Iquitos, 12 de junio de 2016
La semana pasada varios
dirigentes indígenas del pueblo kukama y del pueblo wampis se presentaron ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Santiago de Chile, para informar
sobre los problemas causados por las continuas rupturas del oleoducto
Nor-peruano. Ha sido un largo recorrido. Se han ido sorteando múltiples
dificultades hasta que Petroperú ha tenido que reconocer su error y pedir
perdón: con la boca chica, pero perdón.
Cuando se produjo el derrame de
petróleo en la comunidad nativa kukama de Cuninico, en junio de 2014, no
podíamos imaginar que dos años después estaríamos hablando del tema. En los
derrames anteriores no habíamos podido mantener la información más de un mes.
¿Por qué en esta oportunidad ha sido posible? Hay varias causas que merece la
pena reseñar:
Flor de María Parana, Cuninico. Ambos en la audiencia CIDH
Los
temas de medio ambiente tomaron protagonismo en Perú a partir de la década del
90 del siglo pasado. Esto fue posible debido a dos hechos concatenados:
a.
En 1992 se apresa a Abimael Guzmán, cabecilla de
Sendero Luminoso. Poco a poco este grupo terrorista se fue resquebrajando. Esto
permitió que el Estado no tuviera que reparar “torres voladas” y otras
infraestructuras dañadas por este grupo terrorista. Lo que generó un mayor
clima de confianza y el no tener que invertir siempre en la infraestructura que
volaban los terroristas.
b.
A esto se une una mayor inversión extranjera.
c.
Fruto de lo anterior, se fue dando un paso
paulatino, aunque demasiado lento para nuestro gusto, de defensores de derechos
humanos a defensores ambientales. La “inversión minera” les fue abriendo los
ojos. Todavía recordamos cuando planteábamos el tema en Lima y las ONGs de
derechos humanos se burlaban directamente de nosotros.
2. El
crecimiento económico peruano, asimétrico, ha ido dejando algunas migajas en
las zonas alejadas del país. Para nuestro propósito han sido importantes otros
dos factores:
a.
Teléfonos. Durante los primeros derrames era
imposible sacar la noticia porque no había medios técnicos. En un derrame
anterior, el año 2000, cuando planteamos la posibilidad de un teléfono público,
un defensor de derechos humanos que nos ayudó mucho, nos dijo: “tampoco se
pasen, un teléfono no tiene nada que ver con el derrame”. El año 2014 ya había
teléfonos públicos en casi todas las comunidades del bajo Marañón. Al día de
hoy casi todas las comunidades cuentan con servicio de telefonía móvil.
b.
En febrero 2014, se abre la ruta Yurimaguas-Nauta
en rápido. Eso permite llegar en el día desde Nauta a Cuninico. Eso facilitó la
llegada de periodistas, abogados, ingenieros… y otros profesionales para apoyar
a la comunidad de Cuninico.
c.
Nuestros apoyos, tejidos durante años,
permitieron que se diera a conocer la noticia del derrame.
3.
Un
derrame en una quebrada queda retenido, es más visible. Mientras que un derrame
en el Marañón deja una huella medioambiental similar, pero es menos visible. La
corriente termina por llevárselo.
A nuestro parecer, este
acercamiento y mejor acceso, junto con una mayor sensibilidad ambiental, ha
permitido levantar el tema. Dos años después, todavía se sigue hablando del
derrame de Cuninico. Los asesores de Petroperú no han tenido en cuenta los
cambios que se han ido produciendo. Y eso les ha llevado a cometer graves
errores. Estaban acostumbrados que no sale la noticia, por tanto, se puede
dejar que los indígenas se queden sin agua y pescado, no pasa nada, ¡son
indígenas! La agresión al medio ambiente es grave cuando se da a conocer. Si no
se da a conocer, parecía pensar Petroperú, no pasa nada. Todo esto es muestra
clarísima de la fuerte discriminación y falta de sensibilidad.
En Cuninico, Petroperú pretendió
limpiar la zona del derrame en una semana. La verdad es que Petroperú no ha
tenido profesionales que estén a la altura de las circunstancias. A los hechos
nos remitimos: tantas mentiras, tantas promesas incumplidas, tantos intentos de
manipulación, tantos comentarios regados contra los defensores del medio
ambiente…, para tener que reconocer, la semana pasada, en Santiago de Chile,
delante de la CIDH, que han errado y tener que pedir perdón.
Siendo importante esta petición
de perdón, nos sabe a poco. Se puede perdonar, pero son los afectados los que
tienen que ofrecer el perdón, no otra gente. Se puede solicitar el perdón, pero
sería necesario que de nuevo pidieran perdón delante de los medios de
comunicación y en la misma comunidad de Cuninico. Lamentablemente los medios de
comunicación no se han hecho eco de la noticia. El perdón tiene que ir
acompañado de propósito de la enmienda. De nada sirve pedir perdón si no se
cambia el Oleoducto Nor-peruano que está en pésimas condiciones. El ministro
del medio ambiente, Pulgar Vidal, reconoció hace unos meses la falta de
mantenimiento de dicho Oleoducto. A qué estamos esperando: ¿que se rompa otra
vez el Oleoducto Nor-peruano?
Wrays Pérez, dirigente wampis
Dra. Rita Ruck, abogada de la Comisión Derechos Humanos Vicariato Apostolico de Iquitos
Galo Vásquez, apu de Cuninico
Flor de María Parana, Cuninico.
Todavía resuenan en nuestros
oídos cómo Petroperú culpaba a los indígenas de ser ellos quienes rompían el
Oleoducto. Ese grado de cinismo no tiene salida. Ya decía Jesús aquello de que
nada hay escondido que no llegue a saberse.
Pueden ver lo sucedido ante la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en Santiago de Chile en la siguiente
página: https://www.youtube.com/watch?v=AG17mzdMiEU
Felicitamos a Flor de María Parana, en cuya casa nos hemos hospedado durante tantos años cuando íbamos de visita, y al apu Galo Vásquez, ambos de la comunidad nativa de Cuninico, perteneciente al pueblo kukama, asimismo felicitamos al dirigente wampis, por la valentía de presentarse ante la CIDH y decir la verdad de lo que está pasando en sus pueblos a raíz del Oleoducto Nor-peruano. Esperamos que el próximo gobierno adecúe dicho oleoducto a las normas ambientales peruanas.
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
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