Para Gilter Yuyarima y Sonia
Caritimari, Animadores Cristianos.
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
Parroquia Inmaculada
- Iquitos
El dispositivo que se ha montado
en los principales puertos de Iquitos para que no naveguen botes, que nos
creímos los primeros días, ha terminado por ser permeable. Reconocemos que es
difícil cerrar los ríos. Un compañero de Indiana nos dice que hace cuatro días
atrás llegó un bote desde Iquitos. Antes de ayer Leonardo Tello señala en su fb
que la carretera con Nauta es un coladero porque llegan hasta gaseosas. [¿Son
necesarias las gaseosas en este tiempo?]. De igual manera con el puerto. Unos
Animadores Cristianos de la Comunidad Nativa de Nueva Alianza, en la boca del
río Urituyacu, nos envían una foto cerrando el paso de entrada en dicho río,
situado en el distrito de Urarinas, provincia y región Loreto.
© Manolo Berjón 2013, Comunidad de Nueva Alianza
Gilter y Sonia han venido
insistiendo, desde el comienzo de la cuarentena, a la comunidad y a sus
autoridades, que tenían que cerrar el río. El jueves pasado han llevado a cabo
el cierre. Han demorado todo este tiempo en convencer a la comunidad. Entre
otras cosas, por falta de comunicación pertinente por parte del Estado, uno de
los talones de Aquiles de esta pandemia en la panamazonía y más allá. En este
tiempo han entrado, al menos, 5 botes al río Urituyacu. ¿Habrán llevado el
coronavirus? No lo sabemos, habrá que esperar. Aunque bien haría el Ministerio
de Salud de estar alerta.
© Gilter Yuyarima abril 2020, boca del río Urituyacu cortado con soga de red, comunidad de Nueva Alianza
© Manolo Berjón 2013, comunidad de Nueva Alianza
Cortar la entrada del Urituyacu
no es una decisión fácil. Significa que las comunidades de dentro se quedan sin
ningún tipo de suministro. Cosas tan triviales como adquirir fósforo, pilas,
cartuchos…, o vender algo de caza o incluso gallina… se ven truncadas. Sin
embargo, en ocasiones excepcionales como esta lo amerita.
Nueva Alianza es una comunidad
muy compleja, con familias que se han asentado provenientes de muchos lugares,
incluidos comerciantes. Se dedican tradicionalmente a la pesca y a la chacra.
Pero, al estar situada en la boca del Urituyacu, ha crecido mucho en los
últimos 20 años. Es uno de los puntos donde se reparte el Programa Juntos y
Pensión 65. También es un lugar de abastecimiento de las familias que viven en
el interior del Urituyacu: unas 15 comunidades [porque hay mucho movimiento y
no es tan fácil precisar cuántas comunidades hay en este momento]. Un lugar
donde se han asentado muchos comerciantes.
En el Urituyacu habitan los
pueblos indígenas kukama, urarina y omurano. Estos últimos son muy pocos, y
están mezclados con los urarina, pero fueron los habitantes ancestrales de este
río. Cortar la entrada significa protegerles. La decisión que ha tomado la
comunidad de Nueva Alianza, si es que no está ya el coronavirus dentro, les
protegerá. Al menos, durante un tiempo. Nuestra mayor preocupación vendrá
cuando se levante el confinamiento y comiencen los movimientos por todos los
ríos de la Amazonía. Nos parece que puede ser el momento de mayor peligro para
los pueblos indígenas. Además, Ecuador no puede contener la pandemia,
especialmente en Guayaquil. Y Brasil no está haciendo lo suficiente. Bolsonaro,
que es un peligro público, haría un bien a la humanidad si se retirase.
© Manolo Berjón 2013, Sonia Caritimari
Esta apresurada nota quiere
agradecer el esfuerzo incansable de Gilter Yuyarima y Sonia Caritimari, con
quienes hemos aprendido muchas cosas del pueblo kukama. Con ellos hemos
compartido viajes, comidas, conversaciones, risas y dificultades. En muchas
oportunidades nos han preguntado qué sentido tiene visitar una comunidad
pequeña. Nuestra terca respuesta: la iglesia no se puede medir por el impacto
que se ve. La iglesia tiene que acompañar, cuidar, aprender, señalar caminos,
caminar con la gente, escuchar, volver a escuchar y perder el tiempo porque
sólo perdiendo el tiempo podemos encontrarnos con el Misterio.
© Manolo Berjón 2013, Gilter Yuyarima
Hemos visitado “comunidades” con
solo tres casas. Hemos visitado comunidades más grandes donde solo nos
reuníamos con 5 personas. Algunos nos decían: pierden el tiempo. Tal vez. Pero
la pareja de Animadores Cristianos Gilter y Sonia, Sonia y Gilter, han sido el
impulso para cerrar la boca del Urituyacu. Perú no se lo agradecerá, pero los
pueblos indígenas del interior del Urituyacu, y las personas conscientes saben
que han realizado un hecho histórico. Ojalá no haya entrado el coronavirus
todavía y se pueda frenar.
Aquellos que dicen que la Iglesia
no hace nada, harían bien en conocer personas como Gilter y Sonia, Sonia y
Gilter. ¿Qué hacen los Animadores Cristianos? Rezar… y practicar lo que rezan.
O al revés: practicar y rezar lo que practican. Bueno, ya nos entienden. Esta
es la iglesia de la selva, la iglesia que salió del Sínodo Panamazónico. Una
iglesia que es Cuerpo de Cristo. Una iglesia que se preocupa de los cuerpos más
vulnerables e indefensos. Sonia y Gilter, Gilter y Sonia…
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