Manolo Berjón
Miguel
Angel Cadenas
Parroquia
Inmaculada - Iquitos
El Urituyacu es
un afluente del bajo Marañón por la parte izquierda, en el distrito de
Urarinas, provincia y región Loreto. Este espacio es el territorio ancestral
del pueblo omurano, del que quedan algunos integrantes. Desde muy temprano en
el s. XX hay presencia del pueblo urarina. Los kukama llegaron en varias
oleadas a raíz de las fuertes crecientes del río Huallaga en la década de 1970.
Es difícil saber cuántas comunidades hay. Depende de los criterios que se utilicen.
Pero nosotros contamos 19 núcleos poblacionales.
A comienzos de
noviembre estos apus cortaron el Marañón a la altura de la comunidad de Nueva
Alianza. Tuvieron una reunión con representantes del Estado y les invitaron a
bajar a Iquitos para la siguiente ronda de conversaciones. En lo que sigue
daremos breve cuenta de ello.
El 14 de
diciembre de 2020 nos pasamos todo el día acompañando a los apus del río
Urutiyacu en el Gobierno Regional de Loreto para sus reclamos. La reunión fue
como todas estas reuniones. Funcionarios públicos que dicen querer escuchar y
apus que están cansados de que les den largas y no solucionen sus problemas. En
el transcurso de las reuniones los apus no se quedaron con la palabra en la
boca, hablaron con una claridad meridiana.
Durante la
mañana se trató fundamentalmente sobre educación. Piden profesores buenos en
cada comunidad. Confían en conseguirlo. Ahora bien, a nosotros nos sigue
pareciendo que la educación en Loreto deja mucho que desear, con índices de
comprensión lectora y matemáticas por los suelos. No es cierto que la educación
sirva para subir en la “escala social”. El otro tema de la mañana fueron los
núcleos ejecutores. Un tema complejo. Ya hay comuneros denunciados en otras
cuencas. Los malos manejos y el rol de agentes externos a las comunidades
tienen mucho que ver. Pareciera que esto de los núcleos ejecutores sea para
meter en la cárcel a los indígenas.
En la tarde la
reunión se calentó un poco. Estuvimos esperando que llegara un representante
del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). No llegaba. Se estuvo a
punto de suspender la reunión hasta el día siguiente. Pero, entonces, una de las
participantes en el evento se levantó y dijo lo que todos sentían: no queríamos
venir a Iquitos porque sabíamos lo que nos iba a pasar. Pero ustedes nos
dijeron que no podían llegar las autoridades hasta Nueva Alianza para saber de
los proyectos. Así que aceptamos venir a Iquitos y ahora que estamos acá, no
nos atienden. Palabras más, palabras menos, eso fue lo que dijo. Le siguieron
dos apus con los reclamos. Subió la temperatura de la reunión. Cuando estábamos
en plena tensión llegó el representante del MTC y habló de los proyectos de su
Ministerio, pero ninguno les afectaba a los presentes. Esto es una buena
metáfora: te reúnes con un Ministerio y el funcionario de turno te cuenta su
trabajo, pero en su relato tú no apareces. Patético. Los apus piden antenas de
telefonía móvil. El Estado responde que eso está en manos de inversores privados.
Es decir, nada. Ninguna empresa va a invertir en el Urituyacu. El volumen de
negocio no es rentable, lo cual no es óbice para que no tengan derecho y el
Estado deba garantizarlo.
El día 15 de
diciembre de 2020 continuaron las reuniones, pero en espacios diseminados por
la ciudad. Comenzamos en el auditorio del GOREL (Gobierno Regional de Loreto)
con Petroperú. Vinieron 5 personas expresamente de Lima para la reunión.
Tengamos en cuenta que Petroperú acaba de pagar medio millón de soles por un
logo nuevo. Viven en el país de las maravillas. Después de los saludos
protocolares y la presentación, comenzaron con la línea de tiempo. Los apus,
cansados de ver siempre las mismas presentaciones, no aceptaron la reunión y se
concluyó. Petroperú no accede a remediar los derrames del 2016 porque OEFA
(Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) no ha sacado todavía su
informe. Es terrible, más de 4 años y no hay ningún informe. OEFA también
estaba invitada a la reunión, no se presentaron. En la tarde los de OEFA
llamaron a uno de los apus para disculparse e indicar que a la brevedad saldrá
el informe. A nosotros nos sigue pareciendo una falta de respeto.
A las 11.00 a.m.
teníamos que dejar el auditorio del GOREL para otro grupo. Una expulsión en
toda regla para indicar el grado de importancia que el Estado le daba a estos
apus. De ahí nos invitaron a la reunión con el MIDIS (Ministerio de Desarrollo
e Inclusión Social). Cambiamos de escenario, motocarro de por medio. Trataron
muy bien a los apus. El ingeniero que estaba en la oficina del MIDIS les dijo
que su institución está para incluirlos en los planes y de esta manera
accederán a sus servicios que incluyen al Ministerio de Salud, de Cultura
(Interculturalidad), RENIEC (Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil), Banco de la Nación, Pensión 65 y Juntos. Hay que hacer una solicitud
para que sean incorporados en los planes del 2021. Ahí nos dieron el almuerzo.
A eso de las 5.00 p.m. tuvieron reunión con la DIRESA (Dirección Regional de
Salud). Por otros compromisos no les pudimos acompañar. En llamada telefónica posterior
nos comentaron que estaban contentos porque el director de la DIRESA les
visitará a mediados de enero 2021, para ver in situ la propuesta de
implementación del Centro de Salud de Nueva Alianza y tres nuevos anexos. Hay
algunas peticiones más como una motonave, que se puede ver en su pliego de
reclamos.
Hasta acá un
breve resumen de la crónica. A continuación realizaremos algunas apreciaciones
personales de todo lo vivido.
1.
Un poco de contexto. Durante la
visita de los apus del Urituyacu a Iquitos se desarrolla el Congreso Ordinario
de ORPIO (Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente), en el que no
participan. Simultáneamente se produce una reunión en el proceso de consulta
previa del lote 192. Se pretende entregar este lote petrolero por 30 años más.
Perú, de nuevo, contra el tiempo. Para todos queda claro que los combustibles
fósiles ya fueron. Pese a tener petróleo de baja calidad y problemas
ambientales muy serios Perú decide seguir licitando dicho lote petrolero. De
locos.
2.
Que la PCM (Presidencia del
Consejo de Ministros) tenga que encargarse de los conflictos sociales locales
es muy gráfico. Por un lado, la debilidad y fracaso de las regiones. De hecho
en Iquitos se ven los conflictos sociales como una agresión contra la ciudad,
sin pensar en ningún momento en qué situación están las comunidades: con
niveles más altos de anemia, pésima escolaridad, muy limitada atención en
salud, sin cobertura telefónica… Como región es para pensar el olvido y
desprecio hacia la gente de las comunidades. Y sin tener en cuenta ni el
territorio ni las migraciones. Iquitos está en la luna. Por otro lado, el corte
de ríos y la paralización de actividades petroleras “atentan” contra el relato
nacional (entiéndase intereses económicos de por medio), por eso interviene la
PCM. No tanto en beneficio de los indígenas, sino en interés del “relato
nacional”.
3.
El tipo de reunión no es el
adecuado. La PCM coordina con todos los sectores para entablar la reunión con
los apus. No se trata de eso. Lo que se precisa es que el Estado actúe, no que los
funcionarios vengan a escuchar. Sin embargo, todo se desarrolla en el formato
del Estado-nación, caduco en nuestra opinión. Los apus deben apuntar más a los
derechos indígenas y los convenios internacionales. Hay experiencias
interesantes de los wampis con el territorio integral.
4.
“Mapas de exclusión”. El
funcionario del MTC presentó varios proyectos que tiene pendientes su
ministerio. Uno de ellos: “creación de internet en localidades aisladas, zona
selva 2018”. Pero ninguna de las localidades de los apus presentes está en la
lista de comunidades beneficiadas. Nos parece que este proyecto es un “mapa de
exclusión”. Pues bien, estos apus están incluso excluidos de los “mapas de
exclusión”. De igual manera sucede con el MIDIS, sólo que este ministerio, por
estar enfocado a los excluidos hablaba de “incorporarlos”. Es como si el Estado
tuviera un ministerio para los excluidos, sin hacer mayor esfuerzo en otras
áreas. Esta división a varias velocidades nos indica que no todos somos
iguales. La ciudadanía no es garantía de igualdad de derechos. En otros países con
la ciudadanía adquieres [o adquirías] otros derechos, como los laborales. En
Perú la ciudadanía no garantiza derechos.
5.
Atención a las comunidades y
migración. La migración es imparable, pero si logramos que la gente que desea
vivir en una comunidad tenga los servicios mínimos, la migración a la ciudad
será más suave. Las ciudades amazónicas ya son insufribles. Vienen a la ciudad
para que sus hijos estudien y se encuentran sin servicios mínimos y con una
pésima educación y salud. Esto hay que corregirlo en la raíz, brindando buenos
servicios en las comunidades. Los apus tienen razón en todos sus reclamos, hay
que atenderlos. Como dijo alguno de ellos: “no venimos a pedir un regalo, son
nuestros derechos”.
6.
La implantación en el
territorio es muy sabia por parte de los indígenas. Pequeños núcleos que
garantizan estar cerca de los recursos naturales: caza, madera… Con alta movilidad
social y migración que garantiza la reposición de los ecosistemas. Pero el
Estado les obliga a nuclearse, agotando los recursos de su entorno. Lo
inteligente sería que el Estado aprenda de las lógicas indígenas, les apoye y
les garantice los derechos mínimos. Las políticas estatales suelen abandonar a
las pequeñas poblaciones. Un grave error del tamaño de un monstruo y de una
pésima interacción con el medio ambiente de consecuencias lamentables:
desnutrición, anemia, pésima calidad educativa y sanitaria…
7.
Retórica. Varios funcionarios
vinieron a “escuchar”. Los apus indicaban que del paro salió una plataforma de
lucha que desconocen. Ya han debido escuchar, ahora los apus quieren conseguir
sus derechos. Que el Estado actúe.
ALGUNOS
TITULARES. Frases recogidas de los apus.
-
“Tomen un poco más de atención
a nuestros reclamos”: cuando los funcionarios paraban en sus celulares.
-
“Necesitamos ser respetados,
así como nosotros les respetamos a ustedes”.
- “Los representantes no se
comprometen. Queremos al gobernador regional”.
-
“Somos la voz de más de 7,000
indígenas”.
-
“Desde hoy día van a saber
quién es el Urituyacu”.
-
“Sabrán lo que es esperar.
Nosotros vivimos esperando años”.
- “Nosotros sabemos lo que ha
ocurrido, pero queremos que lo limpien”: respecto a los derrames de 2016.
-
“No quiero irme con la palabra
en la boca”.
-
“Nosotros creo que no estamos
en el mapa”.
- “El Estado no ha puesto los
ojos ahí, porque poco o nada le importa”.
-
“Si no hay solución, sólo nos
queda medir nuestra fuerza”.
-
“Estamos más de una semana y no
tenemos resultados”.
Los apus están regresando al Urituyacu. El tiempo irá diciendo si se solucionan alguno de sus múltiples y agudos problemas. Por nuestra parte queremos animarles en sus reclamos, tienen toda la razón y todo el derecho. Sentimos orgullo por ellos, a quienes conocemos por décadas. Muchas gracias por la confianza depositada en nosotros.
En este resumen breve pero muy acertado es realmente lo que los pueblos indígenas en especial los de la cuenca del urituyacu sufrimos cada vez q tengamos q hacer gestiones en la cuidad, nuestra voz no es escuchada no nos dan importancia nos hacen esperar varios días y al final no somos atendidos, por eso nuestra lucha y esto recién es el comienzo.
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