Mostrando entradas con la etiqueta amazonía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta amazonía. Mostrar todas las entradas

miércoles, 23 de marzo de 2022

REZAR Y ORAR: una perspectiva amazónica

 

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Iquitos

  

Hace años que nos vienen preguntando si rezar y orar significan lo mismo. La respuesta ha sido siempre idéntica: son sinónimos. Es decir, significan lo mismo. Sin embargo, desde hace un tiempo, recurrentemente, venimos dándole más vueltas. Manolo siempre insiste, y creo que lleva razón, que en Loreto estos dos términos tienen connotaciones diferentes. Pero vayamos por partes.



© Manolo Berjón, 2022.

Rezar proviene del latín ‘recitare’, leer en voz alta. Donde tenemos el reiterativo ‘re-‘, y ‘citare’ (citar, poner en movimiento nombrando a alguien), frecuentativo de ‘ciere’: poner en movimiento, hacer venir con una llamada. Es, por tanto, un verbo de movimiento. Orar se deriva del latín ‘orare’ para expresar hablar, hablar en público o voz alta. Etimológicamente, por tanto, ambas significan hablar en voz alta. Sin embargo, en el lenguaje cotidiano orar suele referirse a una oración en silencio y rezar a una oración en voz alta.

En cambio, y esto es lo interesante, en Loreto posee otra connotación. En este caso traemos a la palestra lo que en tantas ocasiones hemos escuchado por el bajo río Marañón, extensible a todo Loreto. Rezar es utilizar oraciones ya fijadas, fórmulas que se repiten una y otra vez. Por ejemplo, el Padre Nuestro, Ave María... Mientras que orar brota del corazón.

De esta manera, en el bajo Marañón no hay distinción si el rezo/oración es en voz alta o baja. La cuestión deviene en si se utilizan fórmulas ya consagradas o desde el corazón. Y esto merece una breve consideración.

El corazón, para el pueblo kukama del bajo Marañón y otros pueblos indígenas, es la sede del pensamiento-sentimiento. El corazón bombea la sangre y disemina los conocimientos y los aprendizajes por todo el cuerpo. Lo que sale por nuestra boca, y nos referimos al habla, está controlado. No se dice todo lo que se piensa ni se siente. La persona reserva en su corazón lo que le pertenece únicamente a él/ella, y no se pronuncia con la boca. En el habla filtramos lo que queremos decir. En cambio, del corazón sale el canto sin ninguna restricción. De ahí que sea tan importante cantar.

Si la oración brota del corazón, entonces, nos dirigimos a Dios sin ninguna barrera, sin restricciones. Es una oración cordial. El inconveniente: podemos estar tan ocupados en decirle a Dios lo que queremos que no le escuchemos a Él. Pero, sin duda, la oración cordial ha sido y sigue siendo muy apreciada en la Iglesia.

El rezo de fórmulas ya establecidas como el Padre Nuestro, el Ave María… también tiene su importancia. Lejos de ser algo que se repite sin pensar lo que decimos, encontramos varias ventajas: 1.- Nos permite crear una costumbre, un hábito, porque podemos repetir continuamente. 2.- En el caso del Padre Nuestro corresponde al deseo y las palabras del mismo Jesús. El Ave María está inspirado en palabras sobre la Virgen María en el evangelio de Lucas. En este sentido nos da la oportunidad de situarnos en la perspectiva de Dios. Este cambio de perspectiva (ponernos en el lugar de Dios) es sumamente interesante en la amazonía. Nos permite valorar más y mejor nuestra propia tradición eclesial.

 

Dedicado a las Carmelitas del Monasterio de la Inmaculada y San José de Iquitos que el día 23 de marzo de 2022 cumplen 10 años en el Vicariato Apostólico de Iquitos. Con todo el afecto para personas que rezan/oran continuamente por la Iglesia.

El Monasterio de Carmelitas está situado en la Av. Abelardo Quiñones N° 1903, distrito de Belén, Iquitos.

 

martes, 7 de noviembre de 2017

UN DIÁLOGO SOBRE LA MISIÓN ENTRE COMPAÑEROS. Lo que nos ha provocado la excelente entrevista a Juan Bottasso

Cusco, 7 de noviembre de 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

Estimado Robert Carrasco, OMI.

Hemos leído atentamente la entrevista que le has hecho a Juan Bottasso [https://eltrocheronaporuna.blogspot.pe/2017/10/dialogos-con-p-juan-bottasso-sdb.html]. Qué duda cabe que es un gran salesiano y que ha ayudado muchísimo a la iglesia con su inteligencia. De igual manera, la editorial Abya Yala ha abierto ventanas muy importantes en la investigación y en la iglesia.

Sería muy tedioso referirnos a toda la entrevista. Como es natural, compartimos algunas cosas y otras no tanto. Vaya por delante nuestro reconocimiento al P. Bolla, a quien conocimos en una reunión en Lima y nos regaló el NT en achuar, a quien estamos muy agradecidos. No tenemos ninguna duda que fue un hombre de Dios y que su vida nos debe interpelar. Con nuestro reconocimiento al P. Bolla queremos hacerlo extensivo a toda una generación de misioneros y misioneras que han entregado su vida de manera ejemplar. Dios los habrá recogido en sus benditas manos y seguirá bendiciendo a los que viven.

Un pequeño grupo de Animadores Cristianos, Nauta 2008

Sin embargo, queremos llamar la atención sobre tres aspectos. No necesariamente son abordados igual en la entrevista, pero a nosotros nos parecen oportunos. Digamos que no es una contestación a la excelente entrevista, lejos de nosotros, sino que este comentario se insertaría mejor en lo que la entrevista ha provocado en nosotros. La manera que encontramos para mantener una conversación a la distancia.

1.       La intuición de no imponer nada continúa siendo válida. La claridad de no dirigir escuelas, parroquias… sigue teniendo una gran vigencia. Pero eso no evita que uno deje de ser occidental (en el caso de muchos misioneros, y en el de quienes esto escriben). Vivir como un indígena más, comer como ellos, vestir como ellos, habitar como ellos… puede estar muy bien, pero no por eso dejamos de ser occidentales. De vez en cuando nos vamos de vacaciones, somos capaces de comprender a los occidentales que llegan (petroleras…) y tenemos medicinas occidentales si es preciso... Ya con las reducciones aprendimos que hay cosas que se nos escapan, e incluso no somos conscientes de ellas, como las epidemias… Evidentemente, no podemos imputar las epidemias a los primeros jesuitas (alguno de los últimos jesuitas ya era consciente), porque no estaba en el acervo cultural de la época. Pero sería trágico que hoy no lo tuviéramos presente. Por otro lado, debemos haber aprendido que hay cosas de las que hoy no somos conscientes que más adelante resultarán evidentes. Esto no es necesariamente una crítica, pero sí que debemos aguzar la inteligencia. Nos gustaría señalar que hoy en día un gran número de indígenas habitan en ciudades, esto debe suponer un gran desafío para la iglesia. Lamentablemente la mayoría de los cristianos no somos conscientes de este desafío que nos presentan los indígenas urbanos, muchos de ellos cristianos.


2.       El modelo de Charles de Foucauld para la selva, siendo un gran santo, no nos parece adecuado. En 1971 se reunieron un grupo de antropólogos en Barbados para hacer un análisis de la situación de los pueblos indígenas. En su declaración solicitaron una “moratoria misionera”. En 1972, en Lusaka (Zambia), un grupo de teólogos africanos solicitó otra “moratoria de la ayuda financiera” y “la venida de misioneros occidentales” hacia África. Es evidente el trasfondo colonial que denuncian ambos grupos. Pero han pasado los años, ahora son los indígenas los que piden a los antropólogos que se conviertan, si se quieren salvar. El desarrollo de lo que se denomina ‘antropología del cristianismo’ está en pleno auge, con aportes interesantes también en la amazonía. Hemos pasado de denunciar una “misión colonial” a preguntarnos por los motivos por los cuales los indígenas se han hecho cristianos en las diversas denominaciones. No vale cualquier tipo de evangelización, no defendemos eso. Pero el simple testimonio no es suficiente. Vaya por delante que hacemos nuestras muchas de las críticas de los decoloniales.


3.       Es muy productiva la referencia que hacía el P. Bolla a la relación dueño-huésped. Ahora bien, esta relación no es estática. En una publicación en marcha nosotros teorizamos sobre la relación dueño-mascota (patrón-peón…) y postulamos la reversibilidad de esta relación. Quien es dueño puede convertirse en huésped y viceversa. Por lo tanto, hay que seguir dando vueltas a esta intuición. Qué duda cabe que los misioneros no deberían convertirse en los dueños. La misión es de Dios, no de los misioneros.

Queremos poner dos ejemplos sobre la dificultad de evangelizar. Nos vamos a servir del pueblo Wari’ o Pakaa Nova, que habita en el estado de Rondônia (Brasil). Podríamos elegir otros pueblos, pero eso excedería esta breve nota. El primer ejemplo es nuclear para los (cristianos) occidentales y periférico para los (cristianos) Wari’; el segundo ejemplo es de vital importancia para los (cristianos) Wari’ y periférico para los (cristianos) occidentales. Los misioneros protestantes que han trabajado con los Wari’ han traducido la Biblia. [También el P. Bolla tradujo el NT al achuar]. Pero no es tan sencillo. Los Wari’ no tienen una palabra para expresar amor. Y cuando han tenido que usar esta palabra para traducir la Biblia lo hacen con una expresión que en inglés traducen por “to not dislike”. Aunque nuestro inglés está lejos de la perfección es fácil de percibir que ‘to love’ es diferente de ‘to not dislike’, pero así lo traducen los Wari’ [evitamos la traducción en lengua wari’ porque no éste el espacio adecuado]. ‘To not dislike” hace referencia a no tener sentimientos de indiferencia y enfado, que es justo lo que se siente frente a un enemigo, verdadero concepto indígena.

El segundo ejemplo, primordial para los (cristianos) Wari’ y periférico para los (cristianos) occidentales, es la palabra ‘animal’. Al traducir que Dios crea a los animales aparecen dificultades serias porque en la mayoría de los idiomas indígenas no existe la palabra ‘animal’. Los Wari’ terminan por traducirlo como ‘presa’. Pero esta palabra en la Amazonía posee características muy diferentes de ‘animal’ en las lenguas latinas o sajonas. Con esta traducción los Wari’ se sitúan como ‘predadores’ y los animales son ‘presas’. Hay más cosas, pero dejémoslo así.

En fin, felicitamos a Juan Bottasso por la excelente entrevista. Que la memoria del P. Bolla y de toda esa generación de misioneros y misioneras ilumine la labor de la iglesia. Lo que dice sobre la venganza y la ira de Dios es muy interesante, aunque es un asunto muy complejo. Te animamos a continuar pensando y entrevistando a personajes importantes en la Amazonía y a compartirlo. Ojalá el sínodo panamazónico no se convierta únicamente en un encuentro de expertos, sino que sirva para hablar y practicar la “misión”.

Y, para terminar, sería bueno abrir espacios donde se pueda conversar en común para que el sínodo panamazónico sea un “caminar juntos”. Bien podría abrir este espacio la REPAM, o cualquier otra institución eclesial que fomentara el diálogo.

Un abrazo fraterno.

martes, 13 de diciembre de 2016

SIN AGUA POTABLE EN LA AMAZONIA INDIGENA: notas sobre el diálogo intercultural en Saramurillo

Iquitos, 13 de diciembre 2016

En la agenda que plantean los pueblos indígenas reunidos en Saramurillo no se encuentra explícitamente nada sobre agua. Aunque el agua es un tema transversal que tiene mucho que ver con las reivindicaciones de este colectivo. En este sentido nos parece oportuno hacer algunas precisiones que tal vez puedan ser tenidas en cuenta. En nuestra opinión este es un tema central. Detrás está el derecho al agua.


© Juanjo Fernández, diciembre 2016

El agua se convierte en un elemento fundamental en este siglo XXI. Hay lugares en el planeta donde se producen guerras por el control del agua. Al margen de la guerra es evidente que el agua es una cuestión de poder. La amazonía es uno de los lugares donde el control del agua es más interesante y refleja los distintos grupos de poder que presionan sobre ella. En el fondo una de las preguntas del millón reza así: ¿qué es un río? Puede verse: http://revistaideele.com/ideele/content/hidrov%C3%ADa-amaz%C3%B3nica-aproximaci%C3%B3n-desde-un-mito-kukama

En la visión occidental un río es “una corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra, en un lago o en el mar”. En esta definición, que se puede mejorar conforme a gustos personales, el énfasis recae sobre “corriente de agua”, donde el agua no tiene vida. Sin embargo, en las posibles definiciones indígenas, el río es un ser vivo. Los kukama, cuando entran por primera vez en un río o quebrada, suelen tomar su agua con el remo: una forma de pedirle permiso y que les trate bien. Un río es un espacio donde habita gente. Los yacuruna [gente de río], la lancha fantasma [un espíritu, a imagen de los vapores de los caucheros], la purahua [madre del agua]… son seres que  habitan o dentro del agua o debajo del río. Por tanto, el río no es únicamente una corriente de agua, ni una línea que une varios puntos. Un río es un ser donde habitan otros seres vivos. Los kukama se relacionan con todos estos seres a diario y son una suerte de “alteridad”. De ahí que dentro del río haya ciudades donde existen municipios, PNP, iglesias, motocarros…, como en la sociedad occidental. El río es, por tanto, “un lugar de memoria”. Para más detalles, se puede acudir a la siguiente nota: https://lacanoavarada.lamula.pe/2015/09/25/a-proposito-de-la-consulta-sobre-la-hidrovia-amazonica/karwara/. También puede consultarse:   https://lacanoavarada.lamula.pe/2016/01/04/la-hidrovia-amazonica-en-el-capitalismo-emocional/karwara/.

La batalla por el agua es central en lo que sucede en Saramurillo. Uno de los criterios para salir de la pobreza es el acceso al agua potable. Este gobierno ha dicho por activa y por pasiva que invertirá en agua potable, desagüe… La inmensa mayoría de las comunidades de los lotes 8 y 192 que están en el paro en Saramurillo no tienen acceso al agua potable. Se puede buscar la solución en pozos artesianos o en plantas de agua potabilizadora. Más adelante veremos que esto enmascara el verdadero problema. Por de pronto nos damos de frente con uno de los graves inconvenientes: las aguas de los ríos amazónicos están catalogadas como de “uso industrial”, pese  a que las poblaciones indígenas utilizan el agua de estos ríos para tomar, bañarse, lavar ropa y utensilios…

La clasificación de las aguas no es ingenua. Si se catalogan como “uso industrial” es para permitir niveles más altos de metales pesados (cadmio, plomo…) que si fueran catalogadas como de “uso potable”. De esta forma se privilegia a las industrias extractivas frente a las necesidades básicas de los pueblos indígenas. En tal sentido, una ley de “monitoreo ambiental” con participación de los pueblos indígenas sería insuficiente. Mucho más necesario es categorizar las aguas de los ríos amazónicos como de “uso potable”, toda vez que los pueblos indígenas utilizan el agua de sus ríos para tomar, bañarse… Añadimos que es urgente que se promulgue una ley de “niveles máximos permitidos” de metales pesados (arsénico, tugsteno, niquel, berilio, antimonio, platino, cadmio, celsium, aluminio, plomo, bario, estaño, cobre, uranio, torio, mercurio y talio, entre otros). Y de igual manera los fenoles. Esta ley sirve para proteger a los pueblos indígenas de los diversos ríos de actividades extractivas. En el caso del Marañón además de las petroleras, también de las mineras del departamento de Cajamarca, por poner un ejemplo.

Los pozos artesianos y las plantas potabilizadoras no solucionan el problema, más bien lo enmascaran. Lo esconden porque hacen pensar que el problema está solucionado cuando en realidad se hace invisible. La gravedad de la contaminación no está en el agua, sino en el pescado. Los seres que están en un nivel más alto dentro de la cadena trófica acumulan mayores cantidades de metales pesados: por ejemplo, los zúngaros. Sin catalogar el agua de estos ríos como de “uso potable” nos encontraremos con pescados contaminados en nuestros platos. De eso estamos hablando. Por eso es conveniente proteger el agua. De no hacerlo, escondemos el problema y tendremos enfermedades raras que no sabemos de donde provienen.

Es injusto soslayar este debate. Si no abordamos la calidad de agua como “uso potable”, una “ley de niveles máximos permitidos de metales pesados”, una “pesca segura exenta de contaminación”, dejaremos pasar una oportunidad de oro y el diálogo versará sobre el sexo de los ángeles. Una conversación muy interesante, por cierto, pero para otra oportunidad.

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

lunes, 12 de diciembre de 2016

INTERCULTURALIDAD EN SARAMURILLO: los recursos naturales y la infraestructura como “sujetos”

Iquitos, 12 diciembre 2016

“Debate político intercultural” repiten, como un mantra, los indígenas de los lotes petroleros 8 y 192 concentrados en Saramurillo. Demos por sentados los dos primeros términos y centrémonos en el tercero: intercultural. Normalmente son los indígenas los que tienen que acomodar el lenguaje a lo occidental. Es preciso que el Estado comprenda el modo de pensar indígena. Y más en un país como Perú, que se caracteriza como “pluricultural” (demos por buena esta palabra, evitemos la tentación de complejizarla; que quede para otro momento). Como las relaciones entre culturas son amplias y complejas nos ceñiremos a un único punto: universo vs. pluriverso.


© Silvina Arroyo, extraída del Facebook de Juanjo Fernández

Para los occidentales el petróleo es un recurso natural. Y como tal, es apto para ser extraído y utilizado. Es impensable no extraerlo, sería una pérdida económica incomprensible, absurda. En cambio, para los indígenas, el petróleo tiene madre, espíritu. Y es su fuerza la que utilizan los chamanes para curar. Recordamos que Alan García, en su segundo gobierno, se burló de las personas que consideraban que los cerros tuvieran espíritu. Los tildó de animistas [todo tiene espíritu] y arremetió contra todo lo que eso significa. Consecuencia: estalló el baguazo. Este desencuentro es tremendamente letal.

A lo que íbamos, un término como petróleo con dos referencias diferentes. Para los occidentales es un recurso natural más, un “objeto”, listo para ser extraído y utilizado. En cambio, para los indígenas, el mismo petróleo es un ser no-humano que posee espíritu, una persona, un “sujeto”. Por eso, algunos chamanes invocan a la madre [espíritu] del petróleo en sus icaros [cantos chamánicos] en sus rituales de curación. Este desencuentro puede llevar a consecuencias desastrosas. Partimos de mundos diferentes. El “universo” occidental ve el petróleo como un recurso natural que hay que extraer. Los indígenas lo perciben como un ser no-humano con el que se mantienen relaciones. A esto lo llamamos “pluriversos indígenas”: un ser que habita en otro mundo [subsuelo] pero que se relaciona con nosotros en este mundo como una persona más, a través de los chamanes.

¿Cómo comprender que hay gente que habita debajo de los ríos y cochas [yacurunas], que los árboles, animales, hierro…, tengan espíritus, que las huanganas [cerdo salvaje] y las boas sean gente, que los chamanes se puedan convertir en tigre…? En la mentalidad occidental es impensable. Nuestro “universo” está definido básicamente a partir de los términos que genera la ciencia, sea ésta la física, la sociología o las ciencias de la comunicación, por poner el caso. En cambio, para los indígenas, que se manejan en otro paradigma, es lo más natural. Definimos a esta realidad como “pluriverso”, en oposición al “universo” occidental. Pluriverso, como su mismo nombre indica, hace referencia a la pluralidad, la multitiplicidad de mundos que se comunican entre sí.  Así tenemos que un chamán puede comunicarse con los espíritus, con las madres [espíritus de las plantas, árboles…], con los yacuruna… en su propio lenguaje; y, por supuesto, también se comunica con la gente de esta tierra.

La característica más importante del pluriverso es la “relacionalidad”: todos los seres están relacionados entre sí. Para un indígena tan real es una conversación con un occidental, como un sueño donde le visita un pariente lejano, un espíritu o un familiar difunto. Ambas situaciones están al mismo nivel. Tan real es el color negro del petróleo, como que éste  posee su madre, su espíritu, por tanto, tiene vida. Es decir, en los pluriversos indígenas el petróleo no es un mero recurso natural, no es un objeto, sino un sujeto.

Damos por sentado que una tarea fundamental para la especie humana es la protección de la biodiversidad. Y la actividad petrolera no se caracteriza precisamente por este cuidado. Ahora bien, no puede ser bajo el modelo de las “áreas naturales protegidas”, pensadas en el “universo occidental” que parte de la dicotomía naturaleza / cultura. Y terminan por ser espacios delimitados cada vez más acogotados por la razón instrumental del capitalismo global. En los “pluriversos indígenas” naturaleza y cultura se mezclan. Dos ejemplos: las palmeras son la domesticación de las plantas por seres humanos y están regadas por toda la Amazonía desde hace miles de años. Los chamanes imponen la arcana a los niños. Es decir, llaman al espíritu del oso hormiguero, por poner un ejemplo, y se lo imponen a modo de caparazón al niño para que le proteja y no le hagan daño otros espíritus. Por tanto, en las palmeras y en los seres humanos no se produce la dicotomía del universo occidental naturaleza / cultura. En la amazonía indígena ambos están mezclados.

Si el modelo de universo occidental está provocando una catástrofe medioambiental de dimensiones globales es hora de pensar en otros modelos. Tal vez los pluriversos indígenas nos puedan ayudar en esto. De ahí la necesidad de cambio de matriz energética y de pensar el desarrollo en la era post-petróleo. Lo que los occidentales denominamos como recursos naturales, los indígenas los piensan como sujetos: de ahí que el petróleo o el oleoducto tengan madre o espíritu. Es este cambio el que merece la pena ser evaluado. Los occidentales diríamos que exige un “cambio de mentalidad”: una modificación de los pensamientos, de la mente, del espíritu, en lenguaje más tradicional, que es lo que dirige nuestra vida. Los indígenas lo objetivarían como una “transformación corporal”: espíritu tiene todo, así que no se trata de cambiar la manera de pensar. Es preciso transformar el cuerpo: ahí están las arcanas de las que hablábamos antes, las dietas, la ropa… Es esta simbiosis de naturaleza-cultura la que nos lanza a probar nuevos paradigmas. Pensar el desarrollo más allá de la extracción de recursos naturales para poder situarnos entre sujetos.

En el “universo occidental” el oleoducto es un “objeto” que hay que reparar porque está obsoleto. Bueno, esperemos el dictamen de la empresa internacional que lo evaluará. En los pluriversos indígenas el mismo oleoducto es un “sujeto” que se ha transformado en un ser dañino y perjudicial, que siembra muerte por todas partes, como si fuera la encarnación de un brujo pernicioso.

Los contratos petroleros son asimétricos, dejando a los pueblos indígenas, verdaderos dueños de su territorio, ayunos de los beneficios pero plenos de contaminación. Tejieron una red entre el Estado y las compañías petroleras que distorsionó el territorio y a los mismos pueblos indígenas. El Estado recibe unas migajas con la obligación de mirar para otro lado en temas medioambientales y sociales; y las compañías petroleras reciben, además del dinero, parabienes de todos los estamentos. El Estado se convierte en peón de las petroleras, y los pueblos indígenas ven pasar por sus territorios destrozos medioambientales y dinero para otros bolsillos. Esto debe cambiar.

La “limpieza” / “remediación” / “reparación” / “restauración del paisaje” / “rehabilitación”… no consiste únicamente en regresar a un medio ambiente sano anterior a la contaminación, no es suficiente. Se trata de volver a restablecer las relaciones entre todos los seres vivos, conforme los pluriversos indígenas.

Para ir concluyendo. La posible compensación, que la tiene que haber, es independiente de la obligación que tiene el Estado de invertir en el desarrollo de estos pueblos. Es un tema delicado, pero hay que abordarlo. Y no se puede pensar el desarrollo al margen de los pueblos indígenas que habitan este territorio. Ellos son los que tienen que dar la pauta y encontrar las formas más convenientes para su buen vivir.

Manolo Berjón 
Miguel Angel Cadenas

viernes, 9 de diciembre de 2016

MAISANGARA / MAITSANKARA

Iquitos, 9 de diciembre de 2016

La tradición indica que los varones en torno a los 17-20 años ya tenían mujer. Para entonces eran expertos pescadores y podían “mantener a su familia”. Eran independientes y desarrollaban el trabajo de la casa, aunque obedecían a su padre, que les orientaba y les transmitía la sabiduría necesaria en la vida. Para entonces ya eran unos experimentados “guerreros”. Eran capaces de superar los miedos y de enfrentarse a ellos. Los miedos eran “más objetivables”, se les podía poner rostro. Cuando se puede identificar el miedo es más fácil de poderlo combatir.

© Radio Ucamara

Ha pasado el tiempo, el miedo persiste porque es consustancial al ser humano y a la sociedad. Pero ha mutado, es más difuso, no es tan sencillo ponerle rostro, ni nombre. Lo que no se puede nombrar, lo innombrable, es más difícil de manejar. Y lo que no se puede manejar nos termina por paralizar, sin reacción posible. Por eso es tan importante ponerle nombre y rostro, individualizarle, para poderlo combatir. En nuestra opinión, este es uno de los varios aciertos que posee este videoclip.

Las relaciones de género en pueblos indígenas no es lo que parece. Tradicionalmente estaban repartidos los roles y se daba una complementariedad no exenta de tensiones, como la vida misma. Eso se ha ido modificando. Las mujeres se han ido quedando relegadas y se ha ido afianzando un machismo torpe. Entre otras cosas porque el “dinero” es algo que, en general, consiguen los varones. Prosigamos.

Las mujeres no tienen un rol pasivo. Ellas son las primeras que padecen las consecuencias. Tienen que enfrentar la escasez. No es justo lo que está pasando. Son grandes narradoras. En el video se escucha decir: “la garza sólo tiene barro en el pico, hasta ha cambiado de color. Ya no más, maisangara”. La garza, en el pueblo kukama, es un “gran pescador”, como los varones. El encontrar únicamente barro en el pico distorsiona las relaciones de género en el pueblo kukama, además de la economía, la política, la migración...

Nuestros viejos oídos ya no están para tanto “ruido”. Los muchachos del kumbarikira han crecido. Hacen arte en medio de una situación compleja y consiguen una canción bien estructurada y con un mensaje sencillo y directo. Las imágenes son bellas y la secuencia de las mismas está bien organizada. El videoclip refleja perfectamente algunos de los miedos. El plantarles cara es la posibilidad de superarlos.

Hay una querencia de los pueblos indígenas por la fuerza que se refleja en este tipo de músicas. Los Pewmayen y los Kutre Ñuke mapuche, los Lumaltok en tsotsil, o los Arandu Arakuaa brasileños cantando en tupí antiguo, son unos pocos ejemplos de músicos jóvenes indígenas abriendo caminos nuevos. Bienvenido sea maisangara, bienvenido el poner nombre a los miedos, bienvenida la oportunidad de buscar en el arte una expresión que permita difundir mensajes y combatir el miedo. Felicitaciones a todo el equipo que lo ha hecho posible. Aunque nuestros viejos oídos ya no estén acostumbrados a estos ritmos, bienvenida la sangre fresca de la juventud.


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

lunes, 28 de noviembre de 2016

MATRIZ ENERGÉTICA Y NECESIDAD DE POETAS PARA LAS CONVERSACIONES EN SARAMURILLO

Iquitos, 28 de noviembre de 2016

Hoy día, lunes 28 de noviembre de 2016, se da inicio a las conversaciones entre los dirigentes indígenas del paro en Saramurillo y el gobierno peruano. Han dicho que durarán 15 días, falta ver el desarrollo del mismo. Señalamos algunas ideas que nos parecen fundamentales. No sabemos si van a formar parte de las conversaciones, pero creemos que, por su trascendencia, no deberían quedar al margen.


© Barbara Fraser, noviembre 2016, entrega de barcazas para comienzo del diálogo en Saramurillo


MATRIZ ENERGÉTICA

Los dirigentes indígenas han reiterado hasta la saciedad que la actividad petrolera no va en estas circunstancias. Si comprendemos bien la propuesta estarían indicando que ha llegado el momento del cambio de la matriz energética.

“Sabemos que la tecnología basada en com­bustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor me­dida, el gas– necesita ser reemplazada progresiva­mente y sin demora. Mientras no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por lo me­nos malo o acudir a soluciones transitorias. Sin embargo, en la comunidad internacional no se logran acuerdos suficientes sobre la responsabi­lidad de quienes deben soportar los costos de la transición energética. En las últimas décadas, las cuestiones ambientales han generado un gran de­bate público que ha hecho crecer en la sociedad civil espacios de mucho compromiso y de entrega generosa. La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales. En este sentido se puede decir que, mientras la humanidad del período post-indus­trial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosi­dad sus graves responsabilidades”: Francisco, Laudato Si, n° 165.

Nos sugiere muchos comentarios, pero dos nos parecen oportunos en este momento: “transición energética” y “la política y la empresa reaccionan con lentitud”. Añadimos un tercero por su trascendencia: necesitan reemplazarse “progresivamente y sin demora” los combustibles fósiles.

Para que las conversaciones en Saramurillo sean serias, hay que afrontar la “transición energética”. El lote 192 está prácticamente agotado, y el lote 8 no tiene muchas reservas. Y en ambos lotes el petróleo es de mala calidad, muy pesado. Estos simples datos ya deberían ser suficientes para plantear la transición energética de forma inmediata. Además, el gobierno anterior decidió, a nuestro parecer unilateralmente, sin tener en cuenta a los pueblos indígenas, invertir 3500 millones de soles en la planta de Talara. Y este año se cerró un contrato para que el crudo ecuatoriano utilice el Oleoducto Nor-peruano. Estas dos decisiones afectan poderosamente estos territorios indígenas. No reconocerlo, o esconderlo, es falta de buena voluntad. Y esto afecta a las posibles titulaciones de territorios. En tiempos de capitalismo global, el territorio no puede ser pensado únicamente como un espacio delimitado, no es suficiente. Hay que tener en cuenta los procesos de desterritorialización y reterritorialización. Pero volvamos al inicio del párrafo. Si no se acuerda un calendario con plazos, y revisable, para la transición energética continuaremos impactando los territorios indígenas con energías fósiles, no renovables, con graves consecuencias ambientales y desastrosas secuelas para los pueblos indígenas.

Si estamos en lo cierto de la necesidad de cambiar la matriz energética, entonces el proceso de conversaciones no puede durar 15 días. Hay que construir un calendario con objetivos claros y con etapas. Todo ello tiene que ser revisable. Ahora es el momento oportuno para introducir esta temática.


CUIDADO DEL LENGUAJE

No se trata de copiar únicamente términos de otros escenarios y aplicarlos a la situación. Es preciso inventar un lenguaje apropiado que se adecúe a la realidad. Es difícil, pero es completamente necesario. Lo que se está haciendo en estos momentos para “limpiar” / “remediar” /  “reparar” / “restaurar el paisaje” / “rehabilitar” (señalamos únicamente la complejidad de los términos) de los derrames en el Oleoducto Nor-peruano es ingenuo por muchos motivos. No tiene en cuenta el stress provocado en los peces y los cambios morfológicos en los mismos: carapa más gruesa, úlceras… Es decir, localizar la limpieza únicamente en el lugar donde ha ocurrido el derrame es absurdo. Implica un desconocimiento mayúsculo de los ecosistemas. Los peces no son plantas, se mueven, han huido, pero han sido agresivamente impactados. Considerar Monterrico, San Pedro… y los demás puntos de derrames como espacios delimitados es obsceno. Deja fuera las comunidades intermedias que también han sido poderosamente mal tratadas en su pesca. De igual modo, es absurdo no reconocer que este tipo de desastres impacta fuertemente en la reproducción de los peces (¿y en humanos?). Para nuevas situaciones necesitamos nuevas palabras.

La pelea no está en lo técnico, aunque lo técnico es absolutamente necesario y hay que argumentar bien. El puro pragmatismo y tecnicismo es jugar con las reglas impuestas por el Estado. El sentido lo genera lo improductivo: los poetas, los creadores de palabras, los artistas, los filósofos… Los necesitamos en este proceso. Su tarea es crear escenarios más allá del mero pragmatismo. Para ello es ineludible la creación de nuevas palabras para nuevas situaciones. Invocamos a los artistas en general que utilicen sus creaciones en beneficio del medio ambiente y de los pueblos indígenas.

Cuando se produjeron las conversaciones con el Estado para la aprobación de la “hidrovía amazónica”, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y sus tecnócratas introdujeron el término “malos pasos”. Con este concepto designaban lugares poco profundos y con palizadas. La misma designación de “malos pasos” lleva asociado la limpieza de los mismos para que los grandes barcos, no las canoas ni los botes indígenas, puedan transitar. Los indígenas kukama, a esos mismos lugares, los denominan “bancales”: lugares de poca profundidad que utilizan los peces para descansar, entre otras funciones. Por tanto, en la visión kukama, lejos de ser “malos pasos” son “lugares excelentes”. Las muchas reuniones, y la falta de pericia de los indígenas en la redacción de documentos, llevó a que el MTC volviera a introducir el término “malos pasos”, desterrando el término “bancales”. La consecuencia fue desastrosa: se permite dragar los ríos amazónicos. La lucha por el lenguaje es la lucha por la realidad. “El lenguaje configura la realidad”.

Algunos consideran que se ha producido un cambio sustancial en cuanto a enfermedades se refiere: de enfermedades víricas a enfermedades neuronales. Sin que hayan desaparecido las primeras, las segundas han hecho su aparición. Notemos que en la época de las reducciones de Maynas se produjo una considerable disminución poblacional porque en aquel momento no eran conscientes de las enfermedades propagadas. No se trata de copiar o trasladar ingenuamente, sino de hacer preguntas inquietantes e interesantes para “sentir/pensar nuestra realidad”. ¿Qué significa que haya personas en el río Corrientes y en la comunidad kukama de Cuninico con metales pesados en su sangre? ¿Qué implica que algunos pescados tengan sus escamas más duras y presenten algunas modificaciones morfológicas? ¿Se han producido cambios genéticos en algunas especies de plantas, peces…? Nada de esto se puede saber sin los exámenes correspondientes, que también incluyen exámenes toxicológicos y epidemiológicos. Pero no basta con realizar estos exámenes, hay que interpretarlos y sentir/pensar desde ellos.

Los indígenas han propuesto una “Comisión de la Verdad”. Estamos completamente de acuerdo con el propósito de la misma y confiamos y solicitamos que se constituya, aunque solicitamos a los poetas que busquen una nueva denominación. Nos gustaría hacer algunas precisiones que nos lleven a buscar nuevos términos para nuevas realidades. Sugerimos tres tipos de cuestionamientos:

1.   En primer lugar, el concepto de “verdad”. Para los Occidentales tiende a ser “objetiva”. En cambio, para pueblos indígenas es más bien subjetiva. La verdad es posicional, depende de la persona que la juzgue. Un chamán es bueno o malo (brujo) dependiendo de la relación que mantengo con él: si cura a mi hijo…, será bueno; si me hace daño, será malo. Si es bueno para mí, mi enemigo lo tendrá como un brujo. Enemigo es el concepto más importante en la Amazonía indígena. Por tanto, bueno o malo depende de la persona que lo narre.

2.       Segundo, las comisiones de la verdad están vinculadas a los derechos humanos. En la Amazonía indígena tan humanos son las personas como los animales, los espíritus, el río y algunas cosas. La consecuencia es muy sencilla: en la Amazonía indígena se produce una “ampliación del círculo de lo humano”. Por tanto, los “derechos humanos” en la Amazonía indígena incluyen los derechos de todos los “humanos”: animales, espíritus, río, cosas… Algunas tendencias actuales del derecho están hablando de los “derechos de la naturaleza”. Estando de acuerdo con esta postura, desde la Amazonía indígena se le podría reprochar que la dualidad naturaleza / cultura de la que depende no es aceptable en pueblos indígenas. Las palmeras, por poner un caso, son fruto de la intervención humana por miles de años. Y existen palmeras en los lugares más recónditos de la Amazonía. A un niño enfermo se le impone la arcana: el chamán le pone el espíritu de un animal fuerte para que le proteja. Como vemos en estos ejemplos la dicotomía naturaleza / cultura no se sostiene en la Amazonía indígena.

3.       Tercero, el tiempo. Están pensadas para meditar sobre el pasado inmediato en forma de narración lineal. Siendo importante, y estando nosotros de acuerdo, en la Amazonía indígena el tiempo no es lineal y existe una “amnesia genealógica” que corre un velo sobre las generaciones que no se han conocido. Nadie recuerda más allá de la generación de sus abuelos (o, en todo caso, bisabuelos). Lo que va sucediendo se recoge, en el caso del pueblo kukama, en narraciones que se depositan en el río. Y así tenemos que escuchan campanas, vacas o gallos en el río, como recuerdo de la época de las reducciones de los jesuitas. Todo esto nos habla de unas técnicas de memoria diferentes, que también deben ser tenidas en cuenta.

Para restañar las heridas provocadas por el Oleoducto Nor-peruano es preciso un estudio internacional transparente con la participación de las organizaciones indígenas. No tenerlo en cuenta sembrará la duda y con la duda no puede haber confianza. La revisión de los contratos de los lotes petroleros 8 y 192 son del todo necesarios. Y así el resto de los 7 puntos planteados por la plataforma indígena.


MESIANISMO

Concluíamos la nota anterior sugiriendo cierto mesianismo. Ahora está más claro. Algunos pastores presentaban al “Comandante” como un enviado de Dios. Puede verse en la revista Caretas cómo este personaje ha estado vinculado con el fujimorismo y la falta de respeto con los derechos humanos: http://diariolaregion.com/web/ex-militar-funge-de-apu-segun-revista-caretas/. Ha habido alboroto sobre cómo ha contactado con los apus. A nosotros no nos escandaliza esto. Otras organizaciones indígenas han estado vinculadas a otros movimientos políticos y tampoco nos asustaba. El tema no son los vínculos, sino si las reivindicaciones son justas. Los movimientos políticos que se arriman, sean del tipo que sean, no nos gustan, nunca nos han gustado y nunca nos gustarán. Pero cada uno es libre de pensar lo que le parezca. La política partidaria, con un horizonte de 4 ó 5 años, siempre nos ha parecido pequeña, diminuta, canija. Nos interesa mucho más la gran Política, aquella que afecta a mucha población o a poblaciones vulnerables, a aquella que marca tendencias importantes en el tiempo.

El Comandante en cuestión llegó a Saramurillo en un momento de tensión. En nuestra opinión, este desembarco estaba preparado desde el poder. Y algunos apus lo vieron como una solución. Lo cierto es que les contactó con el Ministerio de Defensa y permitió que una delegación viajara a Lima. Lo que a nosotros nos parece obsceno de toda esta situación es cómo un personaje con semejante historial accede tan rápidamente al poder, cómo tiene contactos en el gobierno. Nos parece pornográfico. En segundo lugar, este contacto, aunque repugnante, no invalida los reclamos históricos del paro indígena. Quien debiera dar una respuesta no son únicamente los indígenas, sino el ministro de Defensa.

No es la primera vez que se presenta o le presentan a una persona como el Mesías. Los cristianos estamos avisados por el propio Jesús: “No se dejen engañar cuando varios usurpen mi nombre y digan: Yo soy el Mesías. Pues engañarán a mucha gente. Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerra. Pero no se alarmen; todo eso tiene que pasar, pero no será todavía el fin” (Mt 24, 4-6).

Somos conscientes que hay un fuerte componente indígena en todo esto. Consideramos que los movimientos mesiánicos dan esperanza en tiempos duros, difíciles, complicados y, en ocasiones, desesperados. Lejos de nosotros juzgar duramente esta situación. En esos momentos en Saramurillo mucha gente tenía miedo y se decía: “nos van a venir a matar”. Imaginen el escenario cuando apareció irresponsablemente el dron, como ya relatamos en la nota anterior.


Para concluir, bienvenidas las conversaciones en Saramurillo. Es preciso organizar escenarios nuevos que permitan avanzar en las conversaciones. El Estado debe evitar “dar concesiones” cicateras a los indígenas. Estos últimos son igual de ciudadanos que los blancos. No están en juego concesiones, sino derechos. Y los derechos se ejercen y se reclaman. En ello se juega la democracia y la justicia. Continuaremos atentos a todo este proceso.



Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

martes, 25 de octubre de 2016

“ESTE PROGRESO” NO NOS GUSTA…, ES UNA PERNICIOSA RELIGIÓN

Iquitos, 25 de octubre de 2016


Otro derrame en Nueva Alianza [22-10-2016], distrito de Urarinas y provincia de Loreto, en el área de amortiguamiento de la llamada Reserva Nacional Pacaya Samiria, territorio ancestral del pueblo kukama. Uno más. Es obsceno que se produzca en la misma comunidad que ya se produjo otro derrame hace algo más de dos meses. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo y dónde va a ser el siguiente derrame? No es posible que tengamos que esperar para lamentarnos. Hay que hacer un trabajo previo, un trabajo que no parece que se esté realizando.

Rabia, frustración, enojo… Tratamos que no nos paralicen. El mal siempre sorprende, aunque uno lo espere. Sorprende y duele, con un dolor intenso. Como cuando recibimos un golpe en una herida todavía abierta. Los nervios se enervan. Tratamos de buscar sentido, buscar una razón. Sólo queda silencio, lamento y queja. Ya algún teólogo nos previno hace años que la queja es anterior al diálogo. Y Job nos decía que la queja tiene que ser ante el mismo Dios.

LAS PREGUNTAS DE SIEMPRE

Y surgen las preguntas de siempre. ¿Por qué los más humildes son los que tienen que pagar los platos rotos? ¿Por qué no se pone remedio? En nuestra opinión hay negligencia por parte de las autoridades. ¿Por qué no se vigila el Oleoducto Nor-peruano? ¿Están convencidos que la tarea de las fuerzas del orden es dar seguridad al Oleoducto? Nos parece una invocación desesperada. Por supuesto que hay que dar solución y castigar enérgicamente a los responsables. Pero sólo con la culpabilidad no se soluciona el problema, ni de lejos.

¿Es que la gente de las comunidades indígenas no tienen derecho a un medio ambiente sano? ¿Sólo importan las grandes inversiones donde se va a sacar ganancia? Un país necesita cuidar su infraestructura. Es de vital importancia. Pero sobre todo necesita cuidar de su gente. No habría negligencia si la población afectada fuera blanca, lo cual anota un punto de discriminación brutal, fruto del desprecio.

Sin el mantenimiento adecuado nos encontramos con un oleoducto obsoleto. Los comunicados de Petroperú estilan soberbia y orgullo herido. Se buscan culpables y se deja irresuelto el tema de fondo: el estado real del oleoducto, mantenimiento, vigilancia y transparencia en la comunicación con las comunidades. Ni un ápice al dolor de los afectados. Ni voluntad de solucionar los problemas, ni reconocimiento, ni consuelo. Nosotros esperaríamos un poco más de humanidad. Las demás instancias estatales actúan de manera similar. Pese al grave riesgo que corre la población local, no acude ni personal sanitario, ni autoridades para dar la cara, ni dar explicaciones, ni nada. Tampoco medios de comunicación. Escasos periodistas con compromisos personales se hacen presentes. El resto: “no se escucha, padre”.


CERRANDO LOS OJOS: hasta que la violencia se hace visible

En los años 70 se descubre petróleo en la selva. Los siguientes años fueron frenéticos. Fue tal el impacto que el grupo musical local Los Wemblers tituló una de sus canciones emblemáticas como la “danza del petrolero”. Las luchas regionales consiguieron que se aprobara un “canon petrolero” que ha servido de anestesia y contra-colirio para distorsionar la visión o directamente para mirar para otro lado. Pero no hay información suficiente de lo que ha ocurrido. Algunos no quieren comprender desde dónde están luchando los indígenas por sus derechos. Al respecto es interesante la crónica de una persona honesta, capaz e inteligente, como Pepe Álvarez: https://www.servindi.org/actualidad/cronica/5163.

Por eso, el incidente de Saramurillo nos parece emblemático. En medio de un paro indígena que lleva más de 50 días sin ser atendidos se visibiliza la violencia. Insistimos en que se hace visible, porque ya estaba presente desde hace más de 40 años. Una persona de una embarcación hace varios disparos y hiere a un indígena en Saramurillo, el domingo 23 de octubre 2016. Todo son preguntas: ¿de dónde salen las armas?; ¿poseen los permisos correspondientes?; ¿las empresas tienen que armarse porque el Estado no ofrece garantías de seguridad?; ¿para qué sirve el Estado?; ¿cuáles son sus competencias?...


Para una interpretación de lo que ha significado el petróleo para una región como Loreto se puede consultar el documento elaborado por Frederica Barclay: http://www.actualidadambiental.pe/wp-content/uploads/2011/11/Qu%C3%A9-ha-significado-el-petr%C3%B3leo-en-la-consolidaci%C3%B3n-de-Loreto-como-una-regi%C3%B3n-Frederica-Barclay.pdf. Esto explica cómo una ciudad como Iquitos permanece ajena a sus propios hijos.

Para ir concluyendo esta nota, acudimos a las palabras de un teólogo, como advertencia:
“La responsabilidad que no está sostenida por estructuras o sistemas tiene una existencia efímera. El super-sujeto solidario es algo muy débil. Se cultiva el arte de la represión de la culpa y del compromiso. La política degenera cada vez más, aquí y allá, en administración, en negocio de administración del poder. ¿Nos encontramos en la era de la apatía? Tan perniciosa y tan mortal como el odio es, para el super-sujeto solidario de todos los hombres, la apatía”.
J. B. Metz, La fe, en la historia y en la sociedad, 1979: 91.

Sí, estamos contra “este” progreso. Compréndase bien: “contra este progreso”, cual nueva religión, que extrae recursos, no comparte los beneficios y entrega a los indígenas todos los pasivos ambientales. Sí, estamos contra este progreso.

Los primeros cristianos atribuyeron el título de “Señor”, a Jesús, el Cristo. Y, para quienes somos cristianos, nos recuerda que el Señor es Jesús y no el emperador, como pretendía el imperio romano. Por eso, los primeros cristianos se negaron a tributar culto al emperador como un dios.

Después casi dos meses de paro, y suponiendo que haya conversaciones gobierno - indígenas, es de esperar que se levante el paro en algún momento. Pero más allá del hecho puntual, lo que plantean los indígenas va para largo. Seguiremos atentos.


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas