Manolo
Berjón
Miguel
Angel Cadenas
Parroquia
Inmaculada - Iquitos
“Fue terrible,
me cuentan mis primas que los envolvieron en bolsas plásticas, ellas decían:
‘como un perro’. Y luego recogieron a las 9.00 p.m., no saben dónde están
enterrados. Hasta que pase la cuarentena”. Murieron en su casa. Testimonio de
una religiosa amiga, natural de Iquitos, sobre sus familiares.
Llama un Animador
Cristiano para contarnos que ha muerto una persona que conocemos en Masusa, el
puerto fluvial de Iquitos. Ha muerto en casa, con todos los síntomas, pero
nunca ha ido al hospital. La semana pasada murió un cuñado del difunto de hoy.
A él sí le diagnosticaron covid, pero también murió en casa. Le pedimos al
Animador que haga un pequeño video narrando lo que está pasando en la
periferia. Se quiebra, llora y nos hace llorar.
Masusa, 08 de mayo 2020
No puede hacer
el video narrando estas tristezas. Además tiene temor de que se burlen de
ellos: “por su culpa, ahora jódanse”, les dicen. Cuando iban la policía y los
militares a patrullar para que no salieran de su casa la gente no hacía caso.
El último día los militares les dijeron: “ahora quedan por su cuenta, si
mueren, es su culpa”. Se fueron y nunca regresaron. “No puedo hacer el video
que me piden”. Y añade: “igual ocurre por la carretera [Iquitos-Nauta], donde
vive mi mamá”. ¿Cuántas muertes de personas de la periferia nunca serán
contadas? Son personas y deben ser tenidas en cuenta como personas. No es justo
descargar la responsabilidad sobre ellos. El Estado no cumple su función: “el
derecho a la salud”. Ya hemos señalado en anteriores ocasiones el fracaso
comunicativo del Estado para hacerse entender sobre el coronavirus. Y añade,
“antes, cuando vivía por el río Huallaga, al morir una persona, lanzábamos un
tiro al aire, para que todos supieran que había muerto alguien. Si hiciéramos
eso ahora en Iquitos, sería terrible, no podríamos descansar”.
Centrar toda la
atención sobre los hospitales deja fuera de foco la periferia de la ciudad. Hay
que abrir los ojos. Las Postas Médicas pueden hacer una importante labor. ¿Pero
tendrán los implementos necesarios para poder atender? Hay que descentralizar,
hay que ir por la periferia, hay que atender con criterios más allá de lo
occidental. Está en juego la vida.
Hace unos días,
otra persona de toda confianza nuestra nos contó cómo otro vecino en uno de
Asentamientos Humanos detrás del Hospital de EsSalud murió con covid. Los familiares
le quisieron velar en casa, pero el dirigente de calle llamó a la policía y se
llevaron el cadáver. En este mismo lugar murió otro viejito con todos los
síntomas, nunca fue diagnosticado. Los vecinos tampoco lo dejaron velar. Unos
días después, y en este mismo espacio, un niño de 7 años muere por dengue. Se
amalgaman las epidemias. No encuentran cementerio donde enterrarle, un día de
angustia buscando un cementerio, al final encuentran y lo entierran.
Llama una
catequista. Ha muerto su cuñado de “choque de aire”. Estaba bien. En la noche
sale a orinar. Le da un paro cardiaco. No encuentran la plata suficiente para
ir a un cementerio. Intentan cruzar el río Nanay, las comunidades del otro lado
no les dejan, incluso les amenazan con palos. Tienen que abandonar el cajón…
Centrar las
noticias sobre hospitales, medicinas y oxígeno tiene un componente de clase:
“la clase media iquiteña”. Pero gran parte de la periferia no acude a los
hospitales, ni puede acceder a medicinas con precios prohibitivos, menos pujar
en el mercado negro por el oxígeno. Es decir, la crisis sanitaria, tal como la
estamos narrando, sólo refleja el terrible dolor de la clase media. La realidad
es mucho más dura. Hemos abandonado a la periferia para que se las arregle como
pueda. Esto podría explicar por qué en la periferia no se hace caso. Total,
siguen excluidos de las posibles mejoras en el sistema sanitario, al que no tienen
acceso.
LO que pasa en Iquitos es absolutamente culpa de ellos, cuando tienen autoridades, prefieren compartir con ellos una fiesta, una chela, y NO fiscalizar¡¡¡¡¡ FISCALIZAR lo que : "tienen que hacer"..hace mucho tiempo no tienen un hospital decente, ni que decir de una posta, todas las autoridades son CORRUPTAs, desde el Gobernador, jueces, fiscales, alcaldes, regidores..porque se lo han permitido¡¡¡..El unico con credibilidad es el Padre Raymund..un cura extranjero que vio en Iquitos un pueblo ignorante, ..pero feliz y hoy les esta dando ESPERANZA
ResponderEliminarHola - me gustaría escuchar más de su testimonio - para tal vez publicarlo
ResponderEliminar951721425
Hola - me gustaría escuchar más de su testimonio - para tal vez publicarlo
ResponderEliminar951721425
Hola - me gustaría escuchar más de su testimonio - para tal vez publicarlo
ResponderEliminar951721425
Un Estado ausente, gobiernos indiferentes casi en toda la república peruana, incapaces y corruptos, esa es la verdad que ha desnudado en nuestro país esta pandemia y... una sociedad civil que no está organizada lo suficiente para parar la PANDEMIA mayor, que es la indiferencia por el otro.
ResponderEliminar