Iquitos, 22 de abril de 2016
Para
Ansh Amasifuén Tamani y Julio Pizarro Manuyama, con admiración, siguiendo la
estela de insignes misioneros como Lucas Espinosa,
en
el centenario de la presencia agustiniana en la Parroquia de Nauta.
El primer boom
cauchero se produjo en la selva amazónica entre 1880 y 1914 y el segundo entre
1942 y 1945. A
partir de esa fecha desaparece del mapa el tema cauchero y, con él, la preocupación
por las consecuencias del mismo. Sin embargo, aunque se hayan desplomado las
exportaciones de caucho la perversa maquinaria continua engrasada. La
referencia al caucho nos lleva inexorablemente al Putumayo, aunque, por
desgracia, no es el único lugar. Otros escenarios, menos conocidos, también
fueron un foco de grandes tensiones y brutalidades. Aparece la estúpida
competencia irracional por los desmanes.
I.-
Don Armando Irarica
trabajó la shiringa por el alto Samiria. Cuando le preguntábamos por esa época
siempre esquivaba la pregunta. Los kukama no quieren recordar los sufrimientos:
“para qué”. Cuando se les insiste la respuesta es la misma: “el patrón era
bueno”. Si en medio de una conversación se desliza el pasado y se alarga, van
apareciendo, una a una, las múltiples vejaciones y crueldades sufridas: el
sistema de enganche, los abusos del patrón con las mujeres, los castigos a los
peones que no recogían “lo suficiente”, y demás detalles que deponemos para
otra ocasión. No por ello dejamos de anotar que los pueblos indígenas, por
insoportable que fuera el sufrimiento, que lo fue, no por eso, insistimos,
dejamos constancia que utilizaban estrategias para domesticar al patrón, igual
que se domestica una mascota.
Pero sigamos a don
Armando a través del libro de bautismos de la parroquia. No vamos a hacer un
recorrido exhaustivo sino anotar únicamente unas cuantas fechas. En 1957 nace
una de sus hijas en un lugar denominado Miraflores, en el alto Samiria. En esa
época la familia de don Armando permanecía en ese lugar recolectando shiringa,
mientras él recorría las estradas de los árboles gomeros. En 1968 otra de sus
hijas nació en Hamburgo, río Samiria. La sola denominación de un lugar llamado
Hamburgo ya nos puede ir indicando algunas pistas. Acá ya había escuela, un
potente atractor de gente. Sus últimos hijos han nacido en Tangarana, a orillas
del Marañón, a finales de los 70. Y cuando Santa Rita de Castilla consiguió
colegio de secundaria se desplazaron a esta localidad para seguir estudiando. Así
tenemos un recorrido que pasa por Miraflores, alto Samiria, un lugar pequeño;
Hamburgo, la marca de los alemanes en la explotación cauchera de Pacaya
Samiria, un lugar ya con escuela. Tangarana una comunidad a orillas del
Marañón, por la escuela y habiendo salido (empujados a salir) del río Samiria y
Santa Rita de Castilla, previamente un fundo y, con la llegada de la parroquia,
sede de las instituciones estatales del distrito de Parinari, aunque la
comunidad de Parinari continúe siendo su capital.
La de don Armando
ha sido una vida más, entre otras. No destaca por nada especial, pero no por
ello deja de ser importante e ilustrativa. Si la recordamos es por la amistad y
para poder contrastarla con los fríos datos oficiales del espacio donde él
vivió: la Reserva Nacional
Pacaya Samiria (RNPS). Desgranando algunas fechas nos encontramos con lo
siguiente. En 1940 se declara Zona Reservada el área fluvial del río Pacaya
desde 500 m.
antes de la boca de la cocha del Yanayacu hasta el paraje denominado Zancudo. El
23 de octubre de 1944 se amplía la Zona
Reservada e incluyen todo el sistema hidrográfico de los ríos
Pacaya y Samiria. Nótese que la caída del segundo boom del caucho provoca un
cambio de paradigma: de la extracción a la conservación. El 10 de octubre de
1968 se decidió el establecimiento de una Reserva Nacional para la conservación
de los recursos en el río Pacaya y la
Zona de Explotación Piloto de Pesca y Coto Oficial de Caza a
la zona del río Samiria. En 1972 se establece la Reserva Nacional Pacaya Samiria
(RNPS) con una superficie de 1´478,790 has. y en 1982 se amplía a las 2´080,000
has. actuales. También es interesante cómo los últimos hijos de don Armando en
los años 70 ya no han nacido al interior del Samiria, sino en Tangarana, en lo
que hoy se denomina eufemísticamente “área de amortiguamiento de la RNPS”, y que no deja de ser
territorio ancestral de varios pueblos indígenas, entre ellos el kukama.
Don Armando salió
“voluntario” del Samiria. Digamos que se acogió a la “invitación a salir”. Pero
no todos aceptaron la propuesta. Tenían chacras, animales… y no estaban
dispuestos a abandonar por una simple invitación. Poco a poco los argumentos
utilizados fueron siendo “más convincentes”. A los morosos se les obligó a
salir con “apoyo de la policía y el ejército”. “Si no salen ustedes, serán
expulsados por la fuerza”. En la práctica eso fue lo que sucedió, como si de
vulgares delincuentes se tratara. Estamos en la década del 70.
Cotejando los
apellidos de los niños bautizados en el Samiria nos encontramos con apellidos
kukama y otros provenientes de lugares dispersos, fundamentalmente del
departamento de San Martín. Esta amalgama de gentes ha sido configurada, a
nuestro parecer, por el pueblo kukama. Es decir, el pueblo kukama ha hospedado
en su interior a gentes provenientes de diversas realidades pero que al entrar
en contacto con ellos y en su territorio han sido permeados por su cosmología.
Nuestra interpretación se extiende tanto a los grupos indígenas de la zona que
“se han ido extinguiendo” (en nuestra interpretación hospedando) como los
Yameo, Chamicuro…, como los provenientes del departamento de San Martín.
II.-
A comienzos de los
años 70 tenemos a gran parte de la población del interior del Samiria en las
riberas de los grandes ríos: Ucayali, Marañón y Huallaga. En esta época surgen
muchas de las actuales comunidades y se producen grandes transformaciones.
Anteriormente las familias estaban organizadas en torno a un jefe al que
obedecían. Por lo general vivían más dispersos, en núcleos pequeños. Los
patrones controlaban varios de estos asentamientos vinculados a la extracción
de materias primas. En algunos lugares ya había escuela, pero fue en esta época
cuando se generalizó. La escuela es un poderoso atractor que aglutina varias
familias para poder disponer de un maestro. Esto provoca un cambio en la
jefatura. Si tenemos que vivir juntos varias “sangres”[1],
entonces necesitamos una nueva distribución del poder. Aparecen los tenientes
gobernadores y los agentes municipales. Los primeros encargados de las
representaciones al exterior de la comunidad y los segundos encargados de las
tareas ad intra: trabajos
comunales... Será en la década de los 90, sobre todo con el cambio de milenio,
que surjan los presidentes comunales, a los que todavía muchas comunidades no
les asignan un rol específico.
En esa época coincidentemente
se producen grandes crecientes en los ríos: toda la selva baja se inunda y
algunas familias comienzan una búsqueda de tierras un poco más altas. Detrás
está el mito que el mundo se voltea (algunos prefieren denominarlo “fin del
mundo”, pero solo para entendernos). Es una época de cambios fuertes y
malestares difusos.
Este descontento lo
va a capitalizar Francisco Da Cruz, un profeta mesiánico brasileño que en 1971
visita la selva baja y va plantando cruces en todas las comunidades visitadas.
Gran parte de la población se va con él, temporalmente. En nuestra opinión,
entre otras posibles interpretaciones, el movimiento crucista pone en
circulación la pertenencia indígena. Por esa fecha la iglesia católica califica
a la población viviente en los grandes ríos como “ribereña”.
© Manolo Berjón 2014, niñas kukama en el colegio de la comunidad de Lupunayo, río Urituyacu
III.-
La expulsión de
gentes del Samiria, mas las grandes crecientes de comienzos de los años 70,
provocan que parte del pueblo kukama kukamiria del Huallaga busque terrenos más
altos. Los encuentran en el río Urituyacu. La conformación de comunidades en
este río va señalando la frontera de los recursos naturales, cada vez más rumbo
a las cabeceras. Algunas comunidades actuales comenzaron como un campamento de
extractores en torno a algún patrón conocido. Al principio había abundantes
animales y maderas que han ido desapareciendo. La pesca nunca fue muy fuerte,
pero siempre había pescado para comer. Sin embargo, ahora los recursos están
esquilmados y, en los últimos años, hay todo un movimiento del pueblo kukama,
no ya al interior de la selva (las quebradas), sino hacia la costa peruana, en
pos del boom económico. La necesidad del dinero es más perentoria.
Esta migración del
pueblo kukama al Urituyacu produjo un fuerte impacto en sus ancestrales
habitantes: el pueblo omurano. Por un lado, el simple establecimiento de
comunidades kukama reconfiguró el territorio. Por otro [lado], la fuerte
presión sobre los recursos naturales provocó una disminución de la carne de
monte, fuente de proteínas necesarias para el pueblo omurano, dejándole al
borde de la extinción. En palabras sencillas: la expulsión del pueblo kukama
del alto Samiria provocó un fuerte impacto en el pueblo omurano, como uno de
sus muchos efectos colaterales.
Con la entrada de los
kukama al Urituyacu surge el establecimiento de comunidades girando en torno a
las autoridades (teniente gobernador y agente municipal) y el colegio. Vamos a
hacernos eco de un movimiento en torno al Urituyacu medio. Uno de los chamanes
más reputados fue don Venancio Pizango. Un tiempo ha vivido en Juan Velasco
Alvarado y otro en Caymituyo. De ambas comunidades fue expulsado acusado de
brujería. Se estableció en un lugar denominado Tipishca, a mitad de camino
entre Caymituyo y Triunfo, pero perteneciente al territorio de Caymituyo.
En nuestra visita
de 1996 al Urituyacu, un sábado en la tarde, vemos bajar una gran cantidad de
canoas por el río. Preguntamos dónde van y encontramos respuestas evasivas. Al
día siguiente nos indican que han ido a tomar ayahuasca con don Venancio. Eran,
sobre todo, personas de la comunidad de Reforma, algunos de ellos, sus
aprendices. Ya los jesuitas del s. XVII indican que, aquellos que son vistos
con más características chamánicas, tienen más éxito en su predicación.
El 5 de mayo de
2000, día de la madre, don Venancio ha bajado a Caymituyo para celebrarlo. Al
final de la tarde regresa en la canoa a su casa. Está borracho. Poco antes de
llegar a su puerto la canoa se voltea y se cae al agua. Los kukama entienden
que vive dentro del agua, no se ha ahogado. De hecho les hace soñar. Si
estuviera ahogado hubieran encontrado su cadáver o, en ausencia de cadáver, no
les haría soñar. Se produce un fuerte impacto en el Urituyacu. Don Venancio era
el apoyo espiritual para gran cantidad de gente, sobre todo del Urituyacu
medio. Con su “desaparición”, y el no haber completado la formación sus
discípulos, muchas personas quedan huérfanas.
En esa orfandad
aparece un movimiento nuevo. En Reforma, un pastor pentecostal, X Arévalo[2],
con apoyo de misioneros norteamericanos, levantan una iglesia a fines del año
2000. Hay que reseñar que en el cambio de milenio muchas comunidades kukama
tuvieron un gran temor porque el mundo se iba a voltear (“fin del mundo”). En muchas
comunidades no celebraron el fin de año y estuvieron despiertos toda la noche
para esperar la segunda venida del Señor, incluidas las comunidades católicas a
las que estamos acompañando. Lo que estaba en cuestión no era el cristianismo,
sino la cosmovisión indígena.
A nuestro entender,
existe una continuidad entre el liderazgo de don Venancio y el pastor de
Reforma. O para ser más precisos: hay una continuidad entre el chamanismo y
algunos liderazgos indígenas. En este caso lo protagoniza el pastor, pero bien
pudiera ser un sacerdote o cualquier otra persona con características
similares. Ahí está el ejemplo anterior de Francisco da Cruz. Veamos algunos
datos.
Tanto chamán como
pastor son líderes espirituales. Como tales líderes “controlan” a su gente. Es
común que un chamán pueda dar temor a sus protegidos, como una forma de ejercer
su autoridad. Es difícil negarse a alguno de los requerimientos de un chamán
por temor al daño, a no ser que se esté bajo la influencia de otro chamán
considerado superior que le pueda contrarrestar, neutralizar y derrotar al
primero. El temor es una de las características que utiliza el pastor. En este
sentido cabe señalar que el poder del chamán no es eterno ni inmutable, sino
que continuamente está negociando con su propia gente. A la mínima debilidad la
gente se dispersa en busca de un nuevo líder. Ambos tienen como una actividad
fundamental el curar, sanar enfermedades. Si no puede curar la gente buscará a
otro chamán/pastor más fuerte, dado que la ausencia de curaciones es por
debilidad del líder. Ni que decir tiene que las épocas de crisis son propicias
para estos liderazgos. Los ayunos, las dietas y los rituales son estrategias
que, entre otras razones, ayudan en la conformación del grupo. Las
“incorporaciones” son la base sobre la que se asienta el chamanismo kukama.
Cuando el chamán llama a los espíritus, estos se incorporan en él. De igual
manera, el pastor está poseído por el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo o por
el mismo Jesucristo. Cuando un chamán está trabajando su posición habitual es
tumbarse boca abajo, aunque también puede estar sentado. Los pastores suelen
botarse al suelo en el momento de su posesión. El chamán tiene como una de sus
características el poderse transformar en tigre, boa…, y el pastor en
Jesucristo… Los sueños son interpretados como revelaciones. Muchos chamanes
necesitan soñar para dar con la curación de un paciente y el pastor utiliza los
sueños como revelaciones del propio Dios. El hablar en lenguas del pastor es
interpretado como una forma poderosa de “lenguaje encriptado”. Cuantas más
lenguas sabe el chamán más poderoso es. De hecho, a la hora de curar, el chamán
tiene que utilizar la misma lengua con la que le han hecho daño, de no ser así
no puede curar. Ambos, el chamán y el pastor pertenecen a la esfera espiritual.
Su cercanía da confianza a sus súbditos y evita todo tipo de daños y peligros.
En este sentido ambos personajes poseen luz. La tradición tiene un fuerte peso
en ambos: no es una tradición anquilosada, sino una tradición que
permanentemente incorpora elementos nuevos, pero en el molde y paradigma
ancestral: los chamanes dicen que sus espíritus operan igual que los doctores,
y los pastores ejercen su autoridad como una evolución del chamanismo en
contextos nuevos bajo el molde tradicional. El paradigma indígena de la
transformación es leído en lenguaje cristiano como ‘conversión’. Podríamos ir
señalando más paralelismos, pero para ir concluyendo, reseñaremos únicamente
uno más. Tradicionalmente el chamán era un líder espiritual y guerrero. Muchos
pastores en la zona son candidatos a las municipalidades o alguno de sus
regidurías. Este voto en común no es sino una característica propia de un
chamán: agrupar en torno a sí a la gente.
En el caso que nos
ocupa, el pastor abandonó su cargo en 2012, cuando se enamoró de una joven de
su congregación y se separó de su mujer e hijos. Esto fue percibido por su
propia gente como un error. El grupo se disolvió. Es un tiempo de espera hasta
que surja un nuevo liderazgo. Los chamanes también pueden perder su poder, pero
habitualmente es porque alguien más fuerte que ellos se lo roba.
En este caso
asistimos a un liderazgo en el Urituyacu medio. Reforma y Caymituyo son las dos
comunidades más grandes en este espacio. Es interesante comprobar cómo la
mayoría de los seguidores de don Venancio eran de ambas comunidades. Reforma
tiene colegio de secundaria y posta médica, mientras que Caymituyo solo colegio
de secundaria. A modo de digresión: sirve como ejemplo lo que está sucediendo
en AKURUY (Asociación Kukama y Urarina del Río Urituyacu). El primer presidente
de AKURUY es un comunero de Reforma. El año 2012 se retira de la comunidad para
vivir en Lima, dejando vacía la organización. Eligen a una persona de Cafetal
como su presidente, pero rápidamente es cambiado. El cargo recae en un comunero
de Caymituyo. En noviembre de 2014 la comunidad de Reforma, sin contar con
nadie, quiere cambiar al dirigente de AKURUY y colocar en la presidencia a un
comunero de Reforma. La lucha entre Caymituyo y Reforma, en el Urituyacu medio,
continua siendo intensa.
Retomemos el hilo. Lo
interesante de este pastor es que logró tener otros líderes supeditados a él,
siempre bajo el auspicio de los pastores norteamericanos. En Caymituyo lograron
levantar una capilla y un pequeño grupo. Y en Lupunayo, la otra comunidad
grande un poco ligeramente desplazada hacia arriba del centro del Urituyacu, no
lograron ni un grupo ni una capilla, pero se notaba su influencia. En torno a
Lupunayo el 2012 surgió un liderazgo efímero. José Yuyarima, comunero de la
vecina y pequeña comunidad de Pintuyacu, lideró un control de los madereros en
Lupunayo. En esta comunidad hicieron regresar una chata en busca de madera. Sin
embargo, las desavenencias entre comunidades hicieron imposible el acuerdo de
no extracción de madera y el liderazgo se evaporó. Hay que tener en cuenta las
divisiones al interior de la propia comunidad.
Cuadro resumen:
Chamán
|
Pastor[3]
|
Icaros
|
Cantos
|
Tabaco (para
limpiar)
|
--- (cómo limpian)
|
Palpar
|
Imposición de manos
|
Es poseído por los espíritus
|
Es poseído por Dios
|
Se echa al suelo
|
Se bota al suelo
|
Lenguas diversas en icaros
|
Hablar en lenguas
|
Ayuno
|
Ayuno
|
Dietar
|
Dietar
|
Vive en el espacio espiritual
|
Vive en el espacio espiritual
|
Tiene luz
|
Tiene luz
|
Es un guía (controla a sus pacientes)
|
Es un guía (controla a sus seguidores)
|
Expulsa espíritus malos
|
Expulsa al demonio
|
Cura, sana
|
Cura, sana
|
Se puede transformar
|
La conversión como transformación
|
Varones, pocas mujeres postmenopáusicas
|
Varones, pocas mujeres postmenopáusicas
|
Importancia de los sueños
|
Importancia de los sueños
|
Líder religioso, político, militar[4]
|
Líder religioso, político, militar
|
Transformación
|
Conversión
|
IV.-
© Manolo Berjón 2004, Sra. Ligia Saboya en un taller de parteras en Santa Rita de Castilla
La señora Ligia Saboya
es una querida amiga que vive en el río Urituyacu. Nacida y crecida en el
Huallaga se reúne con su marido, Napoleón Acubino, también proveniente del
Huallaga. En los años 70 entran al Urituyacu. Lagunas, la ciudad kukama más
importante del Huallaga, sigue ejerciendo como imán y polo de atracción natural
del Urituyacu. Durante muchos años, Ligia, ha ejercido de catequista,
movilizadora (un programa parroquial con apoyo de UNICEF para la atención de la
salud materno infantil) y últimamente de partera. En mayo 2009 nos cuenta el
siguiente relato: «Yo estaba en Lagunas [río Huallaga] y me comunican que mi
nieto está enfermo en Reforma [río Urituyacu][5].
Le han tratado de malaria falciparum, pero seguía con fiebre. Incluso le dieron
suero porque hacía 5 días que no comía, pero no mejoraba. Busco a un médico en
Lagunas que ha atendido a mi hija, pero no me acepta porque tiene 22 pacientes.
Le insisto y me dice que va a realizar una consulta, pero no le va a curar. Nos
fuimos a un cuartito donde está Jesús resucitado, la Virgen María, San
José, el Dios de la
Misericordia, Sagrado Corazón, todo. Una mesita bien
adornadito, y con una sola vela en el centro. Le pagué los S/. 5.00 por la
consulta. El médico cura con su señora. Su señora es la que tiene la visión. La
señora tomó agua bendita en un pocillo y me convida. A los 10 minutos mi cuerpo
se estremece: shhhiiiiiiiiiii. Bien débil se ha hecho mi cuerpo. Entonces el
médico me sopló, pero no con cigarro, solamente con su boca pidiendo que me
proteja mi cuerpo. Pidiendo la señora, la Virgen María que me
proteja mi cuerpo para que de repente un espíritu malo [que] está por ahí
mirando y no me haga daño… He cerrado mi vista. Me puse así como si estaría
durmiendo, empecé a ver. Bien clarito, yo me fui [en la visión] hasta mi casa
de Reforma. Yo parece que estaba inconsciente, pero hablaba que estoy en mi
casa. Ellos me dijeron después que estoy en mi casa, que mi nieto está enfermo,
está en una cama, está con suero, está mal, que le están haciendo daño por
aquí. Entonces, en un momento, quizás a los 15 minutos que estaba ahí, he
empezado a temblar. No se cómo me sentía, empezaba a temblar y el señor decía
que el espíritu de la Virgen María
se está introduciendo en mi. Yo empezaba a hablar, a hablar, yo veía mi nieto
que no come, que no toma, pero yo iba hablando, hablando todo. Entonces la
señora que estaba en mi lado decía que lo que estoy viendo yo, está viendo
ella… Yo le he visto todito a mi nieto, todito lo que está sucediendo en
Reforma. De esa manera el señor me recibe a mí, para que le cure a mi nieto.
Cuando me han visto que he empezado a temblar, la señora y el señor han dicho:
“vengan enfermos, la Virgen María
se ha introducido en la señora [Ligia]. Ella va a curar en estos momentos, por
medio de ella, Jesucristo está con ella”. A ver, vamos a mirar, entonces me
empezaron a preguntar, qué tiene ella, qué tiene la otra. Y yo iba hablando:
una señora que estaba enferma mucho tiempo y tiene como una hemorragia, le
venía a la sangre su barriga, así pelotones, yo le decía que la señora tiene
cáncer. Eso hace que ella viva, como dicen, con hemorragia. Y al otro señor que
estaba con puritas heridas le habían hecho daño con ceniza. Y había otra señora
que le habían hecho daño, le veía que en su cuerpo caminaban mariposas,
tremendas mariposas, eso que dejan su polvo. Y el médico decía que es cierto
todo lo que estoy viendo yo. Por eso me decían que yo soy buena visionaria. Yo
también me he admirado».
No es el momento de
interpretar el relato. Tan solo anotar el marco indígena en el que se inserta.
La tan manida inculturación es un proceso realizado por los propios cristianos,
en muchas ocasiones al margen de lo que diga la institución.
Uno de los nietos
de Ligia está concluyendo sus estudios de teología con el Vicariato de
Yurimaguas, Vicariato al que felicitamos. Y otra de sus nietas vive en un
convento de clausura en Arequipa, en su periodo de formación. Es una fuente de
alegría y esperanza para la
Iglesia, al igual que una responsabilidad acompañar estas
vocaciones provenientes de culturas indígenas. Esto supone un gran desafío y un
reto para nuestros programas pedagógicos. La formación debe reconocer, valorar
y potenciar explícitamente la proveniencia indígena y fortalecer un
cristianismo integrador de las diferencias, tal como los diversos cristianismos
atestiguados en el Nuevo Testamento: Pablo de Tarso luchó denodadamente por un
cristianismo ajeno de la circuncisión, por poner un solo ejemplo. De continuar
con una formación impositiva, nos podemos encontrar con sacerdotes, con 10 años
de periodo formativo, que nunca pudieron hablar de sus creencias pese a haber
sido acompañados en la “dirección espiritual”. Entonces, la formación, en lugar
de ser un proceso integrador, se convierte en una imposición, lastrando muchas
vidas y estableciendo silencio sobre las realidades y pertenencias indígenas.
Estas maneras, además de perversas, son infieles a la alta diversidad
neotestamentaria.
Personas como don
Armando, don Venancio, X Arévalo, José, Ligia y muchos más, cercanas a nosotros,
nos han ido interpelando con sus historias. Sus vidas y vivencias nos han ido
ayudando a “interpretar” el mundo en el que vivimos insertos: el pueblo kukama.
Es esta realidad la que interroga nuestro cristianismo. Nos hace buscar en
nuestra tradición para ofrecer lo mejor que somos. El resto queda al Dios de
Jesucristo proclamado y creído en esta “selva de cristal”.
Manolo Berjón
Miguel Angel Cadenas
[1] Los kukama son patrilineales y denominan ‘sangre’ a los miembros de
una misma familia vinculados por la misma sangre. En el caso que nos ocupa
coincide con los apellidos.
[2] Hijo de un promotor de salud preparado por la Parroquia. Durante
muchos años su padre era el encargado de administrar el bote que la Parroquia tiene en el
Urituyacu para que los agentes pastorales pudieran venir a los cursos a Santa
Rita de Castilla. Los últimos años, cuando su padre se estaba haciendo mayor,
era él quien lo manejaba.
[3] Insistimos que esta posición puede ser ocupada igualmente por un
sacerdote católico, un Animador cristiano o cualquier otro liderazgo religioso.
Cada uno con sus peculiaridades.
[4] Esto merecería mayor detenimiento que aquí no podemos abordar, quede
únicamente reseñado.
[5] Reforma dista dos días de viaje de Lagunas en peque peque.
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