de salud y atención médica. De acuerdo con las entrevistas realizadas por el equipo, la dificultad en el acceso a salud en Loreto está más asociada a la limitada distribución espacial de estos recursos en el departamento y el cuán difícil es trasladar a la población afectada a ellos”: https://growthlab.cid.harvard.edu/.../2020-11-cid-wp-387..., p. 65.  

Resaltamos lo siguiente: 1) los rankings de enfermedades no se corresponden con la disponibilidad de infraestructura de salud y atención médica; 2) la distribución espacial de los recursos está lejos de ser la adecuada. De ahí que sea difícil el traslado de los enfermos. 3) No se dice nada de las fronteras invisibles para que los indígenas puedan acceder. El MINSA no toma en cuenta suficientemente las culturas indígenas.

Acceso al agua potable. El 56.3% de los loretanos tiene acceso al agua potable, el departamento con peor cobertura de todo el Perú (https://www.defensoria.gob.pe/.../Informe-002-Bolet%C3..., p. 7). Prácticamente uno de cada dos loretanos carece de acceso al agua potable. Esto es indignante y absurdo: vivimos en medio del Amazonas, la mayor corriente de agua dulce del planeta.

En este contexto se está llevando a cabo el paro en Cuninico. Lejos de ser un tema puntual hay que ver el contexto en el que se desarrollan los acontecimientos. Invocamos al Estado para que resuelva los graves problemas por los que estamos pasando. Las demandas son siempre las mismas: agua, alimentos, salud, educación y un medio ambiente sano. Son exigencias básicas, elementales. Falta voluntad política para resolverlas.

Nadie tiene que morir a los 11 meses de vida. Es un fracaso que refleja desigualdades profundas y arraigadas.

Que Nuestra Señora de Loreto, la Virgen de la Esperanza, nos acompañe a todos.

POST DATA: 

Este año 2022, el Estado peruano ha entregado a Petroperú $ 1,750 millones. Sin embargo, Petroperú sufre de iliquidez y algunos analistas indican que está en quiebra. Pues bien, el Estado peruano y Petroperú han negado agua y alimentos suficientes a las comunidades que se han organizado en el paro en Cuninico. “Cada vez que lo hicieron con uno de estos mis hermanos pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25, 31-46). 

En una anodina reunión entre los dirigentes de las comunidades del paro de Cuninico, dirigentes del distrito de Parinari, también afectados por el derrame, y el Estado peruano en Nauta, el 17 de octubre 2022, no se llegó a ningún resultado concreto. Esto acumula rabia en el bajo Marañón. Pero el Estado peruano está ocupado en otros menesteres.

 

+ Miguel Angel Cadenas

Obispo Vicario de Iquitos

  

martes, 20 de septiembre de 2022

“PORQUE NO SE TRATA DE ANIMALES, SE TRATA DE GENTE COMO USTED, DE ESO SE TRATA”: A propósito del derrame en Urarinas-Cuninico

El derrame en Cuninico no es el único, pero sí emblemático. Todas las comunidades en las cuencas petroleras padecen la contaminación por 50 años, en distintos grados. Llueve sobre mojado: Cuninico ya sufrió otro derrame el 2014. Llegaron hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En Perú ganaron varios juicios. Agotaron los mecanismos institucionales del Estado, pero persiste aún un problema de ejecución de las sentencias ganadas.



Es necesario mejorar el sistema de prevención. Hoy en día sería posible con inteligencia artificial y vigilancia satelital. El actual sistema genera impactos económicos, sociales y medioambientales insostenibles, además de un sufrimiento atroz.

Conviene preguntarse sobre la gestión del Oleoducto. Por un lado, se impuso sin consulta a las comunidades; por otro, ha habido diversas formas de administrarlo. Es evidente que no lo podemos pensar al margen de las comunidades indígenas que atraviesa. Ha habido diversas etapas de gestión, algunas han obtenido mejores resultados que otras. Después de una etapa de derrames (2014-2017) ha venido otra de relativa calma que de nuevo se interrumpe.
Con la interrupción vuelve a aparecer el tema de la intencionalidad. Sin embargo, no podemos olvidar que el Oleoducto no recibe el mantenimiento adecuado. Por otro lado, no se aplica la ley y la impunidad alienta estos actos delictivos. Es necesario pensar el Oleoducto y la urgencia de obtener dinero en las comunidades. Culpar “exclusivamente” a quienes lo hayan podido cortar dejaría en la sombra a los verdaderos auspiciadores de este tipo de comportamientos.
Añado a la monetarización el postergamiento que sufren las comunidades. Esto genera mucha rabia. Carecen de agua potable y les contaminan la única fuente existente: el río. Se quedan sin pesca. ¿Cómo está afectando al mijano [cardumen]? Se agudiza la inseguridad alimentaria y se daña su economía. En tercer lugar, y fundamental para el pueblo kukama, debajo del agua habitan espíritus y gente. Este aspecto cosmológico kukama suele quedar al margen. Cuando el Estado apela a la interculturalidad lo hace como un pasatiempo.
Acudo a la tradición cristiana donde los humanos somos co-creadores: ayudamos a Dios en su creación a través de nuestra inteligencia y trabajo. Pero no es automático, de hecho, también nos apartamos de la gracia de Dios, causando dolor a la naturaleza, a nuestros semejantes y a Dios. Ahí están los derrames para graficarlo.
En otro lugar he propuesto el concepto de “zona de sacrificio”. El Estado decidió imponer a estos territorios el Oleoducto, sin importar su impacto. Un gravamen a estas comunidades al servicio del país. El problema reside en que estas comunidades hacen sacrificios, pero no gozan de los beneficios. De hecho, la desconfianza de estas comunidades en el Estado es muy alta, porque suele generar problemas en lugar de resolverlos.
Es tiempo que el Estado responda a sus ciudadanos. No es posible que en 50 años de actividad petrolera, con unos beneficios superiores a $ 35,000 millones, prácticamente la mitad de los loretanos carezcan de agua potable y saneamiento básico. Es evidente que podemos, y debemos, hacer las cosas mucho mejor. Contaminar el agua es un gravísimo error, pecado diríamos los cristianos. El agua es esencial para la vida humana, es un “derecho eje” que sustenta los derechos “a un ambiente sano, la salud, la alimentación, el territorio y la cultura”1.
Más allá de la emergencia, se produce una “violencia lenta” que perdura en el tiempo hiriendo y dañando en profundidad los cuerpos que esperan el agua de lluvia para poder cocinar… Esta alteración del paisaje afectivo produce una “nostalgia y pérdida ecológica” de valor incalculable. Las mujeres sufren más todo este impacto que habitualmente queda relegado e invisibilizado2.
Se supone que estamos saliendo de la epidemia de Covid-19, particularmente dura en Loreto. Pues bien, las comunidades indígenas fueron las últimas en ser atendidas, mucho después de haber sido contagiadas. El caso de Cuninico es terrible porque la pandemia vino después del derrame de 2014. Mientras un grupo de investigadoras encontró los medios para acompañar a estas comunidades, en medio de la distancia, no sucedió lo mismo con el Estado, para quien estas comunidades permanecieron invisibilizadas3.
Resuenan en mí las palabras de Galo Vásquez, presidente de FEDEPCUM (Federación de Pueblos Unidos Cocamas del Marañón), a uno de los representantes que llegaron por Cuninico: “porque no se trata de animales, se trata de gente como usted, de eso se trata”. El dirigente enfatiza su posición como “gente”, no como animales. Toda una lección para quien sepa escuchar.
Concluyo haciéndome eco de las lecturas bíblicas de ayer. El profeta Amós insiste: “escuchen esto los que oprimen al pobre…, disminuyen la medida, aumentan el precio, usan balanzas con trampa” (Am 8,4-7). Y Jesús, en el evangelio, nos indica que no se puede “servir a Dios y al dinero” (Lc 16,1-13). Que Nuestra Señora de la Esperanza nos acompañe a todos.

+ Miguel Angel Cadenas
Obispo Vicario de Iquitos




1. URTEAGA, Patricia, SEGURA, Frida y SÁNCHEZ, Mayra (2019), El derecho humano al agua, los pueblos indígenas y el petróleo, PUCP, Lima.
2.DELGADO, Deborah y MARTINEZ, Vania (2020), “En un ambiente tóxico”. Ser madres después de un derrame de petróleo, Oxfam – CLACSO, Lima.
3. ULFE, María Eugenia, VERGARA, Roxana y ROMO, Vanessa (2021), “Nuestras historias desde Cuninico”: podcasts, pandemia e investigación antropológica, en LASA FORMUM, Vol. 52, N° 1, pp. 13-18.

jueves, 11 de agosto de 2022

UNA BREVE NOTA SOBRE EL LENGUAJE en la poesía de Ana Varela

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Agustinos - Iquitos


Pusieron en nuestras manos este precioso poemario de Ana Varela. Merecería un estudio más pormenorizado. No es el momento, pero adelantamos este breve comentario: VARELA TAFUR, Ana (2022), Estancias de Emilia Tangoa, Pakarina Ediciones, Lima.


En Occidente percibimos el lenguaje como una característica netamente humana. Extendemos nuestra visión, fundamentalmente a través del sistema educativo, y universalizamos nuestro etnocentrismo. Somos condescendientes con los escritores cuando hacen hablar a los animales, son licencias literarias. No dejan de ser antropomorfismos. Sin embargo, no todas las culturas establecen el mismo vínculo con el lenguaje. La poesía de Ana Varela utiliza otros criterios. En la amazonía indígena el lenguaje es compartido con otros seres: humanos, animales, muertos, sirenas, truenos…

Los amazonistas nos recuerdan que esta extensión del lenguaje a otros seres forma parte de los tiempos míticos. Pero los mitos tienen diferentes tratamientos en Occidente y en la amazonía indígena. Adán y Eva son los primeros seres humanos, los seres humanos universales. Arquetipos que permanecen en el pasado al que nos asomamos para comprendernos y dejarlos en el pasado. En un movimiento diferente, en la Amazonía se trae el mito al presente y se revive actualizándolo. Por tanto, que otros seres hablen o escuchen no es únicamente una verdad universal de tiempos pasados donde nos miramos como en un espejo, es una verdad universal que alcanza el presente donde es vivido. Por eso, si un pescador escucha y conversa con una sirena terminará por transformarse e irse a vivir debajo del agua con ella.

Este pensamiento amazónico inunda la poesía de Ana Varela. Emilia Tangoa habla con “plantas que remedian los dolores del día” (p. 27). “Por alguna razón las copas de las lupunas / son las primeras en escuchar su voz ronca y agitada. // Los vientos en el trópico hablan con los moradores” (p. 15). “…[C]uranderas que llaman a las raíces-madres” (p. 31). El lenguaje es un instrumento que, en la Amazonía y en la poesía de Ana Varela, permite la comunicación entre diversos tipos de seres. Desde Emilia Tangoa, que habla con las plantas, a la conversación que mantienen las copas de las lupunas con el viento, o de este último con los moradores.

En ocasiones se acude a algunas plantas: tabaco, floripondio, yajé, ayahuasca y chacruna, coca… Plantas que expanden el mundo. Ahora bien, no son viajes de turistas occidentales aburridos en busca de “experiencias”. En el poema “Periferias” (p. 34) aparece la necesidad de sanación. Lejos de un mundo idílico, “[q]uieren sanar a una mujer que ha bebido / líquidos contaminados”. Para ello “han traído Agua de Florida, en botella de gaseosa”. En estas sesiones se producen “ciertas transformaciones y poesía oral / se recita en voz baja”.

Esta descripción de los icaros en los rituales como “poesía oral” nos parece de gran envergadura. Una “poesía oral” que produce “ciertas transformaciones”. Este lenguaje no deja indiferente, transforma. Un icaro en un ritual funciona como las palabras del juez dictando sentencia: hacen cosas con palabras, son performativos.

La transformación es uno de los temas amazónicos por antonomasia. Un ejemplo lo podemos ver en el poema “Bufeo colorado” (p. 40-41). Un bufeo es un delfín del río, pero a la vez es un viajante a las “tres fronteras”, un “jefe de muelles”, “regatón o amante ribereño”. En este universo transformacional tiene una gran belleza el poema “Mujer boa” (p. 47), donde es la “madre de las aguas”, “la madre del cosmos”, “Yura mantona, mujer boa” quien se transforma “en el centro de una muyuna urbana” donde actúa “desnuda, / lenta y sin veneno en el espectáculo nocturno”. La poetisa desliza su crítica: “te vigilan en un baúl de madera y ventana de vidrio”. Estás “atrapada en una función extraña”, y “muchos pagan una propina por tu performance”.

De particular interés para el tema que tratamos es el poema “Fibras de oralidad” (p. 33). “En hojas de coca leídas por curanderos / hay un código que anuncia palabras casi extintas”. Los tiempos cambian, pero los “curanderos” han demostrado por centurias que se adaptan a los tiempos y continúan los códigos que arropan las palabras para que no se pierdan. Es “un código del planeta / un lenguaje que descifra fibras de oralidad”. Fibras a partir de las cuales “canta y brota el tejido de chambira / y arden las tushpas”. Espacios donde se utilizan estos códigos y estas palabras para que no se pierdan.

Es evidente la pérdida de idiomas indígenas, y esto es un grave problema. Sin embargo, el castellano loretano está impregnado de incorporaciones de las lenguas indígenas. Una persona puede hablar castellano loretano y estar pensando desde las categorías de un idioma indígena.

Las “palabras casi extintas” (p. 33), contrastan con otros versos donde “persiste el idioma de los ancestros” (p. 31). Estos espacios rituales son espacios de donación de saberes. Continúa la transmisión, se prolonga la tradición. En el último poema aparece el verso: “Escucho tu voz, Emilia Tangoa, desde sogas visionarias” (p. 68). Espacios de escucha y transmisión.

Sería necesario un estudio más pormenorizado, pero será en otra oportunidad. Concluimos agradeciendo a Ana Varela por su poesía, por su compromiso amazónico más allá “de alegorías de economías liberales” (p. 61). Compartimos su crítica serena y certera sobre el impacto del Antropoceno en la amazonía.

lunes, 11 de julio de 2022

RESISTIR A LA PANDEMIA EXTRACTIVISTA: poesía que refresca el alma

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Agustinos - Iquitos


La presente nota es una lectura personal de: REYES RAMÍREZ, Carlos (2022), Ukamara. Ojo de serpiente, Pakarina Ediciones, Lima.

Nada más recibir el libro de manos del poeta nos impresionó la poderosa dedicatoria:

“A los amigos.

A los que lloran fuego y explotan desde sus pulmones en soledad.

A los que demandan oxígeno en las ciudades y en las comunidades rurales.

A los sobrevivientes”.



El siguiente movimiento instintivo nos condujo a la última página, donde vuelve a ser muy significativo:

“Escrito en Iquitos-Perú, entre 2020-2021,

Años de pandemia por el SARS-CoV-2.

(Para los que lean este libro antes y después de pestes y hambrunas)”.

Este es el contexto del poemario. La ciudad de Iquitos fue la primera en enfrentarse con la pandemia en Perú. No estábamos preparados y la falta de oxígeno se convirtió en una metáfora de la Amazonía olvidada y dañada a base de corrupción, malas prácticas e intereses subalternos. En estas circunstancias muy adversas, Carlos Reyes, se dedicó a crear. Del caos social en el que estábamos inmersos ha sido capaz a organizar orden, belleza. No es el orden de los poderosos. Su poesía se nutre de ausencias. Vale más un poemario de Carlos Reyes que cientos de historias oficiales.

Una historia que combina cronología con memoria. Una cronología que recoge acontecimientos arrinconados al olvido, cuando no tergiversados en nombre de un progreso que arrasa con la selva. Se pueden ver ecos de la época del caucho, la matanza de los matsés, migraciones a la ciudad… con referencia a los mitos. Ambos, cronología y mitos, se aúnan, habitan en el mismo presente, como la amazonía misma. Una manera vigorosa de desautorizar a quienes opinan que los indígenas viven en otro mundo, fuera del presente.

En el último poema del libro enlaza las “historias de latrocinios en las selvas del Putumayo y del Yavarí-Mirim” con “las historias de los abuelos [donde] el jaguar persigue al armadillo… “tío, raíz has agarrado, de la anciana que devoraba niños gordos como los cerdos salvajes”. Historia no contada y mitología que sigue vigente. Dos componentes básicos para cualquier ejercicio de interculturalidad en un país que excluye a los indígenas.

Un paso más. “Conversaban dos pájaros” [pág. 13]. “Y el pájaro ahí, sobre las guabas, explicando, contando la historia que desconocemos” [pág. 60]. Poetas y narradores de mitos confluyen. Los pájaros hablan y narran historias. Los kukama, que habitan ancestralmente el territorio geográfico de Ucamara, dicen que aprendemos el habla del paucarillo y la mullaca, entre otros. Por eso, antes que un niño comience a decir las primeras palabras hacen que sus hijos coman sesos de paucarillo, limpian sus oídos con su pluma y revientan mullaca en su boca. De esta manera explotan las palabras. El poeta sobrepasa el estatuto científico y apela a una verdad que va más allá: el lenguaje y las explicaciones importantes para la vida también provienen de los pájaros. Hay que saber escucharlos. No son, por tanto, metáforas, es la realidad. Una ontología donde otros seres, en este caso pájaros, poseen la facultad del lenguaje y además nos explican la historia que desconocemos. La poesía nos ensancha el horizonte.

El poeta busca la belleza en Ukamara. Un término que hace referencia a la depresión generada por la confluencia de los ríos Uca[yali] y Mara[ñón]. Un territorio poético, que va más allá de lo geográfico: “ojo de serpiente”. Esta búsqueda de la belleza se convierte en una exploración de sentido y redención. Un espacio concreto donde mirar el desarrollo de la vida. Un anclaje con los pies en el suelo. Esto le permite una lectura del espacio en contraposición al extractivismo, una mirada compasiva, serena y esperanzada. Una mirada generadora de belleza, de contemplación de la vida.

Los años 2020-21 quedarán cosidos a la pandemia. Sin embargo, también se tejieron con hilos de belleza algunas palabras que persisten plasmadas en este poemario. Unos poemas que hablan de los que habitamos la selva en un presente donde confluye historia y mito: ambos nos permiten comprendernos y resistir. Resistir para mirar esperanzadamente la vida, para tejer redes con humanos y no humanos que sobrepasen la pandemia extractivista.