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martes, 7 de diciembre de 2021

A PROPÓSITO DE "APUNTES PERDIDOS" DE MARCO ANTONIO PANDURO-GONZALES

PANDURO-GONZALES, Marco Antonio (2020), Apuntes perdidos, Manofalsa, Lima.

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Iquitos

 

Para algunas personas Iquitos se ciñe al Iquitos monumental, y poco más. En todo caso unas cuantas calles aledañas a su Plaza de Armas. En varias oportunidades hemos tenido que soportar el cuestionamiento sobre las zonas inundables, donde no se puede habitar según la ley, en contra de las prácticas ancestrales de morar en estas áreas como los pueblos tupí, por ejemplo. Una ley que exuda colonialidad y que prescinde de gran parte de los ciudadanos. A esto hay que añadir las familias que son expulsadas de la ciudad y tienen que elegir las zonas inundables como supervivencia. Una ciudad como Iquitos bañada por el Amazonas pero donde miles de familias carecen de agua potable y saneamiento básico, con los problemas sanitarios que esto acarrea. En cambio, las intervenciones que se realizan en la ciudad son únicamente de tipo estético, secuestrando el espacio público. Dejemos el tema, pero nos sirve para preguntarnos qué es Iquitos.




El libro que llegó a nuestras manos se acerca a calles principales como Arica y Putumayo tanto como a calles de tierra sin nombre. La vida, con sus desigualdades, se da en ambos lugares. Todo es Iquitos. En pocas palabras: los creadores se adelantan, con mucho, a los gestores. Los creadores literarios anticipan lo que los gestores urbanos ni siquiera son capaces de imaginar. Porque se trata de tener un poco de imaginación.

Esta preocupación por lo humano nos parece invaluable. Todas las vidas valen igual. Aunque a la hora de la verdad los que gestionan los recursos lo hacen más a unos que a otros. Sólo se les ocurre gestionar lo que hay, no piensan en el bien común y en las necesidades de todos. En este sentido, la política entendida como participación en la vida de la ciudad les es ajena y está por estrenar.

El libro, con su acercamiento a lo humano, ensancha los límites de la ciudad más allá de lo asfaltado. A poca imaginación que tengamos nos daremos cuenta que no se trata únicamente de enviarles algún que otro profesor, sino de proporcionar los espacios y herramientas que les permitan disfrutar de la vida como el resto de ciudadanos.

Una ciudad en expansión, calles de tierra, estudiantes universitarios, guachimanes, prostitutas, una empresa conocida de transportes (E.T.U.I.S.A). Boom petrolero de por medio, ONGs… La vida bulle por estas páginas. No es tanto lo que dice, que lo dice bien. Es más lo que evoca, trasluce, sugiere, lo que se puede entrever: la vida en Iquitos.

Si, como se señala en el prólogo, gracias a las periferias se renuevan las letras, otro tanto podríamos decir de las ciudades. Las periferias son lugares donde la vida bulle y lo que sucede con las vidas que habitan las periferias son el termómetro de la humanidad de una ciudad, en este caso Iquitos.

Nos interesa cómo “desaparecen” los clavos; cómo terminan pagando los devengados a un profesor cuyo dinero se habían llevado los políticos corruptos de turno; el distinto comportamiento en la biblioteca para conocidos y desconocidos; La Cachina, el mercado negro de Belén bajo donde “se encuentra” lo “desaparecido”; el “capacitado” que regresa a su barrio de origen, el profesor que se mete con su alumna… Nos ronda una pregunta: ¿es una descripción de la anomia? Creemos que no. Sin entrar ahora en disquisiciones ni matices, nos da la sensación que los comportamientos descritos en el libro son la norma. El protagonista ha introyectado el “no-decepcionar-a-los-demás”. Sólo que “los demás” de los que hablamos dependen del grupo social en el que uno se mueva.

Pero démosle una vuelta más. No estamos pensando en el “individualismo occidental”, o en la “singularidad indígena” que permea esta ciudad, sino en un continuum que acentúa un polo u otro en determinados momentos y en personas y conductas específicas. La pregunta que nos surge sigue siendo inquietante: entonces, ¿qué es la sociedad? ¿Qué es Iquitos? Dejémoslo aquí.

Post data:

Este libro llegó a nuestras manos de una forma impensable. Estábamos en una reunión virtual durante toda la semana, razón por la cual no supimos cuándo dejaron el libro a nombre de uno de nosotros. En uno de los descansos nos alcanzaron el libro y nos instaron a ver la dedicatoria en su interior. No hemos podido leerlo durante la semana en cuestión por compromisos ya adquiridos. Esta nota quiere dejar constancia del bonito y apreciado regalo.

Finalizamos indicando que además de sus aciertos literarios nos parece fundamental pensar la ciudad desde distintos ángulos. De nuevo: los creadores literarios se anticipan con creces a los gestores urbanos. El ángulo elegido por Marco Antonio Panduro-Gonzales es muy pertinente. Concluimos incentivando a su lectura.

jueves, 3 de diciembre de 2020

TIEMPO Y DESEO: acompañando dos visitas al Poder Judicial

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos

 

En un mes hemos visitado el Poder Judicial en Iquitos en dos oportunidades. Y no han sido experiencias placenteras. La primera ocasión, acompañando a dos juntas vecinales de Punchana (Iván Vásquez Valera y 21 de Setiembre en Punchana) para una conversación con el tribunal (deliberadamente evitamos utilizar los términos jurídicos) que lleva su caso. Estas juntas vecinales han interpuesto una demanda constitucional por el acceso al agua potable y cerrar un desagüe a cielo abierto. Le amparan todas las convenciones de derechos humanos habidas y por haber. Además del sentido común. Las autoridades nos avisan de la necesidad del lavado urgente de manos. ¿Cómo lo van a realizar estas personas si carecen de agua potable en sus casas? La desigualdad a plena luz del día. Por cierto, todos los estándares internacionales indican el acceso al agua potable y desagüe como criterios de desarrollo.

Seguimiento de la audiencia virtual del caso "agua potable" de los Asentamientos Humanos "Iván Vásquez Valera" y "21 de Setiembre" en Punchana. 


Pero hay más. Estamos en segunda instancia. En primera instancia se ganó la demanda. Pero las Municipalidades de Maynas y Punchana, con una mirada corta, rayana a la ceguera, apelaron la decisión de los jueces. Aquellos que tienen que velar por los derechos básicos de los ciudadanos, apelan. ¡Esto es increíble! Ya hace 5 años que se interpuso la demanda. Y seguimos sin sentencia firme. Es fundamental tener en cuenta que estamos hablando de derechos humanos básicos. Esperemos que no haya argucias legales para dejar en el desamparo a estas juntas vecinales (y todas las demás juntas que lo terminen reclamando). Por cierto, El Salvador ha incluido el derecho al agua potable en su Constitución, a instancias de una propuesta de la Conferencia Episcopal de su país.

La segunda visita al Poder Judicial fue ayer. Acompañamos a las comunidades kukama de Cuninico, Esperanza, Nueva Santa Rosa y San Francisco a una diligencia. El juez tenía que escuchar a las partes sobre la implementación de la atención en salud. El poder judicial realizó un cambio de jueces y se reprogramó la audiencia para el 21 de diciembre. El juez tiene todo el derecho. Pero no es justo hacer venir a los comuneros kukama desde tan lejos para decirles que se reprograma la audiencia. Nos parece una vulneración de derechos en toda regla, por muy legal que sea. Y no estamos hablando del juez, sino del Poder Judicial. Porque estos temas no son asunto de jueces particulares. Es un tema del Poder Judicial que no está calculando el costo de la reprogramación. Más que el costo económico, que ya de por sí es muy importante, está la sensación de ser burlados y no escuchados, el costo afectivo. En otras palabras, no en vano se produce lo que se denomina como “desafección de las instituciones”.

Nos parece que este 2020 nos ha traído varias lecciones. Sólo señalaremos dos: la desigualdad y la prepotencia. Hemos visto cómo el covid-19 desarmó fácilmente el crecimiento económico peruano porque no se ha invertido lo necesario en corregir las desigualdades sociales. Si miramos desde los pueblos indígenas percibiremos las brechas como abismos. La segunda enseñanza proviene del Congreso. La burbuja en la que han vivido provocó el estallido de un movimiento juvenil de tal calibre, la “generación del bicentenario”, que depuso al gobierno. Lo que está detrás de todo esto es la prepotencia. Este cóctel explosivo de desigualdad y prepotencia genera una gran desafección de las instituciones. Es una escalera inclinada hacia el abismo con consecuencias imprevisibles. Evidentemente, el Poder Judicial tiene que ayudar a corregir estas desigualdades y castigar a los prepotentes. Y eso es lo que está en el fondo de las dos demandas que nos han llevado a visitar el Poder Judicial.

A un año del bicentenario nos encontramos de lleno con la “colonialidad del poder” que otros califican como “colonialismo interno”. Somos independientes, pero la élite criolla se hizo con el poder y mira únicamente desde sus propios intereses. Por si fuera poco, universalizan sus valores y se protegen unos a otros. Hay todo un entramado de instituciones que solapan este sesgo haciéndolo invisible. Lo que en lenguaje secular se denomina “sesgo”, algunos teólogos prefieren llamarlo “pecado original”. Es decir, hacernos ciegos a nuestros propios valores e intereses en detrimento de los demás.


Acompañamiento del "caso Cuninico" en la Parroquia Inmaculada de Punchana. Proporcionando consuelo después de la visita al Poder Judicial.

En lo que sigue nos van a permitir una brevísima reflexión sobre el tiempo y el deseo. No es necesario compartir nuestras creencias cristianas para seguir la argumentación. Comencemos con el tiempo. Una de las características actuales es su aceleración. Todo va muy rápido, cada vez más rápido. Es más, necesitamos mayor velocidad únicamente para permanecer en el mismo lugar, para no quedarnos atrás. Así nos encontramos en una situación inédita: carecemos de tiempo, no nos alcanza para todas las cosas que queremos hacer. Bueno, nos corregimos: los importantes no tenemos tiempo. Sólo tienen tiempo los humildes, sólo les queda esperar. Esto puede generar resentimiento. Es comprensible que quien sólo le queda esperar se resienta. Así vemos cómo la gente humilde hace colas interminables, desde el Banco de la Nación hasta cualquier otra institución, incluido el Poder Judicial. No estamos apelando al conformismo, eso no es cristiano. Apelamos al “adventus”: “el que viene”. En la liturgia cristiana estamos en tiempo de adviento y repetimos continuamente “Ven, Señor Jesús”. El mundo en el que vivimos desactiva este sentido de la espera. Ya no hay adviento, de frente se coloca el Nacimiento de Jesús, para vendernos más, para hacernos únicamente consumidores. Esa es una religión consumista que no consuela. Pero las comunidades cristianas debemos hacer un esfuerzo por esperar a Jesús que viene en los humildes. “Ven, Señor Jesús”, porque quienes tienen que ver por el bien común, no lo hacen. Colocarnos al lado de los humildes es la oportunidad de recibir a Jesús que viene.

Tanto las Juntas Vecinales como los comuneros kukama del “caso Cuninico” presentan una espera activa: se han organizado para reclamar sus derechos. No esperan ningún regalo. Exigen sus derechos. Y no se cansarán hasta que los consigan.

El otro punto es organizar el deseo, una de las tareas humanas más importantes. Todas las culturas lo hacen. En la amazonía se deja que los niños hagan un poco lo que desean. Se evita corregirlos en público, pero en casa se les orienta. Los pueblos indígenas siguen utilizando el baño con verbena, e incluso haciéndola tomar, a los niños cuando tienen rabia. De igual manera también se les tapa con panero. Es una forma de orientar las emociones y de organizar el deseo. No es únicamente una cuestión de niños, las asambleas comunales suelen comenzar con un desiderata: recordando la importancia de colaborar y portarse bien. Si alguien transgrede las normas, la autoridad le corregirá. Si no hace caso terminará siendo expulsado de la comunidad. Todo esto depende mucho de las fuerzas que tenga en la comunidad a modo familia extensa. Es decir, los indígenas por miles de años han elaborado rituales para modelar el deseo.

También el cristianismo modela el deseo. En las iglesias católicas orientales, junto con la iglesia ortodoxa y las iglesias ortodoxas orientales, existe la práctica del “ayuno de natividad”. Es una forma de ascesis que prepara el cuerpo. El ayuno religioso es diferente de la ausencia de ingesta para ser más esbeltos y más sanos. El ayuno cristiano está orientado a dar la comida que no consumes a los pobres. Y no olvidemos aquello de “quiero misericordia, no sacrificios” (Mt 12, 7). Este adviento nos debería llevar a los que nos sentimos cristianos a ayunar de prácticas que vayan contra la justicia y los derechos humanos.

Para concluir, alargar inútilmente la espera es una forma de maltrato a los cuerpos de los humildes. Pedimos a los jueces, aunque no sean cristianos, que eso no interesa para estos propósitos, que sean sensibles en primer lugar a los propios sesgos, y en segundo lugar a la vida de los humildes.

lunes, 12 de febrero de 2018

EL IMPERIO EN DOS DICCIONARIOS KUKAMA

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas


Vivimos inmersos en el mundo, no somos ángeles ni estrellas. Formamos parte de nuestra sociedad y somos modelados por ella, al tiempo que también tenemos capacidad para modificarla (unos más que otros, por supuesto). Por mucho que nos empeñemos en ser críticos, y apelamos a la crítica como capacidad de discernimiento, siempre se nos cuelan, queramos o no, algunos sapos. A todos, también a estos escribientes, que no pretenden, ni pueden, estar exentos de ideología.



Tenemos dos excelentes diccionarios en kukama.
- 
         ESPINOSA, Lucas (1989), Breve diccionario analítico castellano-tupí del Perú. Sección Cocama, Ediciones CETA, Iquitos.

-          VALLEJOS YOPÁN, Rosa & AMÍAS MURAYARI, Rosa (2015), Diccionario kukama-kukamiria * castellano, AIDESEP/ISEPL-FORMABIAP, Iquitos.



Lucas Julián Espinosa Pérez fue un sacerdote agustino español (1895 – 1975) que llegó de misionero a la selva peruana en 1920 y regresó a España en setiembre de 1934, permaneciendo en la península hasta febrero de 1936. En marzo de 1936 regresa a Iquitos. El 20 de julio de 1938 fue expulsado por el gobierno peruano junto a otros dos compañeros más. Gran parte del tiempo que pasó en la selva lo dedicó al pueblo kukama, siendo el párroco más insigne de todos los que han pasado por la ciudad de Nauta. Murió en Bilbao el 28 de febrero de 1975.

El diccionario al que hacemos referencia se publicó después de su muerte, pero el material recogido pertenece, básicamente, a las décadas de 1920-1930. Es el primer diccionario kukama-castellano del que tenemos conocimiento. El autor era autodidacta y es fruto de su labor como misionero. La debilidad de este diccionario consiste en utilizar las categorías propias de la gramática greco-latina, fruto de la formación sacerdotal de la época, para comprender el idioma kukama. Siendo conscientes de este sesgo, su diccionario continúa siendo de gran utilidad. En las décadas de 1920-1930 el idioma kukama estaba plenamente vigente.

El segundo diccionario es una coautoría entre Rosa Vallejos Yopán, una lingüista peruana afincada en USA, en la universidad de Nuevo Mexico, y una indígena kukama de la comunidad de Dos de Mayo en el distrito de Nauta. Ambas han colaborado con FORMABIAP (Programa de Formación de Maestros Bilingues de la Amazonía Peruana), un organismo dependiente de AIDESEP (Asociación Indígena de la Selva Peruana) en colaboración con el ISEP (Instituto Superior de Educación Pública de Loreto). Es el primer diccionario elaborado con los criterios propios de la lingüística moderna. Este es su gran acierto y, sin duda, una contribución de gran valor para el pueblo kukama. Una herramienta con un gran potencial intercultural, en un país que está necesitado de la misma.

El primer diccionario está organizado en castellano. Una primera reflexión apunta a la utilización de hispanohablantes interesados en el idioma kukama. Es pensado como un clásico instrumento para la evangelización. El segundo diccionario, en cambio, está organizado en kukama, en un momento en que el idioma kukama ha pasado a ser una lengua minoritaria, incluso en los propios kukama. La revitalización del idioma kukama es uno de sus objetivos. Está pensado para todo público, pero fundamentalmente se beneficiarán del mismo los alumnos del FORMABIAP en su vertiente kukama.

Es fácil de percibir la ideología detrás del diccionario de Lucas Espinosa: la evangelización del pueblo kukama. Eso no le resta valor. A nuestro parecer, redimensiona el diccionario en su contexto. En cambio, el segundo diccionario es más difícil de percibir la ideología, porque pertenece a los tiempos actuales, en los cuales también nosotros estamos inmersos. Y no es tan sencillo detectar la ideología que hay detrás. Sin embargo, buscaremos un ejemplo para demostrar nuestra pretensión.

Emete: haber, existir. Emete tsa yawara uyaruntsuri. ‘Yo tuve un perro bravo’. (Lit. Existía mi perro, era bravo).

‘Emete’, en kukama, no está unido a la posesión. Sin embargo, en la traducción aparece el verbo ‘tener’, que para los idiomas europeos, también en inglés, está vinculado a la posesión.

Para ser justos habría que estudiar el término kukama ‘yara’, dueño. Este tema del ‘dominio’ es uno de los grandes aportes de los pueblos amazónicos. En kukama, ‘yara’ puede significar ‘hacer X’, si es sufijo de un nombre, o ‘dueño de X’ si está separado. ‘Yara’ es la forma tradicional de expresar el dominio, que posee características propias en la amazonía y difiere del concepto de posesión de los idiomas europeos en época capitalista. En un artículo más académico, que esperamos publicar próximamente, distinguimos entre ‘dueño’ y ‘propietario’.

De acá concluimos que la posesión, una experiencia fundamental en el capitalismo y su versión materialista, se cuela a la hora de traducir una experiencia del mundo indígena en los idiomas europeos. La colonialidad del saber hace su trabajo. Si no se extrema el cuidado, puede invadir los idiomas indígenas con esta nueva ideología.

Dicho de otra manera, si el diccionario de Lucas Espinosa peca de pensar el idioma kukama bajo las categorías de la gramática greco-latina, el diccionario de Rosa Vallejos y Rosa Amías no puede sortear la presión capitalista de la posesión. El diccionario de Espinosa cae bajo las garras del imperio español con su modelo de gramática greco-latina y el diccionario de Rosa Vallejos y Rosa Amías bajo la globalización actual, con sabor a imperio americano.

La interculturalidad no es, principalmente, estética. Aunque la estética tenga su parte. Vemos en el ejemplo anterior la dificultad de una práctica intercultural porque hay problemas de fondo que pueden pasarnos desapercibidos. La contemporaneidad nos puede hacer ciegos a determinados sesgos. Eso no es algo necesariamente negativo, es la condición humana en sí misma. Lo cual no excluye que permanezcamos lo más atentos posible a los condicionamientos a los que todos estamos expuestos.

Nos ha sido de gran utilidad:
-          HÖRL, B.C. (2015), Possession and Personhood. Effects of ontological differences on linguistic possessive constructions. A thesis submitted in partial fulfilment of the degree of MA Language and Communication, Leiden University Centre for Linguistic, Universiteit Leiden, en https://openaccess.leidenuniv.nl/bitstream/handle/1887/35010/MA_thesis_hoerl-FINAL.pdf?sequence=1