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viernes, 4 de noviembre de 2022

EL PARO EN CUNINICO. MORIR A LOS 11 MESES DE EDAD: Segundo R.C. (Monterrico, 6 de noviembre 2021- Cuninico, 8 octubre 2022). In memoriam.

Dirijo la mirada a un acontecimiento que ha pasado inadvertido, pero que refleja muy bien la situación que vivimos en Loreto. Monterrico y Cuninico son dos comunidades indígenas kukama. La primera también tiene población indígena urarina. Situadas en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto, en las márgenes del río Marañón.

El 16 de setiembre de 2022 se produjo un derrame de petróleo en Cuninico. Llueve sobre mojado porque ya hubo otro derrame en 2014 en el mismo lugar. También Monterrico ha sufrido varios derrames petroleros (2016, 2020 y 2022) que siguen impactando durísimamente a la población. Los niveles de sufrimiento que soportan ambas comunidades son muy altos. Un sufrimiento invisibilizado.


El padre del bebé, Segundo Ladislao Rodríguez Macusi, era apu en el momento en que Monterrico decidió que la comunidad se plegaba al paro organizado en Cuninico pidiendo que el Estado les atienda con agua y alimentos, entre otras cosas. Por tal motivo, se trasladó con toda la familia y otras familias de Monterrico, y comunidades aledañas, a Cuninico. Improvisando un campamento donde faltan todas las condiciones mínimas: agua potable, saneamiento básico, alimentos… Las ollas comunes tratan de paliar la necesidad. Sin embargo, el hacinamiento y la falta de salubridad son malas compañeras.

El bebé, Segundo R.C., se enfermó y después de unos primeros auxilios en Cuninico fue enviado a la Posta Médica de Maypuco donde falleció (8 de octubre de 2022). El parte médico señala como motivo Insuficiencia Respiratoria Aguda. Los padres del bebé atribuyen la muerte a la contaminación. Dos apreciaciones, ambas de gran interés, que damos por válidas.

No hay duda que la contaminación ha sido la causa que ha movilizado a la familia (y otros cientos de familias) a acudir al paro de Cuninico. Abandonan la comodidad del hogar para habitar en unos tambos temporales. ¿Qué motiva a las familias a tomar esa decisión? Hay muchas razones, señalamos únicamente tres: 1) la indignación por la contaminación del río: menos pescado, cosechas más exiguas y una vida más dura. El río es su única fuente de agua; 2) abandono del Estado: Loreto posee los peores índices en educación, agua potable, acceso y velocidad de internet…; 3) necesidad de adquirir dinero. Las tareas tradicionales (pesca y agricultura, unido a la extracción de madera) no proporcionan el dinero suficiente para la vida actual donde las familias necesitan un celular para poder conversar con sus integrantes en la ciudad, por poner únicamente un ejemplo.

Vayamos ahora con lo indicado por el Centro de Salud. Por supuesto, también damos por válido su parte médico. Es demoledor que muera un bebé de 11 meses. Y conviene que veamos el contexto para que no culpabilicemos demasiado rápidamente a sus padres. Aunque en la última década se ha incrementado el número de personal sanitario por cada 10,000 habitantes, conviene tener en cuenta el comentario siguiente de noviembre de 2020: 

“Sin embargo, en el ranking de habitantes por establecimientos de salud y médicos, Loreto se encuentra más cerca del promedio nacional que de los primeros lugares, lo cual sugiere que hay problemas de acceso o calidad de los servicios médicos. La posición de la región en los rankings de enfermedades no parece corresponder con su posición en los de disponibilidad de infraestructura de salud y atención médica. De acuerdo con las entrevistas realizadas por el equipo, la dificultad en el acceso a salud en Loreto está más asociada a la limitada distribución espacial de estos recursos en el departamento y el cuán difícil es trasladar a la población afectada a ellos”: https://growthlab.cid.harvard.edu/.../2020-11-cid-wp-387..., p. 65.  

Resaltamos lo siguiente: 1) los rankings de enfermedades no se corresponden con la disponibilidad de infraestructura de salud y atención médica; 2) la distribución espacial de los recursos está lejos de ser la adecuada. De ahí que sea difícil el traslado de los enfermos. 3) No se dice nada de las fronteras invisibles para que los indígenas puedan acceder. El MINSA no toma en cuenta suficientemente las culturas indígenas.

Acceso al agua potable. El 56.3% de los loretanos tiene acceso al agua potable, el departamento con peor cobertura de todo el Perú (https://www.defensoria.gob.pe/.../Informe-002-Bolet%C3..., p. 7). Prácticamente uno de cada dos loretanos carece de acceso al agua potable. Esto es indignante y absurdo: vivimos en medio del Amazonas, la mayor corriente de agua dulce del planeta.

En este contexto se está llevando a cabo el paro en Cuninico. Lejos de ser un tema puntual hay que ver el contexto en el que se desarrollan los acontecimientos. Invocamos al Estado para que resuelva los graves problemas por los que estamos pasando. Las demandas son siempre las mismas: agua, alimentos, salud, educación y un medio ambiente sano. Son exigencias básicas, elementales. Falta voluntad política para resolverlas.

Nadie tiene que morir a los 11 meses de vida. Es un fracaso que refleja desigualdades profundas y arraigadas.

Que Nuestra Señora de Loreto, la Virgen de la Esperanza, nos acompañe a todos.

POST DATA: 

Este año 2022, el Estado peruano ha entregado a Petroperú $ 1,750 millones. Sin embargo, Petroperú sufre de iliquidez y algunos analistas indican que está en quiebra. Pues bien, el Estado peruano y Petroperú han negado agua y alimentos suficientes a las comunidades que se han organizado en el paro en Cuninico. “Cada vez que lo hicieron con uno de estos mis hermanos pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25, 31-46). 

En una anodina reunión entre los dirigentes de las comunidades del paro de Cuninico, dirigentes del distrito de Parinari, también afectados por el derrame, y el Estado peruano en Nauta, el 17 de octubre 2022, no se llegó a ningún resultado concreto. Esto acumula rabia en el bajo Marañón. Pero el Estado peruano está ocupado en otros menesteres.

 

+ Miguel Angel Cadenas

Obispo Vicario de Iquitos

  

martes, 8 de septiembre de 2020

“DUEÑIDAD”: rescatando del olvido los sucesos del lote 95

Manolo Berjón 

Miguel Angel Cadenas

Parroquia Inmaculada - Iquitos

 

El 8 de agosto de 2020 se produjo un enfrentamiento en el lote 95, comunidad de Bretaña, que dejó 3 indígenas kukama muertos y 17 heridos entre indígenas y policías. Es una tarea importante pensar a partir de este acontecimiento. En esta oportunidad vamos a trabajar con el concepto “dueño” en dos sentidos diferentes. Para ello trataremos de “controlar la equivocidad” dejando claro cada uno de los significados. Nos serviremos, por un lado, de algunas orientaciones de Rita Segato. No será objeto de esta nota su teoría de género, que podría iluminar desde otro ángulo los sucesos de Bretaña, pero que dejamos para personas más competentes. Por otro lado, pensaremos este concepto desde el punto de vista kukama. Esta doble referencia nos permitirá percibir la actuación del Estado desde dos ángulos diferentes.


© Manolo Berjón


En algún momento, abogados, jueces y fiscales, tendrán que dirimir sobre estas muertes. Vamos a intentar poner un poco de contexto. Como es fácil de comprobar, la traducción va mucho más allá de los idiomas para intentar una traducción entre culturas diferentes. Hablando el mismo idioma, y utilizando la misma palabra, podemos estar diciendo cosas diferentes.

Comencemos con la “dueñidad” tal como la piensa Rita Segato. De forma somera, la define como “potencia”, “señorío sobre el cuerpo”, “las cosas”, “los bienes” y “la tierra”. Dueñidad vendría a ser “una nueva forma de señorío resultante de la aceleración, de la concentración y de la expansión de una esfera de control de la vida que describo sin dudarlo como paraestatal… La posibilidad de una existencia sin gramática institucional o de falencia institucional inevitable ante niveles de concentración de riqueza sin precedentes”. Para ella no es suficiente hablar de desigualdad, como en la etapa anterior, es preciso un paso más: la dueñidad o señorío (Segato 2016: 17).

Extraemos otro párrafo de Segato para nuestro propósito: “La dueñidad en Latinoamérica se manifiesta bajo la forma de una administración mafializada y gangsteril de los negocios, la política y la justicia, pero esto de ninguna forma debe considerarse desvinculado de un orden global y geopolítico sobreimpuesto a nuestros asuntos internos. […] En esta fase extrema y apocalíptica en la cual rapiñar, desplazar, desarraigar, esclavizar y explotar al máximo son el camino de la acumulación, esto es, la meta que orienta el proyecto histórico del capital, es crucialmente instrumental reducir la empatía humana y entrenar a las personas para que consigan ejecutar, tolerar y convivir con actos de crueldad cotidianos” (Segato 2016: 99).

Para nuestro caso nos parece que el Estado ha sido ocupado por un funcionariado, una élite, que se ha puesto al servicio del capital. Es el Estado quien saca a la venta los lotes petroleros, los promociona y los adjudica. Es el Estado quien organiza su aparato legal en conformidad con las actividades económicas. Los grandes capitales petroleros perfilan y pulen las leyes. Un ejemplo, la Reserva Nacional [Pacaya Samiria], donde se sitúa Bretaña, permite la extracción legal de hidrocarburos aunque después mezquina recursos naturales a sus pobladores ancestrales. Es el mismo Estado el que no respeta sus propias leyes ambientales y es el Estado quien evita remediar los graves problemas ecológicos causados por dicha actividad petrolera.

Coincidimos, por tanto, con Segato en que hay un poder paraestatal que controla la vida y muerte de las personas. ¿Existe un convenio entre PNP y Petrotal? Sea como fuere, el saldo deja 3 indígenas muertos y 17 heridos entre indígenas y policías. La falta de “gramática institucional” o la “falencia institucional” se percibe en el escaso control legal a las petroleras y los pésimos servicios estatales ofrecidos a los habitantes del lugar: Loreto es el peor departamento del Perú en comprensión lectora y matemáticas, el peor en conexión a internet y sigue ocupando los últimos lugares en desnutrición y anemia. Para unas cosas tenemos un Estado fuerte (aliado de las petroleras) y para otras un Estado débil (escasa calidad de servicios a sus pobladores).

¿Podemos acostumbrarnos a la crueldad? Parece que sí. La Defensoría del Pueblo había focalizado Bretaña como un lugar de posibles conflictos desde abril de 2019. El Estado permaneció ensimismado en el cambio de gobierno [que nos parece absolutamente coyuntatural, sin mayor incidencia] y el “cierre de brechas” [algo que también exige Petrotal, para que percibamos la gravedad del tema]. A pesar de todo saltaron los muertos. El Estado no termina de comprender la peligrosidad de la situación, ni cómo se está viviendo en las comunidades. El “cierre de brechas” puede ser otra oportunidad más para el despilfarro y la corrupción, pero iremos viendo. Las brechas son bastante más que dinero y economía, tiene que ver con la discriminación y el desprecio, entre otros muchos aspectos. Lo cierto es que los tres muertos indígenas no parecen pesar mucho al Perú. Da la impresión que se ha corrido un manto de oscuridad sobre los mismos.

Nos gustaría retomar el tema del dueño desde otra perspectiva. “Dueño” es una categoría indígena de gran calado. En otro lugar hemos distinguido entre “propietario y “dueño”. El primero es quien tiene derecho de propiedad. En el Estado moderno se exigen documentos que son expedidos por una determinada burocracia. Yo soy propietario de una casa si la construyo o la  compro a otro propietario previa adquisición de sus documentos. Dueño, en cambio, es quien ejerce señorío sobre alguien o algo, aunque no sea su propietario. Pongamos un ejemplo: presto siempre la misma motosierra a un señor X. El señor X es el propietario de la motosierra, posee sus documentos legales. Pero yo puedo llegar a ser su dueño si al trabajar con ella la cuido, me preocupo por no malograrla, atenderla en todas sus necesidades (aceite, gasolina, adornos…). La motosierra me conoce y establece una relación especial conmigo que puede ser de aceptación o de rechazo. No soy su propietario, pero la motosierra me reconoce como su dueño (Berjón Martínez & Cadenas Cardo 2018).

Pues bien, el Estado “se considera” propietario del territorio indígena. Se comporta como “dueño” en el sentido de Segato. Sin embargo, los pueblos indígenas son anteriores al Estado y tienen derecho a su territorio. Otra falacia es que el Estado considera a los pueblos indígenas sólo “dueños” del suelo, no del subsuelo [hidrocarburos]. Para el pueblo kukama el territorio no es únicamente una delimitación del espacio, como pretende el Estado, un espacio vacío en un mapa. Para el pueblo kukama el territorio implica una “humanidad territorializada”. Un espacio ocupado también por seres no humanos como la boa, el shapshico, o cualquiera de los otros dueños con quienes los humanos negocian a la hora de cazar, pescar o abrir chacra, entre otras actividades. Ser dueño implica cuidar, esto es, criar y proteger. Por tanto, los humanos son dueños de su territorio en tanto en cuanto negocian con los dueños que habitan esa “humanidad territorializada” (Campanera Reig 2018). Algo que no comprende el Estado y que las petroleras, ávidas de riquezas, no respetan.

Para ir concluyendo. Nos hemos servido del término “dueñidad” de Rita Segato para aplicarlo a un capitalismo salvaje, de rapiña. Por otro lado, acudimos al término kukama de “dueño” para enfatizar el cuidado, la protección del territorio y de las personas. Ambas acepciones nos han sido útiles, y las hemos aplicado de forma complementaria, para exponer nuestra visión de lo sucedido en el lote 95.

REFERENCIAS

- BERJÓN MARTÍNEZ, Manuel M. & CADENAS CARDO, Miguel Ángel (2018), “Motocarro matador”: variaciones sobre el dominio, en Estudio Agustiniano, N° 53, pp. 577-613, en https://www.agustinosvalladolid.es/estudio/investigacion/estudioagustiniano/estudiofondos/estudio2018/estudio_2018_3_04.pdf

- CAMPANERA REIG, Mireia (2018), Humanidad territorializada. Madres, dueños y personas que cuidan, en AIBR, vol. 13, N° 2, pp. 189-212, en https://www.aibr.org/antropologia/netesp/numeros/1302/130204.pdf

- SEGATO, Rita Laura (2016), La guerra contra las mujeres, Traficantes de Sueños, Madrid.

martes, 19 de septiembre de 2017

SOBRE EL DOMINIO: un breve comentario a una intervención artística en Nauta

Iquitos, 19 setiembre 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

Estamos acostumbrados a pensar que quien manda es quien ejerce el poder. Hay mucha razón en ello, pero no toda. En esta visión, los súbditos están oprimidos y no tienen ningún margen de maniobra. Lejos de ello. Los chismes, las ironías, las risas y medias risas son otras tantas formas de contrarrestar los discursos del poder. Con esto no se evita un poder tiránico, pero se hace más soportable y manejable.


Purawa, Escuela de Arte kukama, intervención en la pared de la iglesia antigua de Nauta.


La época del caucho pasa a ser uno de los periodos infaustos en la selva peruana, y no seremos nosotros los que lo contradigamos. Se calcula que sólo en el Putumayo murieron, a mano de los caucheros, 40.000 witoto. A esta cifra tendremos que sumar otros pueblos indígenas y otras latitudes. Sin embargo, la tiranía de los caucheros no refleja toda la situación de la época.

En boca de los subalternos aparecen discursos que enfrentan la autoridad. Discursos muchas veces soterrados, que esperan una mejor oportunidad para emerger, como han hecho ahora en las manos de estos pintores que han colocado en Nauta murales sobre la época del caucho recogiendo las memorias de quienes han sido silenciados por mucho tiempo.

La relación patrón-peón no es únicamente vertical, aunque ciertamente la verticalidad existe. Sin embargo, los peones también se pueden burlar de su patrón e, incluso, burlar su poder. En la muestra, podemos ver a los indígenas kukama pintándose de tigre negro para escapar de las garras del patrón. O utilizar técnicas de domesticación: elaborar refresco con el agua con el que se ha lavado los testículos. Eso no es una mala práctica de higiene, al contrario, es una forma de domesticar al patrón, de hacerlo sumiso, de revertir la relación patrón-peón, de domesticarle. En definitiva, de hacerse dueño de la situación. Eso no significa que los patrones pierdan su poder coercitivo. Pero, bajo el punto de vista indígena, el patrón pasa a obedecer las órdenes de sus peones. Se ha revertido la situación.


Purawa, Escuela de Arte Kukama, intervención en la pared de la antigua iglesia de Nauta


Pero si vemos la época del caucho no es simplemente por un ejercicio de historia, sino para hacer una analogía entre el comienzo del capitalismo (época del caucho) y el capitalismo neoliberal en el que vivimos con la actividad de hidrocarburos y todo lo que implica. No se trata de negar las evidencias: tanto los caucheros como los actuales petroleros se han beneficiado económicamente y han dejado un reguero de desastres ambientales, culturales y humanos. Sin embargo, es importante ver también las resistencias que se produjeron y continúan produciéndose, la apropiación de los mecanismos de control y las narrativas a ellas vinculadas. Sólo de esta manera encontraremos recursos para hacernos más humanos. Bajo el punto de vista indígena, en muchas ocasiones, son los peones indígenas quienes domestican al patrón, una forma de subyugarlo.
En definitiva, una muestra de pinturas en la ciudad de Nauta que dan mucho de sí. Felicitamos a radio Ucamara, como el anfitrión y adalid de esta muestra, y sugerimos que se amplíen y se conecten los discursos de la época del caucho (comienzos del capitalismo) con la extracción de hidrocarburos actual (capitalismo neoliberal). Y una felicitación especial a “Purawa, Escuela de Arte Kukama” por su contribución genial a este proyecto.


El cambio de gobierno de estos días ralentiza las urgencias y necesidades de los pueblos indígenas, como si no fuera una cuestión de Estado, más allá de qué personas en un momento determinado puedan pilotar el gobierno. Mucho nos tememos que lo que sucede en el lote 192, el Oleoducto Nor-peruano y otros asuntos queden relegados en estos momentos a otras prioridades que marque el nuevo gobierno. Pedirán tiempo, comprensión a los pueblos indígenas, paciencia…, para que todo siga igual. En definitiva, para indicar, nuevamente, que los asuntos indígenas no son cuestión de Estado. Y a pesar de todo, los pueblos indígenas saldrán de esta, como salieron de la época del caucho, aunque con un precio muy alto.

martes, 25 de abril de 2017

SUBVIRTIENDO EL RELATO OFICIAL: VOCES KICHWA DEL ALTO TIGRE

Iquitos, 25 abril 2017

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas


El lunes 24 de abril de 2017 se presentó en Iquitos el libro “Ñukanchi Ñawpa Timputa Yarisha Tandarishun. Surcando nuestra memoria”, de la Dra. María Antonieta Guzmán Gallegos, antropóloga de la universidad de Oslo. A continuación unas breves notas que habíamos preparado para dicha presentación. La presente redacción para este blog es posterior al evento reseñado.


“Los objetivos de "Ñukanchi Ñawpa Timputa Yarisha Tandarishun" son, en primer lugar, reforzar la memoria colectiva de las comunidades kichwas del alto Tigre y fortalecer el desarrollo de las capacidades comunicativas en lengua kichwa especialmente de la población joven. El segundo objetivo es generar mayor conocimiento de las dinámicas sociales y de las profundas transformaciones socio-naturales que la extracción petrolera ha causado en esta zona. Creemos que sólo una buena comprensión, que tome en cuenta la historia y las diferentes perspectivas de los pobladores de las comunidades puede generar respuestas adecuadas”: GUZMÁN GALLEGOS, María Antonieta (2017), Ñukanchi Ñawpa Timputa Yarisha Tandarishun. Surcando nuestra memoria.



© Manolo Berjón, abril 2017

Es un honor poder participar en la presentación de este libro de la profesora María Antonieta. Un trabajo realizado con las comunidades kichwa del alto Tigre. Una escucha paciente, un marco temporal amplio, una visión que integra la semimovilidad y pinceladas de interpretación muy adecuadas para situar el trastorno ocasionado por la irresponsable actividad petrolera. Un libro que recoge las voces subalternas para cuestionar el relato oficial que deja fuera las narraciones de los indígenas. Un libro dirigido principalmente a los comuneros jóvenes y adultos de las comunidades afectadas, con una gran proyección a nivel nacional, dado que afecta a pueblos indígenas con una actividad, la petrolera, que lejos de haber conseguido mayores cotas de bienestar las ha empobrecido y empeorado a niveles desastrosos. Hacemos nuestras las palabras del antropólogo Alberto Chirif en la presentación del libro al señalar que Loreto es la región del país con peores niveles de educación y salud. Terrible.

Pero, ¿qué podemos aportar nosotros a este evento? Sólo hemos visitado en una oportunidad Intuto, capital del distrito del Tigre, hace más de 20 años y nunca más nos hemos adentrado en dicho río. Nuestro espacio de movimiento ha sido el río Marañón por espacio de 20 años. ¿Qué aportar, entonces? Intentaremos unas pinceladas desde el pueblo kukama del bajo Marañón con quien hemos compartido la vida. No quisiéramos que nuestras notas desenfoquen el excelente trabajo de María Antonieta y las comunidades kichwa afectadas por la actividad petrolera.

La historia de San José de Saramuro y de Saramurillo es una historia de despojo [http://lacandeladelojo.blogspot.pe/2016/09/cuando-la-historia-resitua-la-hipotesis.html], una intervención estatal mirando únicamente el interés económico y obviando el tremendo impacto sobre pueblos indígenas y medio ambiente. Menos conocido es que en 2011 se desató el pánico en ambas comunidades, afectando más potentemente a Saramurillo. Según los pobladores kukama, el tigre negro, un espíritu que habita en el fondo del río, salió y recorrió ambas comunidades, atravesando la base petrolera. En San José de Saramuro afectó a varios pobladores, en Saramurillo muchas familias se reunían en las noches para dormir en la misma casa y protegerse. Un predador como el tigre negro sale a visitar las comunidades atormentando a algunos comuneros kukama. La ansiedad, la agresión… fruto de la actividad petrolera. En junio 2010 hubo otro derrame de petróleo en San José de Saramuro. Ese año se produjo una de las vaciantes más intensas en el bajo Marañón. En octubre 2010 visitamos la comunidad de Alianza, distrito de Nauta, cercana a San Pablo de Tipishca, y nos topamos con una viejita que subía de bañarse del puerto. Ella nos decía que la madre del río se estaba retirando debido a la contaminación y, por eso, se produjo la intensidad de la merma. Ambos acontecimientos, el tigre negro y la merma, no se pueden comprender sin la cosmología indígena. En este sentido, la actividad petrolera también ha causado un daño considerable a la cosmología de los pueblos indígenas. En la presentación del libro, Fernando Chuje, presidente de FECONAT, indicaba las muertes de muchos pobladores, incluidos algunos de sus familiares. La población indígena las interpretaba como fruto de la brujería, cuando en realidad era producto de la actividad petrolera, según señalaba el propio Fernando.

Otro aspecto que nos gustaría anotar es la importancia del olor. Para el pueblo kukama un niño recién nacido huele a pescado y son sus padres los que van dándole un olor propio, humano. Lo hacen a través de la leche materna, el cuidado, el contacto físico, las plantas, icaros… Cuando una persona ha estado comiendo o pishtando pescado (extraer las vísceras del pescado) se lava concienzudamente para eliminar todo su olor. El yacuruna, ser mitológico que habita en el fondo de los ríos y cochas, es una de las figuras más importantes de la alteridad y tiene un olor característico a pescado. Evitar el olor a pescado es la oportunidad de marcar la posición de humano, de distinguirse de los yacuruna. Pues bien, ¿qué supone para un indígena kukama que el pescado huela a petróleo? Sin duda, se afecta mucho más que la alimentación, siendo este un asunto de extrema gravedad. Es afectado el mismo concepto de persona.

Es momento de realizar una pregunta oportuna: ¿qué es un río? Definirlo como “una corriente de agua…”, como hacemos los occidentales, no da cuenta de lo que es un río para los pueblos indígenas. Ya hemos señalado la importancia del yacuruna y otros seres mitológicos que habitan sus aguas. No es suficiente con las plantas potabilizadoras en las comunidades, como pretende el Estado. “Somos nutrias” sentenció Fernando Chuje. No nos contenta una ducha, necesitamos el río para nadar y disfrutar de la vida. Y cuando nos bañamos tomamos agua del río, agua que exigimos limpia, sin contaminación. Es preciso recordar que las aguas de los ríos amazónicos son catalogadas de “uso industrial”. Todo lo que vamos diciendo necesitaría un desarrollo más elaborado, pero esto nos desvía de la presentación de este hermoso libro de María Antonieta. Pues bien, el río se convierte en un espacio donde fluyen diversos tipos de naves: las chatas petroleras, los rápidos y deslizadores… Todos ellos levantan grandes olas que afectan a las comunidades en época de creciente y a los barrancos en época de vaciante, reconfigurando el trazado del río. Cuántas canoas y botes pequeños han naufragado durante estos más de 45 años. Cuántas pertenencias y cuántas personas se han ahogado durante todo este periodo. No existen estadísticas, tal vez porque los estadísticos están más preocupados por el crecimiento del producto interior bruto, ese que oculta el sufrimiento de los indígenas y la afectación del medio ambiente, entre otros.


© Manolo Berjón, abril 2017




Un penúltimo punto que nos gustaría señalar sería la importancia del lenguaje. Los comunicados de Petroperú, seguramente de todas las petroleras, son perfectamente neutros, asépticos. Hablan de “contingencias”, en lugar de “derrames”. Es pertinente señalar con María Antonieta que los impactos de la actividad petrolera van mucho más allá de espacios y tiempos excesivamente delimitados. Los metales pesados y la contaminación fluye por los ríos y quebradas, viaja con los peces, aves… y con las personas que se desplazan continuamente. De igual manera sucede con el tiempo. Cuando cese la actividad petrolera, que debe cesar ya, continuarán las perniciosas consecuencias de la misma, por décadas. Es hora de plantear el cambio de matriz energética. El grito, el clamor… antecede al lenguaje. Este libro recoge el grito de los comuneros del alto Tigre. Ese sufrimiento que hurtan en el ‘correcto’ lenguaje de las petroleras.

La ‘contaminación’ es una palabra que se ha ido introduciendo en las cuencas petroleras. Es una palabra difícil. Tal vez no todos los comuneros puedan explicar lo que significa, pero sí tienen claro que es dañina. Es un término que les sirve para conversar con el Estado. Hace falta todavía realizar más trabajo. Pero, sin duda, el libro de María Antonieta es una excelente oportunidad para ahondar en el tema.

Y para ir concluyendo esta nota, se ha producido un cambio lingüístico de envergadura que hay que anotar en el debe de la actividad petrolera. Es importante esta conclusión, toda vez que se tiene poco en cuenta. El lenguaje configura el mundo.


Felicitamos a la doctora María Antonieta por su trabajo y deseamos que disfruten también de los dibujos realizados por los niños de las comunidades kichwa después de haber escuchado los relatos de los mayores. Un libro que contribuye a subvertir el relato oficial y pone sobre la mesa las voces kichwa del alto Tigre.

viernes, 9 de diciembre de 2016

MAISANGARA / MAITSANKARA

Iquitos, 9 de diciembre de 2016

La tradición indica que los varones en torno a los 17-20 años ya tenían mujer. Para entonces eran expertos pescadores y podían “mantener a su familia”. Eran independientes y desarrollaban el trabajo de la casa, aunque obedecían a su padre, que les orientaba y les transmitía la sabiduría necesaria en la vida. Para entonces ya eran unos experimentados “guerreros”. Eran capaces de superar los miedos y de enfrentarse a ellos. Los miedos eran “más objetivables”, se les podía poner rostro. Cuando se puede identificar el miedo es más fácil de poderlo combatir.

© Radio Ucamara

Ha pasado el tiempo, el miedo persiste porque es consustancial al ser humano y a la sociedad. Pero ha mutado, es más difuso, no es tan sencillo ponerle rostro, ni nombre. Lo que no se puede nombrar, lo innombrable, es más difícil de manejar. Y lo que no se puede manejar nos termina por paralizar, sin reacción posible. Por eso es tan importante ponerle nombre y rostro, individualizarle, para poderlo combatir. En nuestra opinión, este es uno de los varios aciertos que posee este videoclip.

Las relaciones de género en pueblos indígenas no es lo que parece. Tradicionalmente estaban repartidos los roles y se daba una complementariedad no exenta de tensiones, como la vida misma. Eso se ha ido modificando. Las mujeres se han ido quedando relegadas y se ha ido afianzando un machismo torpe. Entre otras cosas porque el “dinero” es algo que, en general, consiguen los varones. Prosigamos.

Las mujeres no tienen un rol pasivo. Ellas son las primeras que padecen las consecuencias. Tienen que enfrentar la escasez. No es justo lo que está pasando. Son grandes narradoras. En el video se escucha decir: “la garza sólo tiene barro en el pico, hasta ha cambiado de color. Ya no más, maisangara”. La garza, en el pueblo kukama, es un “gran pescador”, como los varones. El encontrar únicamente barro en el pico distorsiona las relaciones de género en el pueblo kukama, además de la economía, la política, la migración...

Nuestros viejos oídos ya no están para tanto “ruido”. Los muchachos del kumbarikira han crecido. Hacen arte en medio de una situación compleja y consiguen una canción bien estructurada y con un mensaje sencillo y directo. Las imágenes son bellas y la secuencia de las mismas está bien organizada. El videoclip refleja perfectamente algunos de los miedos. El plantarles cara es la posibilidad de superarlos.

Hay una querencia de los pueblos indígenas por la fuerza que se refleja en este tipo de músicas. Los Pewmayen y los Kutre Ñuke mapuche, los Lumaltok en tsotsil, o los Arandu Arakuaa brasileños cantando en tupí antiguo, son unos pocos ejemplos de músicos jóvenes indígenas abriendo caminos nuevos. Bienvenido sea maisangara, bienvenido el poner nombre a los miedos, bienvenida la oportunidad de buscar en el arte una expresión que permita difundir mensajes y combatir el miedo. Felicitaciones a todo el equipo que lo ha hecho posible. Aunque nuestros viejos oídos ya no estén acostumbrados a estos ritmos, bienvenida la sangre fresca de la juventud.


Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

lunes, 28 de noviembre de 2016

MATRIZ ENERGÉTICA Y NECESIDAD DE POETAS PARA LAS CONVERSACIONES EN SARAMURILLO

Iquitos, 28 de noviembre de 2016

Hoy día, lunes 28 de noviembre de 2016, se da inicio a las conversaciones entre los dirigentes indígenas del paro en Saramurillo y el gobierno peruano. Han dicho que durarán 15 días, falta ver el desarrollo del mismo. Señalamos algunas ideas que nos parecen fundamentales. No sabemos si van a formar parte de las conversaciones, pero creemos que, por su trascendencia, no deberían quedar al margen.


© Barbara Fraser, noviembre 2016, entrega de barcazas para comienzo del diálogo en Saramurillo


MATRIZ ENERGÉTICA

Los dirigentes indígenas han reiterado hasta la saciedad que la actividad petrolera no va en estas circunstancias. Si comprendemos bien la propuesta estarían indicando que ha llegado el momento del cambio de la matriz energética.

“Sabemos que la tecnología basada en com­bustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor me­dida, el gas– necesita ser reemplazada progresiva­mente y sin demora. Mientras no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por lo me­nos malo o acudir a soluciones transitorias. Sin embargo, en la comunidad internacional no se logran acuerdos suficientes sobre la responsabi­lidad de quienes deben soportar los costos de la transición energética. En las últimas décadas, las cuestiones ambientales han generado un gran de­bate público que ha hecho crecer en la sociedad civil espacios de mucho compromiso y de entrega generosa. La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales. En este sentido se puede decir que, mientras la humanidad del período post-indus­trial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosi­dad sus graves responsabilidades”: Francisco, Laudato Si, n° 165.

Nos sugiere muchos comentarios, pero dos nos parecen oportunos en este momento: “transición energética” y “la política y la empresa reaccionan con lentitud”. Añadimos un tercero por su trascendencia: necesitan reemplazarse “progresivamente y sin demora” los combustibles fósiles.

Para que las conversaciones en Saramurillo sean serias, hay que afrontar la “transición energética”. El lote 192 está prácticamente agotado, y el lote 8 no tiene muchas reservas. Y en ambos lotes el petróleo es de mala calidad, muy pesado. Estos simples datos ya deberían ser suficientes para plantear la transición energética de forma inmediata. Además, el gobierno anterior decidió, a nuestro parecer unilateralmente, sin tener en cuenta a los pueblos indígenas, invertir 3500 millones de soles en la planta de Talara. Y este año se cerró un contrato para que el crudo ecuatoriano utilice el Oleoducto Nor-peruano. Estas dos decisiones afectan poderosamente estos territorios indígenas. No reconocerlo, o esconderlo, es falta de buena voluntad. Y esto afecta a las posibles titulaciones de territorios. En tiempos de capitalismo global, el territorio no puede ser pensado únicamente como un espacio delimitado, no es suficiente. Hay que tener en cuenta los procesos de desterritorialización y reterritorialización. Pero volvamos al inicio del párrafo. Si no se acuerda un calendario con plazos, y revisable, para la transición energética continuaremos impactando los territorios indígenas con energías fósiles, no renovables, con graves consecuencias ambientales y desastrosas secuelas para los pueblos indígenas.

Si estamos en lo cierto de la necesidad de cambiar la matriz energética, entonces el proceso de conversaciones no puede durar 15 días. Hay que construir un calendario con objetivos claros y con etapas. Todo ello tiene que ser revisable. Ahora es el momento oportuno para introducir esta temática.


CUIDADO DEL LENGUAJE

No se trata de copiar únicamente términos de otros escenarios y aplicarlos a la situación. Es preciso inventar un lenguaje apropiado que se adecúe a la realidad. Es difícil, pero es completamente necesario. Lo que se está haciendo en estos momentos para “limpiar” / “remediar” /  “reparar” / “restaurar el paisaje” / “rehabilitar” (señalamos únicamente la complejidad de los términos) de los derrames en el Oleoducto Nor-peruano es ingenuo por muchos motivos. No tiene en cuenta el stress provocado en los peces y los cambios morfológicos en los mismos: carapa más gruesa, úlceras… Es decir, localizar la limpieza únicamente en el lugar donde ha ocurrido el derrame es absurdo. Implica un desconocimiento mayúsculo de los ecosistemas. Los peces no son plantas, se mueven, han huido, pero han sido agresivamente impactados. Considerar Monterrico, San Pedro… y los demás puntos de derrames como espacios delimitados es obsceno. Deja fuera las comunidades intermedias que también han sido poderosamente mal tratadas en su pesca. De igual modo, es absurdo no reconocer que este tipo de desastres impacta fuertemente en la reproducción de los peces (¿y en humanos?). Para nuevas situaciones necesitamos nuevas palabras.

La pelea no está en lo técnico, aunque lo técnico es absolutamente necesario y hay que argumentar bien. El puro pragmatismo y tecnicismo es jugar con las reglas impuestas por el Estado. El sentido lo genera lo improductivo: los poetas, los creadores de palabras, los artistas, los filósofos… Los necesitamos en este proceso. Su tarea es crear escenarios más allá del mero pragmatismo. Para ello es ineludible la creación de nuevas palabras para nuevas situaciones. Invocamos a los artistas en general que utilicen sus creaciones en beneficio del medio ambiente y de los pueblos indígenas.

Cuando se produjeron las conversaciones con el Estado para la aprobación de la “hidrovía amazónica”, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y sus tecnócratas introdujeron el término “malos pasos”. Con este concepto designaban lugares poco profundos y con palizadas. La misma designación de “malos pasos” lleva asociado la limpieza de los mismos para que los grandes barcos, no las canoas ni los botes indígenas, puedan transitar. Los indígenas kukama, a esos mismos lugares, los denominan “bancales”: lugares de poca profundidad que utilizan los peces para descansar, entre otras funciones. Por tanto, en la visión kukama, lejos de ser “malos pasos” son “lugares excelentes”. Las muchas reuniones, y la falta de pericia de los indígenas en la redacción de documentos, llevó a que el MTC volviera a introducir el término “malos pasos”, desterrando el término “bancales”. La consecuencia fue desastrosa: se permite dragar los ríos amazónicos. La lucha por el lenguaje es la lucha por la realidad. “El lenguaje configura la realidad”.

Algunos consideran que se ha producido un cambio sustancial en cuanto a enfermedades se refiere: de enfermedades víricas a enfermedades neuronales. Sin que hayan desaparecido las primeras, las segundas han hecho su aparición. Notemos que en la época de las reducciones de Maynas se produjo una considerable disminución poblacional porque en aquel momento no eran conscientes de las enfermedades propagadas. No se trata de copiar o trasladar ingenuamente, sino de hacer preguntas inquietantes e interesantes para “sentir/pensar nuestra realidad”. ¿Qué significa que haya personas en el río Corrientes y en la comunidad kukama de Cuninico con metales pesados en su sangre? ¿Qué implica que algunos pescados tengan sus escamas más duras y presenten algunas modificaciones morfológicas? ¿Se han producido cambios genéticos en algunas especies de plantas, peces…? Nada de esto se puede saber sin los exámenes correspondientes, que también incluyen exámenes toxicológicos y epidemiológicos. Pero no basta con realizar estos exámenes, hay que interpretarlos y sentir/pensar desde ellos.

Los indígenas han propuesto una “Comisión de la Verdad”. Estamos completamente de acuerdo con el propósito de la misma y confiamos y solicitamos que se constituya, aunque solicitamos a los poetas que busquen una nueva denominación. Nos gustaría hacer algunas precisiones que nos lleven a buscar nuevos términos para nuevas realidades. Sugerimos tres tipos de cuestionamientos:

1.   En primer lugar, el concepto de “verdad”. Para los Occidentales tiende a ser “objetiva”. En cambio, para pueblos indígenas es más bien subjetiva. La verdad es posicional, depende de la persona que la juzgue. Un chamán es bueno o malo (brujo) dependiendo de la relación que mantengo con él: si cura a mi hijo…, será bueno; si me hace daño, será malo. Si es bueno para mí, mi enemigo lo tendrá como un brujo. Enemigo es el concepto más importante en la Amazonía indígena. Por tanto, bueno o malo depende de la persona que lo narre.

2.       Segundo, las comisiones de la verdad están vinculadas a los derechos humanos. En la Amazonía indígena tan humanos son las personas como los animales, los espíritus, el río y algunas cosas. La consecuencia es muy sencilla: en la Amazonía indígena se produce una “ampliación del círculo de lo humano”. Por tanto, los “derechos humanos” en la Amazonía indígena incluyen los derechos de todos los “humanos”: animales, espíritus, río, cosas… Algunas tendencias actuales del derecho están hablando de los “derechos de la naturaleza”. Estando de acuerdo con esta postura, desde la Amazonía indígena se le podría reprochar que la dualidad naturaleza / cultura de la que depende no es aceptable en pueblos indígenas. Las palmeras, por poner un caso, son fruto de la intervención humana por miles de años. Y existen palmeras en los lugares más recónditos de la Amazonía. A un niño enfermo se le impone la arcana: el chamán le pone el espíritu de un animal fuerte para que le proteja. Como vemos en estos ejemplos la dicotomía naturaleza / cultura no se sostiene en la Amazonía indígena.

3.       Tercero, el tiempo. Están pensadas para meditar sobre el pasado inmediato en forma de narración lineal. Siendo importante, y estando nosotros de acuerdo, en la Amazonía indígena el tiempo no es lineal y existe una “amnesia genealógica” que corre un velo sobre las generaciones que no se han conocido. Nadie recuerda más allá de la generación de sus abuelos (o, en todo caso, bisabuelos). Lo que va sucediendo se recoge, en el caso del pueblo kukama, en narraciones que se depositan en el río. Y así tenemos que escuchan campanas, vacas o gallos en el río, como recuerdo de la época de las reducciones de los jesuitas. Todo esto nos habla de unas técnicas de memoria diferentes, que también deben ser tenidas en cuenta.

Para restañar las heridas provocadas por el Oleoducto Nor-peruano es preciso un estudio internacional transparente con la participación de las organizaciones indígenas. No tenerlo en cuenta sembrará la duda y con la duda no puede haber confianza. La revisión de los contratos de los lotes petroleros 8 y 192 son del todo necesarios. Y así el resto de los 7 puntos planteados por la plataforma indígena.


MESIANISMO

Concluíamos la nota anterior sugiriendo cierto mesianismo. Ahora está más claro. Algunos pastores presentaban al “Comandante” como un enviado de Dios. Puede verse en la revista Caretas cómo este personaje ha estado vinculado con el fujimorismo y la falta de respeto con los derechos humanos: http://diariolaregion.com/web/ex-militar-funge-de-apu-segun-revista-caretas/. Ha habido alboroto sobre cómo ha contactado con los apus. A nosotros no nos escandaliza esto. Otras organizaciones indígenas han estado vinculadas a otros movimientos políticos y tampoco nos asustaba. El tema no son los vínculos, sino si las reivindicaciones son justas. Los movimientos políticos que se arriman, sean del tipo que sean, no nos gustan, nunca nos han gustado y nunca nos gustarán. Pero cada uno es libre de pensar lo que le parezca. La política partidaria, con un horizonte de 4 ó 5 años, siempre nos ha parecido pequeña, diminuta, canija. Nos interesa mucho más la gran Política, aquella que afecta a mucha población o a poblaciones vulnerables, a aquella que marca tendencias importantes en el tiempo.

El Comandante en cuestión llegó a Saramurillo en un momento de tensión. En nuestra opinión, este desembarco estaba preparado desde el poder. Y algunos apus lo vieron como una solución. Lo cierto es que les contactó con el Ministerio de Defensa y permitió que una delegación viajara a Lima. Lo que a nosotros nos parece obsceno de toda esta situación es cómo un personaje con semejante historial accede tan rápidamente al poder, cómo tiene contactos en el gobierno. Nos parece pornográfico. En segundo lugar, este contacto, aunque repugnante, no invalida los reclamos históricos del paro indígena. Quien debiera dar una respuesta no son únicamente los indígenas, sino el ministro de Defensa.

No es la primera vez que se presenta o le presentan a una persona como el Mesías. Los cristianos estamos avisados por el propio Jesús: “No se dejen engañar cuando varios usurpen mi nombre y digan: Yo soy el Mesías. Pues engañarán a mucha gente. Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerra. Pero no se alarmen; todo eso tiene que pasar, pero no será todavía el fin” (Mt 24, 4-6).

Somos conscientes que hay un fuerte componente indígena en todo esto. Consideramos que los movimientos mesiánicos dan esperanza en tiempos duros, difíciles, complicados y, en ocasiones, desesperados. Lejos de nosotros juzgar duramente esta situación. En esos momentos en Saramurillo mucha gente tenía miedo y se decía: “nos van a venir a matar”. Imaginen el escenario cuando apareció irresponsablemente el dron, como ya relatamos en la nota anterior.


Para concluir, bienvenidas las conversaciones en Saramurillo. Es preciso organizar escenarios nuevos que permitan avanzar en las conversaciones. El Estado debe evitar “dar concesiones” cicateras a los indígenas. Estos últimos son igual de ciudadanos que los blancos. No están en juego concesiones, sino derechos. Y los derechos se ejercen y se reclaman. En ello se juega la democracia y la justicia. Continuaremos atentos a todo este proceso.



Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas

lunes, 14 de noviembre de 2016

SARAMURILLO COMO SÍNTOMA

Iquitos, 14 de noviembre de 2016

La fiebre es un síntoma de que algo va mal en nuestro cuerpo. Un paracetamol elimina los síntomas externos, pero si no hemos atacado las causas, de nuevo volverá a aparecer la fiebre. Necesitamos un sistema médico (chamánico, occidental, oriental, alternativo…) que diagnostique el origen y la fuente de la enfermedad para combatirla. Sólo de esta manera es posible eliminar la fiebre definitivamente. En nuestra opinión, Saramurillo es un síntoma de una enfermedad que está aún por diagnosticar. El paracetamol elimina la fiebre, pero deja intacta la causa. Una vez pasado el efecto analgésico, regresará de nuevo la fiebre. Hemos calificado Saramurillo como desafío en otras oportunidades, ahora pretendemos pensarlo como síntoma.

© Barbara Fraser, noviembre 2016


Ya sabemos que Saramurillo es el punto de concentración en el distrito de Urarinas y provincia de Loreto, en el área de amortiguamiento de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, de varias organizaciones indígenas afectadas por los lotes petroleros 8 y 192. Llevan más de 70 días de paro y ha recibido, en nuestra opinión, escasa atención, pese a que el desafío que presentan es mayúsculo. Pero, ¿síntoma de qué? Desgranaremos algunos acontecimientos para percibir la gravedad de la enfermedad y la necesidad de pensar lo local como una luz que ilumine lo global, en este caso: el Perú.

1.       Los derrames de petróleo van en aumento. Terrible. Dos en la última semana: en el km. 15.3 y entre el km 20 y 25 [https://www.oefa.gob.pe/noticias-institucionales/el-oefa-se-encuentra-investigando-un-nuevo-derrame-de-petroleo-ocurrido-en-el-oleoducto-norperuano-en-loreto]. Las verdaderas víctimas son las comunidades indígenas afectadas. Los comunicados de Petroperú destilan demasiada autocomplacencia y poca compasión con las comunidades y el medio ambiente, pese a nombrarlos, pero de pasada [http://www.petroperu.com.pe/portalweb/Main.asp?Seccion=3&IdItem=807]. Ahora bien, no se puede ni debe desviar la atención sobre los lotes 8 y 192, como están planteando en el paro de Saramurillo. Y no nos olvidamos de la remodelación de Talara, que es lo que presiona sobre estos lotes de la selva, unido al acuerdo con Ecuador de utilizar el Oleoducto Nor-peruano. Digámoslo una vez más: los indígenas plantean que la actividad petrolera no va en estas circunstancias. Lo demás son parches baratos.

2.       Todos recordamos cómo una delegación gubernamental llegó a Saramurillo en la primera quincena de octubre 2016 para conversar con los indígenas. Uno de los asesores presidenciales de aquel entonces, Jorge Villacorta, estaba presente en la reunión, provocó un pequeño altercado y fue expulsado de la misma. Al llegar a Lima se produjo su renuncia/cese como asesor del Presidente de la República [http://larepublica.pe/politica/812197-renuncian-asesores-de-ppk-jose-laban-y-jorge-villacorta]. En aquella oportunidad nos preguntábamos si era necesario que fuera a la zona un asesor presidencial para alborotar la reunión. Tranquilamente se podía haber evitado.

3.       La ayuda humanitaria que prometieron no llegó a su destino. Mientras nosotros tomamos agua, tan ricamente, las comunidades afectadas por los derrames no tienen agua potable y el agua que tomaban, ahora está contaminada con petróleo [http://www.ideeleradio.org.pe/lo-ultimo/loreto-denuncian-falta-de-agua-en-comunidades-afectadas-por-derrame-de-petroleo/]. En nuestra opinión, esta falta de atención humanitaria es gravísima. Nos deshumaniza a todos porque implica desinterés por la humanidad de las verdaderas víctimas de los derrames en el Oleoducto Nor-peruano.

4.     El 28 de octubre de 2016 se declaran en emergencia los distritos de Parinari y Urarinas: D.S. N° 083-2016-PCM [http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/declaran-el-estado-de-emergencia-por-derrame-de-petroleo-en-decreto-supremo-n-083-2016-pcm-1447950-2/]. No se sabe muy bien en qué consiste. Y, sobre todo, no se informa a la población local que permanece  ajena a las decisiones que va tomando el ejecutivo. El mismo día de esta declaratoria de emergencia se produjo otro derrame en la comunidad de 6 de Junio, distrito de Lagunas.

5.       Todo país necesita cuidar sus infraestructuras, esto no se puede discutir. Pero, ¿era necesario el decreto legislativo del 5 de noviembre de 2016: D.L. N° 1245? [http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/decreto-legislativo-que-modifica-el-codigo-penal-para-garant-decreto-legislativo-n-1245-1450260-1/]. Algunos expertos afirman que este decreto no aporta nada nuevo. Entonces, ¿para qué? Da la impresión que algunos grupos de funcionarios se disparan por donde les parece o pueden, sin mayores coordinaciones.  Otra interpretación más plausible lo leería como un interés especial en el Oleoducto, de ahí sus prebendas, sin importar la gente de las comunidades indígenas afectadas: las verdaderas víctimas. ¿Ha servido el decreto para evitar los derrames? Véase punto 1.

6.       23 de octubre: El tránsito fluvial está cortado en el Marañón. Un “ponguero”, un bote rápido que hace la ruta San Lorenzo - Nauta, intenta burlar el paro y hace unos disparos al aire. [http://rpp.pe/peru/loreto/saramurillo-retienen-a-tripulantes-que-dispararon-contra-nativos-noticia-1004579]. Los indígenas le capturan y posteriormente lo entregan al fiscal de turno. ¿Quién tiene autorización para portar armas? ¿De dónde han salido esas armas? ¿Por qué se utilizan creando caos? ¿No es una premisa que el único “dueño legítimo de la violencia” es el Estado?

7.       El 8 de noviembre de 2016 los indígenas retienen a 4 personas del Servicio de Inteligencia de la Marina, les requisan un dron y varias armas  [http://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/iquitos-nativos-retuvieron-agentes-marina-saramurillo-n253813?hootPostID=bfeb7111a74c31e136d6e5594adc3b30].

a.       ¿Se vigila el Oleoducto a escasos metros del paro indígena? Es una versión poco confiable. ¿Estaban preparando el desembarco de la delegación gubernamental? Es posible. Pero lo han hecho chapuceramente. O bien, el dron en cuestión tiene una autonomía muy limitada y entonces no merece la pena utilizarlo; o bien, la inteligencia brilla por su ausencia.

b.      ¿Alguien pensó el miedo que pudiera provocar un dron en los indígenas? ¿Alguien se imaginó que pudiera haber desembocado en pánico? ¿Y si los hubieran tildado de pelacaras?

8.       Miedo por parte de los funcionarios y gobernantes peruanos de su propia población. Esto nos parece particularmente grave. A nuestro parecer refleja dos cosas:

a.       Somos una sociedad con compartimentos estancos, donde no hay relación de unos grupos humanos con otros.

b.      El miedo es un factor que nos previene de los peligros. Pero un gobierno no puede tener miedo de circular por su propio territorio. Los indígenas en Saramurillo han dado muestras durante la primera visita de respeto y ofrecen garantías. ¿A qué se debe la desconfianza y el temor?

En nuestra opinión, Saramurillo puede ser leído como un síntoma de una sociedad con graves carencias que pasamos a enumerar rápidamente:

1.       Grupos humanos que no se relacionan más allá de su propio círculo y donde la versión blanca de la vida se impone. El desconocimiento de los diferentes raya lo absurdo. La gente de la ciudad, en general, tiene dificultades para comprender e interpretar lo que sucede. Iquitos es paradigma de esto: la población echa la culpa del alza de precios de los productos al paro indígena. Todo ello motivado por medios de comunicación inescrupulosos. En general, los periodistas de la región Loreto no han estado presentes en Saramurillo. Por tanto, unos medios de comunicación que pudieran ayudar a señalar las brechas sociales e intentar aportar elementos para una democracia más equitativa han sido fácilmente domesticados por los poderes: sobre todo el económico, que son los que verdaderamente mandan. Interculturalidad es solo una palabra.

2.       Discriminación. Consideramos que la renuncia/destitución del asesor de PPK se debió al momento en que sucedió: unido a escándalos protagonizados por otros asesores gubernamentales. Fue todo en el mismo paquete y no le quedó más remedio que renunciar/cesar. Pero no ha habido pedido de responsabilidades a nadie más, pese a los despropósitos que señalamos. Pensamos que el motivo es muy sencillo: discriminación. Lo que les sucede a los indígenas carece de interés, por eso se puede equivocar una persona/institución, pero no se le exigen responsabilidades políticas al respecto. En otros ámbitos, más alejados de la cuestión indígena, si alguien se equivoca, presumiblemente tiene que renunciar. Enfatizamos el “presumiblemente” porque nos parece que no se hace suficientemente. Esto es una cuestión de higiene democrática. Alguien que comete una falta grave debería estar inhabilitado para ejercer un cargo público.

3.       No parece que haya una persona que esté coordinando el tema de Saramurillo para darle una solución, sino que diferentes estamentos estatales realizan acciones por su cuenta. Esta desconexión nos parece absolutamente perjudicial.

4.       Nos da la sensación que en el fondo se trata de “dar concesiones” a los pueblos indígenas. Y, no. Por ahí, no. No se trata de concesiones, sino de derechos. ¿Si no reclaman, no tienen derecho a un medio ambiente sano, educación, infraestructura…? Este es el error. Los pueblos indígenas son sujetos activos con los cuales hay que conversar para garantizar y preservar su vida. La vida, el agua, la salud… no tienen precio. La riqueza de un país no son sus recursos naturales, es su gente. Sentimos que se busca cerrar el tema Saramurillo, al que instamos a buscar verdaderas soluciones lo antes posible, sin atender las justas reivindicaciones que plantean. Si esta hipótesis fuera cierta, será un paracetamol que alivia la fiebre momentáneamente, pero regresará con más fuerza porque la causa permanece inalterable.


Post Data:

El 13 de noviembre de 2016 han bajado a Iquitos unos 80 apus desde Saramurillo. Hoy, lunes 14, estarán en Iquitos y viajarán a Lima. Se están produciendo cambios significativos en la dirigencia de este movimiento. Da la impresión de que aparecen temas mesiánicos, lo cual nos habla de los niveles de sufrimiento soportados por décadas y la necesidad de resistir y salir de esta situación. Cuando el establishment no da respuesta los movimientos milenaristas aparecen. Estaremos atentos. Hay que explorar la relación entre milenarismo, escasez de recursos naturales y necesidad de dinero, que ya habíamos señalado en un artículo anterior.

Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas