Para Leonardo Tello,
que nos pidió: “escriban algo”
Manolo
Berjón
Miguel
Angel Cadenas
Parroquia
Inmaculada – Iquitos
“La viruela llegaba en canoas largas con sus
crías. Vestían de blanco encapuchados. Cuando la comunidad se percataba de su
llegada, la comunidad huían despavoridos. Si tenían enfermos los abandonaban.
No llevaban consigo gallinas ni perros, ni nada que los delatara. Otras veces,
estaban durmiendo y la madre de la viruela defecaba en los escalones de sus
casas, al día siguiente por la mañana al percatarse, huían para no morir” [Sobre
la viruela, tomado del Facebook de Leonardo Tello, 26 de marzo de 2020].
Escuela Purawa (Mario), Madre de la Viruela. Pintura en la pared externa del Colegio Nuestra Señora de Loreto en Nauta. Foto de Leonardo Tello
Lo primero que constatamos es el registro en la lengua kukama
de algunos términos relacionados con las epidemias. Sin ser exhaustivos,
encontramos algunos términos en kukama. ‘Makanuri’ significa tanto gripe, como
toser. ‘Kuru’ es el término para viruela. Para la viruela mosca o mosca azul
utilizan la expresión ‘kuru meru’. ‘Matsuri’ es el término para verruga o
‘cuchipi’ en español regional, una enfermedad propia de las gallinas. ‘Ukarari’
es el ayahuma, que utilizaban para combatir el cuchipi y la peste.
En el párrafo anterior ya hemos visto los rastros que han
dejado algunas epidemias en la lengua kukama y alguno de los remedios que
utilizaban. Hubiera sido esperable que buscaran un préstamo en castellano, pero
no, buscaron en su propio stock lingüístico y utilizan palabras propias. Esta
huella lingüística nos habla de la profunda impresión causada en este pueblo
indígena, como en otros. De igual manera, es interesante que utilicen la
ayahuma para curar tanto la viruela humana como la de las gallinas. Buscan una
solución a la epidemia desde su propia manera de entender la enfermedad. Se nos
escapa, pero es probable, que la ayahuma tenga propiedades químicas que
contrarresten esta enfermedad: lo dejamos en manos de los entendidos.
Así como hay abundante tradición oral sobre las epidemias no
conocemos que haya influido en la tradición pictórica. Sin embargo, hace unos
años un grupo de pintores de la Escuela Purawa de Puerto Miguel en el río
Yarapa realizó una sugerente muestra en la pared del colegio Nuestra Señora de
Loreto de Nauta. La imagen que aparece en este post, pertenece a dicho lugar, y
fue pintada por Mario, un francés que colaboró con la Escuela Purawa.
En la narración del comienzo, como en la pintura, la madre de
la viruela llega en canoa. Llama la atención varias cosas. Primero, llegan por
el río, pero llegan en canoa porque las epidemias son tan antiguas como la
venida de los europeos. Otros personajes muy posteriores, como los caucheros,
de finales del s. XIX y comienzos del s. XX, llegan también por río pero a
través de la ‘lancha fantasma’. Y los pelacaras que usan el río, hacia la
década de 1970, llegan en deslizadores. El río es un espacio de comunicación de
gran envergadura. Vemos cómo a través de la historia va cambiando el medio de
comunicación. En definitiva, las epidemias vienen de fuera.
Segundo, es una canoa donde aparece la madre con sus hijas.
La madre está situada en la proa de la canoa, no hay nadie popeando (dirigiendo
la canoa desde la parte trasera con un remo a modo de aleta). Lo cual significa
que las crías son pequeñas, no pueden todavía dirigir una canoa desde la popa. Si
la madre va en la proa es porque está haciendo fuerza para avanzar. Les habrá
comunicado a sus hijos que deben tener cuidado y probablemente les va
conversando para que no caigan al río. Si la madre va en la popa está más
relajada y mirando a sus hijos.
Tercero, tanto la madre como las crías carecen de cara,
rostro. Tengamos en cuenta que son espíritus y no se dejan ver el rostro. De
igual manera que cuando un brujo o un espíritu malo quiere hacer daño, no se
deja ver la cara. Este es un dato fundamental.
Cuarto, la viruela fue vencida. En la cosmología kukama pasó
a vivir en la profundidad del río, donde habitan los seres más agresivos, como
los yacuruna sin ano. Si la madre vuelve a salir de las profundidades del río
utilizará mayor carga de violencia. Por mientras, está domesticada. Pero el mal
comportamiento de la gente hará que la madre vuelva a salir. Es decir, la moral
está unida a la cosmología.
Esta epidemia de coronavirus, por la virulencia que tiene, también dejará huellas en el lenguaje y en el arte. Deseamos que el pueblo kukama se pueda defender de ella.
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